La opa de la discordia

La oferta hostil del BBVA sobre el Banco Sabadell se embarra tras endurecer el Gobierno las condiciones de compra

Carlos Torres, presidente de BBVA, en el curso de la APIE de la Universidad Menéndez y Pelayo en Santander.
Carlos Torres, presidente de BBVA, en el curso de la APIE de la Universidad Menéndez y Pelayo en Santander. / Pedro Puente Hoyos / Efe

29 de junio 2025 - 04:00

LA pasada noche de San Juan, Carlos Torres, presidente del BBVA, y César González-Bueno, consejero delegado del Banco Sabadell, compartieron mesa en la velada que anualmente ofrece el conde de Godó, Javier Godó, en Barcelona. Se intercambiaron saludos y hablaron cordialmente de distintos asuntos; pero ni una palabra del que ambos tenían en la cabeza: esa opa que la entidad vasca ha lanzado sobre la catalana y sobre la que el Consejo de Ministros se iba a pronunciar la mañana siguiente. Los compañeros de mesa, entre ellos Godó, respetaron la formalidad.

Torres había estado por la mañana en Santander, en la inauguración del curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), patrocinado precisamente por el BBVA, que de lunes a viernes se ha celebrado en las instalaciones del Palacio de la Magdalena. Tras su intervención, recibió un chaparrón de 23 preguntas sobre el mismo tema y salió todo lo airoso que pudo con la cautela que recomendaba estar hablando sin conocer la decisión del Gobierno y con meras sospechas. “El único escenario que contemplo es que la opa llegue a los accionistas del Sabadell”, afirmó, para después instar a la calma: “Seguiremos con nuestro camino si [la operación] no sale adelante, el banco vive un momento espectacular, está entre los 15 grupos bancarios de la UE que más ha crecido”.

Así comenzó una semana muy agitada, que ha tenido en el seminario santanderino una escaleta particular por la que han pasado prácticamente todos los protagonistas que ha tenido la operación en los 14 meses que se han cumplido desde que se lanzó. Después de Torres intervino, el presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Carlos San Basilio, que se limitó a adelantar que suspendería la cotización de las dos entidades en el momento en el que el Gobierno se pronunciara.

Así lo hizo al día siguiente. Antes de ello, la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, que destacó que la decisión del Ejecutivo debía responder a cuestiones de interés general y no de competencia, subrayó que el hecho de que el Gobierno endureciera las condiciones que el organismo que preside había impuesto en mayo pasado para autorizar la opa estaba dentro de lo que establece la Ley de la Competencia, que permite que las suavice o endurezca. Cosa que sucedió (endurecerlas) y que se conoció mientras intervenía Luis de Guindos, ex ministro de Economía español y vicepresidente del BCE, que también tuvo que pronunciarse sobre la opa.

A partir de ese momento, se originó un hervidero de reacciones a la espera de la intervención vespertina de Carlos Cuerpo por videoconferencia (el ministro no pudo acudir a la inauguración por razones de agenda). El titular de Economía, que recibió otro chaparrón de preguntas (un total de 25) desde Santander, explicó los pormenores de las condiciones impuestas, consideradas de calado para los objetivos del BBVA.

La principal de esas condiciones es que el ofertante, si se hace con el control del ofertado, tendrá que respetar la personalidad jurídica al menos durante tres años, ampliables a cinco si es que se considera oportuno (es decir, que el Sabadell siga operando como Sabadell, adoptar decisiones sobre la política de financiación, la red de oficinas y los servicios bancarios), que se proteja la financiación a pymes y que el saldo neto de la plantilla sea el mismo que en el momento de la compra cuando acabe ese periodo (lo que quiere decir que se pueden hacer recortes que no sean consecuencia de la compra, pero obliga a hacer incorporaciones para que la plantilla no sufra merma alguna). Cuerpo señaló que entre seis y tres meses antes de la fecha, el ministro de turno (él o el que esté) deberá llamar a las partes para comprobar el cumplimiento.

El banco catalán aplaudió la decisión del Gobierno sin disimulo. González-Bueno, que acudió a Santander el jueves, no pudo estar más explícito durante su intervención en el curso. El ejecutivo madrileño se mostró eufórico ante la idea de que el Sabadell pueda seguir su camino de forma independiente. “La opinión generalizada es que las posibilidades [de la opa] se han reducido”, apuntó al tiempo que significaba que el BBVA rehiciera el folleto de la opa para dar un cálculo de las sinergias de fusión más exacto para que los accionistas del Sabadell puedan comparar con su nuevo plan estratégico. Las sinergias avanzadas eran de 850, que a su juicio no se podrán realizar. “La operación en sí misma no tiene sentido”, remató el ex piloto que conduce el banco vallesano desde hace cuatro años.

Eso es lo que tendrá que decidir el banco vasco, que se limitó a responder en un escueto hecho relevante a la CNMV que se tomará el tiempo que sea necesario para analizar la situación y tomar una decisión. El consejo de administración se encuentra desde el martes en contacto continuo evaluando las posibilidades, que van por seguir adelante con las condiciones impuestas, lo que podría implicar mejorar la oferta, retirarse o presentar recurso ante los tribunales. Lo confirmó el miércoles en Santander, y con las aguas ya calientes, Peio Belausteguigoitia, country manager para España del BBVA (algo así como el número tres de la entidad).

Ahí radica el quid de la cuestión. Hay apuestas, basadas en especulaciones; pero los más informados vaticinan que la entidad vasca va a continuar con la operación. Torres ha hecho de esta operación una apuesta personal y no parece que después de tanto tiempo de peleas, de despachos de abogados, de asesorías, vaya a tirar la toalla. Tendrá que convencer a su consejo y a sus principales inversores, entre los que hay que creen que un paso al lado sería sensato. Pero, tres años pasan deprisa y el BBVA podrá, si acepta las condiciones, cambiar a los miembros del consejo del Sabadell siempre que preserve, además de la personalidad jurídica, el patrimonio y la autonomía de gestión.

Los Corros

  • Garamendi: “La operación se ha politizado”. El presidente de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, se expresó con contundencia sobre la decisión del Gobierno en su intervención en el curso santanderino. Sin entrar a defender ni a uno ni a otro (“los dos bancos son socios de la CEOE”), el dirigente empresarial expresó su fastidio por el hecho de que la operación se haya extendido tanto tiempo y echó leña al fuego al manifestar que se haya politizado (“nos guste o no, la sensación de inseguridad jurídica existe”). Luego apeló al poder de los accionistas, que son los que tienen que decidir en función de sus intereses.
  • Kindelán pide “previsibilidad y estabilidad”. Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), que intervino antes que el patrón de patronos en el curso de la Menéndez Pelayo, pidió “previsibilidad y estabilidad” en las normas. La líder de la poderosa patronal bancaria, que abogó por la integración de un mercado bancario europeo, criticaba de esta forma el rechazo que supone para muchos inversores la falta de seguridad.
  • Unai Sordo quiere asegurar el empleo. El líder de Comisiones Obreras, Unai Sordo, recientemente elegido para su tercer y último mandato al frente del sindicato, dejó bien claro que las condiciones son insuficientes y que lo que le preocupaba en este tipo de operaciones es el empleo. “La experiencia nos ha enseñado”, dijo, “que, al principio, cinco más dos son siete; pero cuando se acaba la fusión la suma es cinco, o sea los mismos empleos que tiene ahora el comprador”.
stats