“CTA es la institución privada que más ha contribuido a la transferencia universidad-empresa en los últimos años en Andalucía”
BELTRÁN PÉREZ | PRESIDENTE DE LA CORPORACIÓN TECNOLÓGICA DE ANDALUCÍA (CTA)
La fundación cumple en 2025 su 20º aniversario, un periodo en el que ha respaldado al tejido productivo regional en el desarrollo de más de 6.000 proyectos innovadores
Nueve clústeres y 1.300 empresas: el avance del mapa andaluz de la innovación y la tecnología

Sevilla/La Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) cumple en 2025 su 20º aniversario, un periodo en el que ha acompañado a empresas, administraciones y universidades de la región en su estrategia de I+D+i. Con motivo de esta efeméride, su actual presidente, Beltrán Pérez -que está al frente de la entidad desde principios de 2023-, analiza cuáles son los hitos destacados que han marcado la trayectoria de la fundación y avanza las principales líneas estratégicas de cara al futuro.
–¿Qué balance hace de estas dos décadas?
–Si tuviera que encerrarlo en una frase podría ser que ha sido una fundación que ha impactado decisivamente en la innovación y el desarrollo empresarial en Andalucía. En 20 años se ha llegado a participar en más de 800 proyectos de financiación directa con nuestro fondo de 209 millones de euros, que han movilizado cerca de 600 millones de inversión. Pero, además, hemos ayudado a generar ecosistemas que hoy nos llevan a decir que tenemos un tejido robusto, fuerte y contundente, en el que los distintos actores interactúan entre ellos. Tenemos una buena base para mirar al futuro.
–Dentro de los retos y objetivos con los que nació CTA hace 20 años, ¿cuáles se mantienen y cuáles han cambiado?
–Se han transformado en paralelo al cambio que ha experimentado Andalucía. CTA nace con un grupo de grandes corporaciones que sí tenían capacidad de iniciar una actividad de riesgo como es la innovación. Con el paso de los años, se ha demostrado que innovar no solo es un valor añadido, sino que se ha convertido en una obligación, para no quedarse atrás en el mercado y que tus productos dejen de ser competitivos en poco tiempo. Esto ha venido también acompañado de una evolución en las empresas que realizan innovación, ya que, junto a las compañías de gran tamaño, se han incorporado pymes, micropymes y startups de base tecnológica.
–Desde sus inicios desarrollan un modelo de colaboración público-privada para apoyar proyectos. ¿Considera que ha sido un éxito?
–Evidentemente y, sobre todo, en una época en la que no había tanta conciencia entre las empresas de que la innovación era necesaria en un mercado cada vez más competitivo. Y existía también menos conciencia en las administraciones públicas de que había que apostar por ello. Se ha demostrado que la fórmula no solamente es útil, sino cada vez más necesaria, de modo que el papel de CTA cobra e irá cobrando cada vez más importancia como catalizador de ecosistemas de innovación. La colaboración público-privada ahora mismo está en boca de todos; y ahí, como modelo que lleva 20 años, la fundación está en una posición histórica para crecer y profundizar en sus capacidades.
Estamos viviendo un momento de eclosión y los inversores privados están poniendo sus ojos en la comunidad"
–En España la relación universidad-empresa siempre ha sido difícil y no termina de despegar. ¿Cree que CTA está aportando algún aspecto diferencial?
–El aspecto diferencial ha sido, precisamente, la existencia de CTA, que tiene en sus fines fundacionales la promoción de la transferencia. En las dos últimas décadas se han destinado más de 103 millones a 392 grupos de investigación públicos. Esto se debe a que los proyectos deben subcontratar, al menos, un 10% de su presupuesto con esos equipos. Uno de nuestros principales orgullos es ser la institución privada que más ha contribuido a la transferencia universidad-empresa en los últimos años en Andalucía y, probablemente, en toda España.

–¿Cuáles cree que son los hándicaps que han lastrado el avance de Andalucía en innovación? ¿Y cuáles se han superado?
–El hándicap principal ha sido la propia configuración del sistema productivo. Y luego los campos económicos a los que se acotaba la innovación. En este sentido, la apertura, tanto en los diferentes sectores como en el tejido empresarial en general, ha sido fundamental. Hoy, por ejemplo, la innovación inunda múltiples actividades y abarca no solamente a las grandes corporaciones, sino a muchas pymes que están ofreciendo soluciones a esas tractoras. Todavía queda mucho trabajo por hacer y desde CTA vamos a seguir incrementando nuestro esfuerzo para estar presentes en todos los sectores que necesiten nuevas herramientas.
Nos gustaría que la fundación tuviera un papel aún más relevante, por eso estamos trabajando en el nuevo plan estratégico"
–Actualmente, la comunidad no se sitúa entre los primeros puestos nacionales en emprendimiento tecnológico. Desde CTA, ¿cómo pueden contribuir a acelerar en este ámbito?
