Isidro Fainé anima a los empresarios a tener compromiso social para ganar legitimidad
Afirma que el futuro de las empresas no dependerá de la IA ni de la tecnología ni de las regulaciones ni de los mercados, sino de la capacidad de los directivos para pensar y obrar "con propósito y sabiduría"
El presidente de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos y también de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, ha clausurado este jueves, junto al presidente de Aragón, Jorge Azcón, el XXIV Congreso de Directivos CEDE en Zaragoza. En su discurso, ha ensalzado el papel del empresario como motor de la sociedad, pero también ha advertido que debe replantearse su papel, en un contexto con enormes cambios sociales, desigualdad, polarización política, conflictos geopolíticos, cambio climático, transición demográfica y revolución tecnológica en marcha. Todo ello está repercutiendo "en la estrategia, en la gestión del talento, en la cultura organizativa y en otros muchos elementos de la vida de las empresas".
En este sentido, ha afirmado que la escala de valores en las sociedades occidentales está cambiando y que "hoy se espera de los líderes empresariales no solo eficiencia sino también ejemplaridad y compromiso social; la legitimidad del liderazgo empresarial se construye cada vez más desde su utilizad social".
Las personas, en el centro
Sobre este concepto ha girado toda su disertación. En un escenario, el del Palacio de Congresos de Zaragoza, repleto de ejecutivos, animó a "poner en el centro" a las personas, y no considerar por encima la tecnología o elementos disruptivos como la IA. El papel del empresario, según su visión, debe ser el de ser "agente de cambio, personas que arriesgan e innovan y que crean bienestar y empleo digno". Se trata, añade, de "dirigir con una mirada amplia que integre lo económico, lo tecnológico, lo humanista y lo social: nuestras acciones deben estar guiadas por valores y humanistas y sociales", con coherencia entre valores personales y los de la empresa.
"Aspiramos a ser líderes que tratan a las personas con respeto, que generan confianza, que construyen y motivan equipos diversos, que piensan en el largo plazo sin dejar de actuar en el corto, que deciden con responsabilidad y rigor, que reconocen sus errores y siguen adelante y que inspiran a sus equipos a anticiparse al mercado, innovando y sirviendo cada día mejor a los clientes". Así resumió Fainé en una sola frase su perfil ideal de directivo, un directivo que debe asumir su papel de líder. Pero ya no es un liderazgo tradicional -ligado a la autoridad y la jerarquía- sino que busca cultivar buenos hábitos, inspira y guía al equipo, y, sobre todo, "mantiene una actitud de servicio".
Anticipación a los mercados
El presidente de CEDE no se quedó ahí. También apostó por fomentar valores más propiamente empresariales como la anticipación a los mercados y la planificación estratética. En este sentido, valoró que en medio de una sociedad que es de cambio continuo el directivo sepa "moverse entre la incertidumbre y las oportunidades" y que, incluso en los malos momentos mantenga su confianza en sus capacidades. El ejecutivo, dijo, debe adaptarse permanentemente a la velocidad con la que se producen los acontecimientos, aunque sin perder nunca el sentido social de la empresa. Y el plan estratégico "solo será eficaz si va acompañada de flexibilidad, rapidez de respuesta y visión integral".
Para Fainé, el futuro de las empresas y de la sociedad "no estará determinado ni por las máquinas ni por los mercados ni por las regulaciones" sino por la capacidad de los empresarios "de pensar, y obrar con sentido, con sabiduría, con propósito, y poniendo el alma".
También te puede interesar
Lo último