Las cooperativas reivindican la economía social como vía para un futuro más justo y sostenible

El modelo cooperativista busca adaptarse a los nuevos tiempos sin renunciar a sus valores democráticos

+Cooperativas pide al Gobierno un Pacto Andaluz para ofrecer soluciones actualizadas al sector

La mina de Aznalcóllar obtiene el permiso de explotación y volverá a retomar la actividad casi 30 años después del accidente

Foto de familia del congreso 'Andalucía es más Coop: miradas de futuro al modelo empresarial cooperativo'. / M.G.

Sevilla/El modelo cooperativo ha demostrado ser una vía eficaz para un desarrollo sostenible, democrático y con impacto social. En un mundo marcado por la desigualdad, la precariedad y la concentración del poder económico, las cooperativas ofrecen una alternativa basada en la participación, la equidad y la corresponsabilidad. Su lógica no se rige por la maximización del beneficio individual, sino por la satisfacción de necesidades colectivas, el reparto justo de los recursos y el compromiso con el entorno.

Presentes en sectores tan diversos como la agricultura, la energía, el crédito, el comercio, los cuidados o la cultura, las cooperativas generan empleo estable, arraigan población en los territorios, favorecen la inclusión social y promueven una economía resiliente frente a las crisis. Su funcionamiento democrático garantiza que las decisiones respondan a los intereses del conjunto de personas socias, y no solo a criterios financieros.

A escala global, más de mil millones de personas están vinculadas a cooperativas, y su papel ha sido reconocido por organismos internacionales como la ONU o la OIT como pieza clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se trata de empresas que no deslocalizan, que reinvierten en sus comunidades y que construyen un tejido económico más humano y sostenible.

Este tipo de empresas afrontan hoy el reto de adaptarse a las nuevas formas de hacer negocio sin perder sus valores fundacionales. Para ello, necesitan apoyo institucional, marcos normativos que las acompañen y una mayor cooperación entre ellas. En esta línea, desde +Cooperativas (nueva identidad de la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas) se ha reclamado al Gobierno andaluz un Pacto Andaluz por el Cooperativismo y la Economía Social, con el objetivo de ofrecer respuestas actuales a las transformaciones económicas y sociales en marcha.

En este contexto, la federación andaluza ha querido reivindicar el valor de este modelo empresarial con motivo de su 30 aniversario, una conmemoración que marca también el inicio de una nueva etapa. Bajo el nombre ‘+Cooperativas’, la organización aspira a seguir fortaleciendo el cooperativismo andaluz como motor de transformación social, económica y territorial.

Inauguración institucional

El congreso ‘Andalucía es +Coop.’ arrancó con una inauguración institucional conducida por el humorista Manu Sánchez, quien reivindicó el papel transformador del modelo cooperativo y su potencial como agente de cambio económico, social y humano. En este acto participaron Luis Miguel Jurado, presidente de la recién renombrada +Cooperativas, y Rocío Blanco, consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía.

“El cooperativismo transforma el hacer en construir, el competir en compartir, y el tener en ser”, afirmó Jurado en un discurso con vocación de presente y de futuro. El acto no solo celebró el 30º aniversario de la federación, sino que también sirvió como altavoz para lanzar propuestas concretas ante los grandes retos que enfrenta la sociedad andaluza: la despoblación, la inclusión social, la transición energética o el acceso al crédito, entre otros.

En este sentido, el presidente de +Cooperativas propuso un pacto andaluz estructural y transversal con la Junta de Andalucía, enfocado en impulsar ámbitos como el empleo, la innovación, la financiación o los valores colaborativos. “Queremos estar en los lugares donde se toman las decisiones, activar cambios y dar la mano a todo aquel que pueda aportar a la construcción de un futuro mejor”, subrayó.

Por su parte, Rocío Blanco agradeció a +Cooperativas su papel como aliado estratégico en el diseño de políticas públicas. “Gracias por ayudarnos a acertar en nuestras acciones”, dijo, antes de destacar que, desde 2019, el Gobierno andaluz ha incrementado un 40% el presupuesto destinado a la federación. Además, anunció que ya se está trabajando en una nueva ley de cooperativas para Andalucía, fruto del diálogo y la confianza construidos a lo largo de los últimos años.

La consejera subrayó el compromiso del cooperativismo andaluz con el desarrollo económico y humano de la comunidad, y reconoció este modelo empresarial como un ejemplo de vocación colectiva, democracia y responsabilidad compartida. “En tiempos en los que se apuesta por el éxito individual, nos habéis enseñado que hay otra forma de hacer las cosas”, señaló.

Blanco quiso también vincular la labor de la federación con un reconocimiento global: la ONU ha declarado 2025 como el Año Internacional de las Cooperativas. Un hito que, en su opinión, refuerza el mensaje que desde Andalucía se quiere lanzar al mundo: “Nadie se salva solo, nadie se queda atrás”.