–El retraso histórico de Andalucía en cuanto a tejido productivo e industrial ha pesado, por lo que ha tenido que hacer en los últimos 40 años una remontada importante. Ahora mismo estamos viviendo un momento de eclosión y los inversores privados están poniendo sus ojos en la comunidad. Las claves han sido la estabilidad política, la seguridad jurídica, la simplificación administrativa y un modelo fiscal amable para la generación de riqueza. Y, por supuesto, un talento investigador propio que siempre ha habido y que ahora está despertando. Con esos cinco pilares, la región puede colocarse en términos de inversión en innovación en muy buenas posiciones. De hecho, está ganando terreno frente a su desventaja histórica.
–¿Qué presupuesto manejan para el actual ejercicio?
–La inversión prevista es de unos ocho millones de euros, aunque el fondo puede variar a demanda de los proyectos que vayan entrando. Eso puede incrementar la disposición de este incentivo único en España que, al ser de naturaleza privada, es compatible, además, con fondos públicos, lo que permite movilizar una inversión bastante potente. Respecto a los sectores, la gran mayoría están inundados por la inteligencia artificial, bien de manera secundaria o principal, pero hay un enorme interés por el desarrollo de energía limpia y renovable. También nos vamos a dirigir a la industria 5.0, construcción sostenible, monitorización de infraestructuras viarias, herramientas de gestión del turismo, tecnologías agro, economía circular, biotecnología o biomedicina, entre otros.
El sector de la defensa merece un capítulo aparte y vamos a estar ahí, centrándonos de una manera más especial"
–Dado el protagonismo que está adquiriendo el sector de la defensa, ¿van a incorporar alguna línea de actuación concreta en esta rama?
–CTA ya estaba posicionada en materia de defensa porque venimos trabajando con los sectores aeroespacial y aeronáutico. Se trata de una industria que no solo permite garantizar la seguridad de un país, sino que, además, tiene muchas implicaciones y genera una serie de aplicaciones civiles que mejoran la vida de las personas, como pueden ser el desarrollo de nuevos materiales, sistemas ópticos, detección térmica o guiado de dispositivos, entre otras. Merece un capítulo aparte y vamos a estar ahí, centrándonos de una manera más especial.
–En estos momentos están inmersos en el diseño de un nuevo plan estratégico, ¿qué puede avanzar?
–La fundación tiene su dimensión y su alcance, pero nos gustaría que tuviera un papel todavía más relevante. Por eso, estamos trabajando en el plan estratégico 2026-2029, que someteremos a los patronos en los próximos meses, para ver cómo podemos llegar más lejos y generar más oportunidades. La estrategia se va a sustentar en la realidad que vive la innovación en Andalucía. Queremos crecer en la colaboración público-privada, en la base del ecosistema de empresas, en la capacidad de internacionalización, en el impacto de la transferencia y en la adaptación de los servicios a las nuevas necesidades. Siempre fieles a nuestros fines fundacionales.
–LLYC ha anunciado su incorporación como senior advisor en Andalucía. ¿Cómo lo va a compatibilizar con su responsabilidad al frente de CTA?
–La presidencia de CTA es algo que hago pro bono y con todo el gusto del mundo porque cuando uno deja la política le suele seguir ardiendo la llama del servicio público. La labor como senior advisor de LLYC y otras actividades profesionales que tengo en el ámbito privado las compatibilizo con la ayuda del equipo, intentando aportar el máximo valor a la entidad. Cuando uno viene a una fundación sin remuneración, dedicándole tiempo, recursos y capacidades, lo que me mueve es el afán de servicio público. Con LLYC voy a colaborar, al igual que hago con otras empresas o personas que necesitan el servicio de un abogado consultor, que es lo que soy. No cambia nada, lo que tengo es una nueva responsabilidad en la mochila.
Dos décadas, en cifras: casi 209 millones de euros en 828 proyectos
CTA cumplirá el próximo 10 de octubre 20 años desde su nacimiento, un ciclo en el que ha promovido más de 6.000 proyectos innovadores. Fundada en 2005 con Joaquín Moya-Angeler como primer presidente -quien abandonó el cargo hace una década-, la institución arrancó con el objetivo de potenciar la colaboración entre el tejido científico y el productivo en Andalucía con 44 grandes corporaciones como patronos privados, cifra que ha crecido hasta superar en la actualidad las 185 empresas miembro de todos los tamaños y sectores.
A lo largo de su trayectoria y con su propio fondo de incentivos, compatible con ayudas públicas, la entidad ha concedido casi 209 millones de euros a 828 iniciativas de I+D+i empresarial que han movilizado una inversión privada de 597 millones. Además, esos proyectos han subcontratado 103,6 millones de euros a 392 grupos de investigación de universidades, hospitales y otros centros públicos.
En el marco de la internacionalización, ha participado en más de 60 programas, tanto financiados por la Unión Europea como por organismos multilaterales, y colaborado con más de 500 entidades de 45 países.
Las empresas integradas en CTA suponen el 3,6% del PIB nacional y mantienen casi 300.000 empleos en España, según un informe de PwC de 2022 sobre el impacto de esta entidad.
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