El diferencial entre el precio en origen de las patatas y el que paga el consumidor se dispara al 630%

COAG Andalucía denuncia que el agricultor "asume todos los costes, mientras otros eslabones de la cadena incrementan sus márgenes sin control"

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Cajas de patatas en el lineal de un supermercado.
Cajas de patatas en el lineal de un supermercado. / M. G.

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía ha denunciado este miércoles en un comunicado el "escandaloso" diferencial del 630% entre el precio que reciben los agricultores por sus patatas en el campo y el que paga el consumidor en el punto de venta.

Según el Índice de Precios Origen-Destino (IPOD) correspondiente al mes de septiembre, el precio medio en origen fue de apenas 0,27 euros por kilo, mientras que, en los lineales de supermercados y grandes superficies, el mismo producto se vendía a 1,97 euros por kilo.

Ante este "abusivo diferencial", COAG afirma que el sector "está atrapado en una cadena alimentaria profundamente injusta, donde el agricultor asume todos los costes mientras otros eslabones de la cadena incrementan sus márgenes sin control". "Con un diferencial del 630 %, queda claro quién pierde y quién gana", enfatiza la organización agraria.

Además, califica este diferencial de "brutal e insostenible", y acusa a la gran distribución y a los intermediarios de "estar especulando con un alimento básico, presionando a la baja los precios en origen mientras inflan los precios al consumidor".

Para esta organización, esta situación "no sólo pone en peligro la viabilidad del cultivo de la patata en Andalucía, sino que destruye el empleo rural, empuja a los pequeños productores a abandonar la actividad y carga sobre las familias consumidoras precios artificialmente inflados".

Datos del cultivo

Andalucía, con unas 9.500 hectáreas cultivadas, es una de las principales regiones productoras de patata temprana en España. Sin embargo, la superficie se ha reducido de forma "imparable" en los últimos 25 años, y muchas pequeñas explotaciones "están abandonando el cultivo por falta de rentabilidad".

A esto se suma, según COAG Andalucía, el aumento de costes de producción: fertilizantes (+74 %), gasóleo (+68 %), electricidad (+53,8 %). "Y los precios en origen siguen sin cubrir los costes reales: el diferencial con el precio en destino no deja margen al productor", apostilla.

Por todo ello, demanda al Ministerio de Agricultura que aplique "de forma real y efectiva la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe la venta a pérdidas, poniendo además en marcha el Observatorio de Cadena para que funcione de forma transparente, con datos actualizados y públicos, con estudios de costes actualizados e índices de precios y costes en toda la cadena, así como que se aumenten los controles e inspecciones para el cumplimiento de la ley, no sólo a nivel estatal, sino también autonómico en el ámbito de competencias de cada administración".

Importaciones

Otro de los caballos de batalla del sector de la patata son las importaciones. En este sentido, COAG Andalucía recuerda que este verano los productores de patata "tuvieron que sufrir la entrada masiva de patatas importadas, especialmente procedentes de Egipto, Israel y Francia, lo que contribuye a deprimir artificialmente los precios en origen".

Se trata, a juicio de la organización, de un "comportamiento calculado por parte de las grandes cadenas: inundan los lineales con patata importada mientras retrasan la compra de la producción nacional. Esto no solo arruina al agricultor local, sino que además confunde al consumidor, que cree que compra producto fresco y en realidad adquiere patatas que han viajado miles de kilómetros o han estado meses en cámaras frigoríficas".

En 2024, las importaciones superaron las 80.000 toneladas, mientras "miles de toneladas de patata andaluza permanecían almacenadas sin salida comercial", señalan. "Todo ello a pesar de que la oferta nacional es suficiente para abastecer al mercado con un producto fresco, de calidad y con estándares europeos de trazabilidad y sostenibilidad", apuntan.

"Y es que no es razonable que, en Andalucía, con miles de hectáreas sembradas, los consumidores encuentren en los supermercados patatas 'Origen Israel' o 'Origen Egipto'. La patata andaluza es fresca, de calidad y sostenible. Lo que falta es voluntad para defenderla", concluyen desde COAG.

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