Elogio de la col, en memoria de Simon Groot

Tribuna económica

19 de agosto 2025 - 06:00

No ha pasado desapercibida la muerte con 90 años de Simon Groot, heredero de la compañía holandesa East-West Seed, referencia en investigación en más de 80 países; la col es la preferida de la casa, firme, con una bella gama de verdes, y de cultivo fácil. A Simon Groot le dieron el premio World Food Prize, reconociendo su capacidad para involucrar a los agricultores, y aprender de ellos. Se interesaba de verdad en lo que hacía, y como las semillas híbridas no sirven para la segunda cosecha, ponía su precio muy bajo para aumentar la producción, y los beneficios se invertían en investigación y crecimiento. La col y otras verduras necesitan aun investigación sobre los glucosinolatos -hay estudios en China como los de Chang Zheng -, y el olor a sulfuro que desprenden cuando se hierve, provocando rechazo de algo tan sano y nutritivo; sería para dar un Nobel a quien consiguiera suprimirlo, popularizando el consumo.

Michael Grunwald publica un libro sobre cómo alimentar un mundo de 10.000 millones de habitantes, rememorando a Norman Borlang, creador de la llamada Revolución Verde. A Borlang le dieron el Nobel de la Paz, sin embargo los logros de esta revolución se cuestionan por mal uso del agua, fertilizantes, energía, huella de carbono y metano, desperdicios, y dominio de mercado en la distribución. Aun así, su mérito no ofrece dudas, y ya en los años 40 fue a Méjico donde un hongo devastaba el trigo, logrando salvarlo y aumentar por cuatro el rendimiento; por donde pasó dejó huella, y pese a la presión proteccionista de los agricultores de Florida, es indiscutible que los tomates mejicanos tienen hoy mejor tecnología, más calidad, sabores, colores y variedades. Una conclusión es que la investigación en agricultura necesita financiación e implicación de los propios agricultores; por ejemplo, estos días en Almería se trabaja por el IFAPA (el instituto para formación e investigación agraria de Andalucía) en el control de la plaga del pimiento que afecta casi al 30% de la producción en invernadero, pero el IFAPA no está bien dotado, hay cierto abandono empresarial en investigación básica, y falta de disposición a pagar por transferencia de conocimiento a los institutos públicos de investigación y universidades.

No tiene que ver con lo anterior, pero es casi inevitable la imagen de que junto a empresarios ejemplares que se afanan para alimentar a sus semejantes, el gobierno de Israel, en un acto impío de crueldad, manda disparar contra niños en Gaza, que hacen cola para conseguir un poco de comida.

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