A través de un vídeo, Amparo Merino, secretaria de Estado de Economía Social, trasladó un mensaje de agradecimiento al sector cooperativo por su labor transformadora y auguró “un gran futuro” a este modelo de empresa que, dijo, “suma desde la raíz”. En la misma línea, José Ariza, director gerente de la Escuela de Economía Social, señaló que el ecosistema cooperativo andaluz se encuentra en un momento clave. “Estamos listos para abrir puertas a todas aquellas cooperativas que quieran contribuir al tejido empresarial andaluz. Prometemos dedicación y reforzaremos la cultura cooperativa”, apuntó.

Valor diferencial del modelo cooperativo

Durante el congreso, la mesa titulada ‘Una mirada económica al modelo cooperativo: fortaleciendo nuestra capacidad de incidencia en el diseño de políticas públicas’ reunió a expertos que abordaron el papel estratégico de las cooperativas en el sistema económico actual. La sesión contó con la participación de Carlos Sánchez, economista y profesor de la Complutense de Madrid; Beatriz Fernández, presidenta de Economistas Sin Fronteras; José María O’Kean, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide; y Lidia Valiente, secretaria de la Cátedra de Economía Social de la Universidad de Sevilla. La moderación corrió a cargo de Alberto Grimaldi, subdirector de Diario de Sevilla.

El economista Carlos Sánchez recordó que estudios recientes, como los realizados por la Universidad de Zaragoza, evidencian la resiliencia de las cooperativas en tiempos de crisis. Defendió el cooperativismo como un componente esencial dentro del sistema capitalista y resaltó la vigencia del artículo 128 de la Constitución Española, que subordina la riqueza al interés general, enlazándolo con el artículo 129, centrado en las cooperativas. “Me gustaría imaginar una sociedad donde el empleo esté en el centro, no la propiedad”, reflexionó.

Por su parte, Lidia Valiente defendió que la economía social es un potente motor de innovación y un generador de externalidades positivas en los entornos donde opera. Puso como ejemplo el fenómeno del cohosting y lamentó el desconocimiento que aún existe entre estudiantes sobre las ventajas del modelo cooperativo. Desde la universidad, señaló, queda una tarea pendiente: transmitir que es posible otro modelo económico basado en principios como el comercio justo.

En un enfoque más estructural, José María O’Kean destacó los retos que enfrentan las cooperativas para garantizar su viabilidad. Las definió dentro de un “círculo de viabilidad” que incluye personas, tecnología, legislación, proveedores y alianzas. En un contexto donde los consumidores valoran cada vez más las experiencias personalizadas por encima de la posesión, las cooperativas deben incrementar su productividad y valor añadido. Para ello, resaltó la importancia de formar a los trabajadores, ganar dimensión y prepararse para los avances tecnológicos: “La inteligencia artificial está a la vuelta de la esquina y exige decisiones valientes”.

Desde la perspectiva de la banca ética, Beatriz Fernández destacó que la economía social pone a las personas en el centro, lo que se traduce en una mayor capacidad para adaptarse al cambio. Explicó que parte de los beneficios se destinan a proyectos sociales, y mencionó que su entidad fomenta redes de información cualitativa entre equipos y sectores. “La participación democrática fortalece la resiliencia del modelo”, aseguró.

Respecto a los obstáculos para el desarrollo cooperativo, Carlos Sánchez apuntó que el problema no es tanto el desconocimiento, sino un marco normativo insuficiente y la falta de voluntad política para apoyar el cooperativismo. “Si el modelo cooperativo crece, el capitalismo tiene un problema”, sentenció.

En cuanto a la formación y el emprendimiento, Lidia Valiente señaló un déficit claro: “No se enseñan herramientas ni alternativas reales al modelo empresarial clásico”. De forma similar, O’Kean advirtió que muchos emprendedores actuales buscan escalar rápido y vender, en lugar de construir estructuras duraderas. Criticó un mercado “politizado y desigual”, donde las grandes fortunas tecnológicas escapan a la fiscalidad mientras el sistema se mantiene enfocado en maximizar beneficios.

En el debate sobre la necesidad de ganar escala, hubo consenso en que es posible crecer sin perder la esencia cooperativa. Valiente destacó los casos de Grupo Mondragón y Covap como ejemplos de diversificación exitosa. O’Kean insistió en que adaptarse sin renunciar a los valores requiere anticipación y liderazgo, mientras que Fernández reclamó un apoyo institucional sostenido. Sánchez concluyó que, más allá del tamaño, lo realmente importante es contar con políticas públicas que garanticen igualdad de condiciones para competir.

