Andalucía retrocede dos puestos en competitividad fiscal en España: pasa de la quinta a la séptima plaza
El informe del índice autonómico recomienda reformas en el IRPF, Sucesiones y la simplificación de tributos propios
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Andalucía baja del quinto al séptimo puesto en el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2025, elaborado por la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation. La comunidad obtiene una nota de 6,30 frente al 6,57 del año anterior, y se ve superada por Canarias y La Rioja, que escalan posiciones tras aplicar reformas en Patrimonio y Sucesiones. El informe destaca que Andalucía sigue siendo una de las regiones con mejor desempeño fiscal, especialmente en el tratamiento de la vivienda habitual y en la bonificación del Impuesto sobre Sucesiones. Sin embargo, advierte que la falta de nuevas reformas y la complejidad acumulada en algunos tributos autonómicos han frenado su avance. Este informe ha servido a la Junta, y en concreto a su presidente, Juanma Moreno, para referenciarse como un territorio fiscalmente atractivo.
El informe fue presentado el pasado viernes en el Senado, durante la Jornada de Economía y Competitividad Fiscal organizada por la Fundación para el Avance de la Libertad en colaboración con la Tax Foundation. La cita reunió a representantes políticos, académicos y expertos internacionales, que coincidieron en destacar la competencia fiscal como herramienta clave para el desarrollo económico, la atracción de inversión y la retención de talento. La autora del índice, Cristina Enache, alertó sobre la “contradicción flagrante” del Gobierno central al exigir armonización fiscal mientras pretende otorgar una competencia fiscal ilimitada a Cataluña. Enache defendió que la competencia fiscal entre comunidades es lo que evita que España se convierta en un “verdadero infierno fiscal”.
Reformas que consolidaron su ascenso
Desde 2017, Andalucía ha escalado nueve posiciones en el ranking, pasando de la decimosexta a la séptima, gracias a una política fiscal activa que incluyó la rebaja progresiva del IRPF, la bonificación general del Impuesto sobre el Patrimonio y la simplificación de tributos propios. En el Impuesto sobre Sucesiones, la comunidad aplica desde 2019 una bonificación del 99% para cónyuges y parientes directos, junto a una reducción de 1.000.000 euros en la base imponible. En 2022, mejoró el tratamiento de la vivienda habitual, aplicando una reducción del 99% sin límite de valor y eliminando la discriminación por patrimonio preexistente. También se elevó la deducción para los contribuyentes del grupo III de parentesco, pasando de 7.993 euros a 10.000 euros.
En el Impuesto sobre el Patrimonio, Andalucía mantiene una bonificación general del 100%, aplicando la escala estatal durante la vigencia del impuesto de solidaridad. Esta medida le permite conservar una posición destacada en el índice correspondiente. También se consolidan las reducciones permanentes en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados, con tipos más bajos que la media nacional. En 2022, la reforma transitoria aprobada en 2021 se convirtió en permanente, y en 2023 se derogó el impuesto sobre el depósito de residuos peligrosos por la entrada en vigor del tributo estatal.
El IRPF y los tributos propios, asignaturas pendientes
El informe señala que el IRPF andaluz sigue siendo uno de los puntos débiles: aunque se han realizado deflactaciones parciales y reducciones en tramos, los tipos impositivos siguen siendo elevados en comparación con otras regiones más competitivas como Madrid o las diputaciones vascas. Álava, Vizcaya y Guipúzcoa lideran el índice agregado del IRPF con puntuaciones superiores a ocho, mientras que Andalucía se queda en 4,67. Madrid, por ejemplo, mantiene un tipo máximo del 45% y lidera el ranking general con una nota de 7,02.
Los impuestos propios autonómicos también penalizan a Andalucía, que mantiene cinco tributos activos. Esta carga burocrática contrasta con la situación de Madrid y el País Vasco, que han eliminado todos los impuestos propios y lideran el índice correspondiente con la máxima puntuación. Cataluña, en cambio, se sitúa en la última posición de la clasificación general y del índice de impuestos propios, con once tributos autonómicos activos.
Sucesiones: bonificaciones desiguales y tipos elevados
En Sucesiones, las bonificaciones no se extienden a los grupos III y IV, lo que genera desigualdad y complejidad en el impuesto. Además, se mantienen los coeficientes multiplicadores por parentesco, que elevan el tipo efectivo hasta el 49,4%, por encima de países como Luxemburgo o Reino Unido. Asturias y Murcia aplican tipos máximos del 87,6%, los más altos de Europa. Galicia, Cantabria y Baleares lideran el índice de Sucesiones junto a Andalucía, gracias a bonificaciones amplias y simplificación normativa.
Andalucía necesita retomar el impulso reformista
La conclusión del IACF 2025 es clara: aunque Andalucía ha sido una de las comunidades más activas en la mejora de su sistema fiscal desde 2017, la falta de nuevas reformas y la acumulación de complejidades en algunos tributos han provocado su retroceso. Para recuperar posiciones, el informe recomienda una simplificación normativa, una mayor equidad en Sucesiones y una rebaja sostenida en el IRPF. La comunidad tiene margen, añade el informe, para volver a estar entre las cinco primeras, pero necesita retomar el impulso reformista que la llevó a escalar nueve puestos en los últimos ocho años.
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