Adolfo Ramírez: "Andalucía está demostrando que la tecnología no es solo cosa de las grandes ciudades"
Experto en transformación empresarial y con una larga trayectoria en el sector bancario, Ramírez habla de la necesidad de romper la brecha tecnológica en pequeñas y medianas empresas - "A veces tenemos tecnología del siglo XXI y estructuras y modelos del siglo XX", afirma
DES 2025: el mundo de la Inteligencia Artificial mira a Andalucía

Pregunta.En su libro El valor de la autenticidad habla de que “solo crecen empresas auténticas” … ¿a qué se refiere cuando habla de empresas auténticas?
Respuesta.Me refiero a empresas que son coherentes entre lo que dicen y lo que hacen. Que no solo proclaman valores en sus páginas web, sino que los integran en sus decisiones, en sus hábitos y en la manera en que tratan a las personas: empleados, clientes o proveedores. Una empresa auténtica construye confianza, y la confianza hoy es un activo estratégico. En un entorno tan incierto y competitivo como el actual, solo aquellas organizaciones que actúan con integridad, propósito y coherencia logran un crecimiento rentable y sostenible.
P.¿Cómo puede conjugar una empresa el desarrollo de las personas que trabajan en ella o la sostenibilidad con la consecución de beneficios?
R.Es una falsa dicotomía pensar que hay que elegir entre resultados y personas o sostenibilidad. Al contrario, cuidar del talento, apostar por el aprendizaje continuo o generar impacto social positivo son elementos que hoy impulsan la competitividad. Las empresas que miran el largo plazo saben que su rentabilidad depende de su capacidad de crear valor no solo económico, sino también humano y social.
P.Suele hablar del impacto de las nuevas tecnologías en empresas y en la sociedad misma… ¿cuál es la situación actual? ¿Se aplican de forma generalizada?
R.Estamos en un momento clave. La tecnología ya no es una opción, es el contexto. Muchas empresas han avanzado mucho, especialmente en automatización, análisis de datos o experiencias digitales, pero aún hay una brecha importante, sobre todo en pymes. También hay un reto cultural: integrar tecnología no es solo implementar herramientas, sino transformar mentalidades y procesos. A veces tenemos tecnología del siglo XXI y estructuras y modelos del siglo XX.
P.¿Se ha roto ya ese miedo en las empresas a integrar herramientas como la inteligencia artificial a su día a día?
R.Está empezando a romperse, pero todavía hay demasiada cautela, y aunque puede parecer normal, existe un gran riesgo de quedarse rezagado y poner en riesgo el futuro. La inteligencia artificial, especialmente la generativa, plantea desafíos reales: desde cómo aplicarla de forma efectiva, hasta cómo asegurar la ética y la privacidad. Pero también es una gran oportunidad para liberar tiempo, tomar mejores decisiones y ofrecer un servicio más personalizado. Las empresas que la integran con visión estratégica, no por moda, están viendo resultados tangibles.
P.¿Cómo sería posible evitar problemas como la fuga o el robo de datos que puede conllevar el uso de la IA en las empresas?
R.Primero, entendiendo que la seguridad no es solo un tema técnico, sino también cultural y organizativo. Hay que establecer políticas claras, formar a los equipos y utilizar herramientas con garantías. También es clave saber qué datos se usan, para qué, y con qué modelos. No todo vale. Igual que no se abriría una tienda sin poder cerrar bien la puerta, no se puede desplegar IA sin cerrar bien el acceso y el uso de los datos.
P.¿Es igualmente aplicable el uso de las nuevas tecnologías en grandes corporaciones como en, por ejemplo, empresas familiares o empresas de ámbito local o regional?
R.Sí, y de hecho, muchas veces las pymes tienen más agilidad para probar nuevas herramientas. La clave está en aplicar la tecnología con sentido, alineada con su modelo de negocio. No se trata de copiar lo que hace una multinacional, sino de usar la tecnología para resolver problemas reales: mejorar la gestión, entender mejor al cliente, ahorrar tiempo, reducir costes… La IA, por ejemplo, puede ser una gran aliada en tareas comerciales, administrativas o de análisis.
P.Hablando de lo local y regional, ¿conoce algún caso en Andalucía que pueda ejemplificar el uso de estas nuevas tecnologías en la actualidad?
R.Sí, hay ejemplos muy interesantes. En el sector agroalimentario andaluz, por ejemplo, algunas cooperativas están utilizando inteligencia artificial para optimizar los cultivos, predecir la demanda o mejorar la logística. También hay proyectos en turismo que combinan IA con análisis de datos para personalizar experiencias o gestionar mejor los recursos. Andalucía está demostrando que la tecnología no es solo cosa de las grandes ciudades.
P.Hace algunos años creó el movimiento Vida Silver, ¿de qué se trata?
R.Vida Silver nació con una idea clara: poner en valor el talento y la experiencia de las personas mayores de 50 años. En un mundo que envejece, no podemos permitirnos prescindir de generaciones con tanto que aportar. Es un movimiento que promovía una nueva mirada sobre la madurez, rompiendo estereotipos y conectando generaciones desde el aprendizaje, el emprendimiento y la innovación social. Porque la edad no define lo que uno puede o no puede hacer.
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