Diseño de políticas

La mesa redonda ‘Una mirada política al modelo cooperativo: fortaleciendo nuestra capacidad de incidencia en el diseño de políticas públicas’ reunió a Rocío Blanco, consejera de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo de la Junta de Andalucía; Rodrigo Rodríguez, alcalde de Cañada Rosal; Giuseppe Guerini, presidente de CECOP; y Luis Miguel Jurado, presidente de +Cooperativas. La conversación fue moderada por Mabel Mata, directora de El Correo de Andalucía.

En este contexto, la consejera andaluza explicó que la actual Ley de Sociedades Cooperativas, vigente desde 2011, sigue siendo un referente en el marco normativo de la región. Sin embargo, tras casi quince años, resulta necesario elaborar una nueva legislación que regule de forma específica y diferenciada las nuevas tipologías de cooperativas que han surgido recientemente en Andalucía. Entre ellas, destacó las cooperativas energéticas, las de cohousing y las cooperativas digitales, realidades emergentes que requieren garantías y seguridad jurídica bajo una normativa innovadora y pionera, capaz de dar respuesta a los retos actuales y futuros del sector.

En esa misma línea, Luis Miguel Jurado puso el foco en la estrecha colaboración con la Junta para construir un nuevo marco normativo que refuerce el papel del cooperativismo. Reivindicó el uso de cláusulas sociales en la contratación pública, como fórmula para reconocer el valor añadido de las cooperativas en la gestión de los recursos. “No se gestiona igual desde una cooperativa que desde una gran empresa, y eso hay que reconocerlo y apoyarlo”, apuntó.

Desde la perspectiva europea, Giuseppe Guerini lamentó que la economía social siga sin ocupar el lugar que le corresponde en el debate institucional comunitario, a pesar de su peso económico y su aportación democrática. Insistió en la necesidad de ampliar los criterios de evaluación más allá del plano económico: “Hay que valorar aspectos como la equidad o el impacto social. Y para eso, necesitamos datos comparables y análisis rigurosos”.

Con una mirada más cercana al territorio, Rodrigo Rodríguez, alcalde de una localidad con fuerte arraigo cooperativo, reivindicó el papel de estas entidades en la dinamización local. “Lo cooperativo ha sido esencial para el empleo y el desarrollo. Nos ha ayudado a democratizar el acceso a la economía y a tener voz en nuestro futuro”, aseguró. Por ello, pidió a la Junta una especie de “discriminación positiva” que refuerce el apoyo económico al modelo. También puso sobre la mesa un aspecto menos tratado: el vínculo emocional y familiar que muchas personas mantienen con sus cooperativas, y la necesidad de garantizar su continuidad.

Blanco hizo un balance del Plan Estratégico para el Impulso y la Modernización de la Economía Social en Andalucía 2023-2026, una hoja de ruta diseñada junto al sector para fortalecer este modelo empresarial en la región. Destacó que más del 66% de sus programas ya han sido ejecutados o están en curso. Asimismo, agradeció a los representantes de ‘Más Cooperativas’ su contribución y compromiso para que las cooperativas ganen el espacio que merecen y para que la Economía Social siga creciendo, generando nuevas y mejores oportunidades para los andaluces.

La formación fue otro de los ejes de la conversación. Jurado subrayó la necesidad de mostrar la fortaleza real del modelo cooperativo y romper con estigmas. Por su parte, Blanco recordó que ya se han creado Cátedras de Economía Social en distintas universidades andaluzas para visibilizar las salidas profesionales del sector y poner en valor las ventajas de emprender bajo esta fórmula.

Visibilizar el cooperativismo

El Congreso no solo abordó el cooperativismo desde perspectivas política y económica, sino que también se tornó visual y cultural gracias a la intervención de Cristina de Middel, reconocida fotógrafa y presidenta de la prestigiosa Agencia Magnum. De Middel presentó una cuidada selección de 30 imágenes titulada ‘Miradas al cooperativismo andaluz’, una obra que busca capturar la esencia humana y documental de este modelo en Andalucía, resaltando su dimensión social, cotidiana y transformadora.

La elección de Cristina de Middel no fue casual. La propia Agencia Magnum funciona como una cooperativa, lo que, en palabras de la autora, refuerza su convicción de que el trabajo colectivo ha sido fundamental en la evolución y la identidad de la agencia. En el marco de esta colaboración, la emblemática Alameda de Hércules en Sevilla acogerá próximamente una exposición abierta al público con algunas de las piezas más emblemáticas del archivo de Magnum, una muestra que pone en valor el poder narrativo de la fotografía en tiempos de cambio.

En un enfoque complementario, Julio Muñoz, “El Rancio”, comunicador y divulgador cultural, presentó una proyección bajo el título ‘Una mirada cotidiana al cooperativismo andaluz’, donde ilustró cómo las empresas cooperativas contribuyen al desarrollo del día a día de los ciudadanos, mostrando un lado cercano y tangible del impacto social de este modelo económico.

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