Andalucía crecerá un 3,1% en 2026, más que España, por el aumento del empleo y del consumo de los hogares
Previsión del Observatorio Económico de Andalucía
El OEA advierte que las perspectivas a medio plazo no son tan halagüeñas porque la productividad no crece y atribuye la convergencia andaluza más al menor incremento de población que al dinamismo económico
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La economía andaluza muestra una “dinámica estable” y una “gran solidez” en el tercer trimestre de 2025, lo que ha llevado al Observatorio Económico de Andalucía (OEA), think tank regional, a elevar el crecimiento de la comunidad al 3,1% en el conjunto del año, tras un avance del PIB en el tercer trimestre del 0,7%. De confirmarse, la evolución de la economía en la comunidad sería ligeramente mejor en este ejercicio que en España, cuyo crecimiento se sitúa, según diferentes organismos, en una horquilla de entre el 2,6% y el 3%. En 2026 se produciría una desaceleración y la economía nacional y la andaluza avanzarían en el entorno del 2%-2,2%, según el OEA.
Francisco Ferraro, presidente del Observatorio, ha atribuido este jueves esta revisión a mejor de la economía andaluza al consumo privado, responsable de casi un 80% de la mejoría del PIB y con ejemplos como el aumento de matriculaciones interanual en el tercer trimestre (+25%) y de las ventas del comercio minorista (+5%). A su vez, esta mejor dinámica del gasto de los hogares se debe al fortísimo avance del empleo: el OEA calcula que 110.000 personas se incorporarán en el año al mercado laboral, y eso es un factor muy importante pese a que los salarios puedan crecer menos en el sur, a veces por debajo de la inflación. “El hecho es que los nuevos trabajadores que se incorporan gastan todo sus ingresos en consumo”, dice Ferraro. Eso sí, según señala Manuel Hidalgo, profesor de Economía Aplicada de la Universidad Pablo de Olavide y autor del informe, el aumento de la ocupación es muy similar al del PIB, lo que indica que “hay un problema de productividad; la productividad por empleado no crece al ritmo que nos gustaría”.
No solo el consumo tira de la economía andaluza. También lo hacen, aunque en menor medida, la inversión en bienes de equipo y la construcción, que “se está animando, aunque eso no sea suficiente para tener una oferta adecuada de vivienda”. Por el lado de la oferta, y dentro de los servicios, el turismo sigue en nivel récord, aunque da muestras de desaceleración (que se agudizarán previsiblemente en 2026); y la producción industrial crece el triple que España, con un ritmo de aumento de la fabricación de bienes de equipo del 25%.
El punto más negativo -aunque menos de lo que se esperaba en el primer trimestre-- es el sector exterior. La balanza entre exportaciones e importaciones ya no es el motor del crecimiento, sino que, al contrario, contribuye de forma negativa. Los aranceles de Trump y la debilidad de Europa –nuestro principal cliente-- han frenado las ventas al exterior, con “dificultades” en el refino y la petroquimica, “donde la competencia ha aumentado y márgenes de rentabilidad se han reducido”, según explica Francisco Ferraro.
Hay convergencia, pero se debe más a que la población crece menos que en España
El presidente del Observatorio Económico de Andalucía aseguró que el hecho de que Andalucía crezca más que España significa que habrá una mayor convergencia y así ha ocurrido en el último ejercicio disponible (2024). Sin embargo, recordó que en el factor que más está facilitando que la comunidad converja con el país no es el crecimiento económico sino el menor aumento de población, ya que este indicador se mide según la relación entre PIB y población (PIB per cápita). La causa principal del menor dinamismo poblacional de Andalucía (lo que facilita la convergencia) es que la inmigración hacia el sur es menos intensa que en otras zonas de España.
Los miembros del Observatorio Económico de Andalucía confirmaron que la coyuntura va bien, pero dudaron de que las perspectivas a medio plazo sean tan positivas. “Encontramos más limitaciones”, señaló Ferraro, quien mostró, sobre todo, su preocupación por una productividad que “sigue sin crecer” y que es el “factor fundamental” de crecimiento a largo plazo. Reclamó, en este sentido, llevar a cabo reformas estructurales pendientes “que no dependen de Gobiernos regionales”, y citó, entre ellas, una reforma de las pensiones que alivie al erario público, la reforma de las administraciones y de las bases presupuestarias y la educativa.
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