Hasta qué punto la inestabilidad política afecta a la economía

Tribuna económica

01 de julio 2025 - 04:00

Son frecuentes opiniones que señalan los costes económicos de la inestabilidad política, lo que se corrobora en el trabajo de M. Dirks y T. Schmidt del Leibniz Institute y la Universidad del Ruhr, donde encuentran correlación causal entre inestabilidad política y crecimiento para una amplia muestra de países, aunque no al contrario, esto es, una buena economía no contribuye necesariamente a una mayor estabilidad. España es ejemplo de esto último, pero no de lo primero. En 2018 las expectativas de crecimiento para el año eran, por estas fechas, de 1,4%, frente al 2,6% actuales; los precios al consumo crecían al 4,3%, y ahora al 2,3%; el desempleo no bajaba del 12,8%, y ahora está en 10,8%; la balanza por cuenta corriente apenas era positiva, y ahora es un 2,4%; el déficit público era del 4,7% y ha pasado al 3,2%; y pagamos por nuestra deuda a diez años un par de décimas menos que entonces.

Aunque estos datos no admiten mucha discusión, es cierto que las perspectivas económicas están lastradas por las disrupciones al comercio lo que se nota bastante en las exportaciones; también el crecimiento se apoya en una fuerte demanda de consumo interna, y en el uso intensivo de mano de obra, hoy envejecida, por lo que se necesitarán personas nuevas o trabajar más horas; y en fin, la débil inversión productiva y escasa productividad empresarial, abre interrogantes para el futuro. Sin embargo, en estos siete años de inestabilidad política se ha crecido sobre los cuatro pilares de una política económica eficaz de rentas, salarios mínimos y pensiones, que estimula el consumo; una inteligente política energética que baja la inflación respecto a Europa; de mano de obra, favoreciendo que haya tres millones de trabajadores extranjeros en la seguridad social; y de financiación de la deuda, transmitiendo un mensaje de rigor fiscal a inversores. Con flujos financieros multimillonarios que van al inmobiliario, y una bolsa que sube más de un 20% en el año (el Eurostoxx el 8%), es difícil justificar que la inestabilidad política desanima las expectativas económicas.

La dificultad en estudios como el de Dirks y Schmidt es cómo definir la inestabilidad, pues sabemos que shocks como la pandemia, la guerra o los aranceles pueden superar a los políticos; aún nos quedaría valorar los efectos de inestabilidad política originados por el tema de Cataluña, y los efectos positivos sociales y económicos de haberlo abordado, pero, como decimos los economistas, “¿esto cómo lo metemos en el modelo?”

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