Del olivar al asfalto: así es el material de residuos de aceituna ‘made in Andalucía’ para construir carreteras que capturan CO2
Un estudio demuestra las propiedades del biochar que produce la compañía sevillana Carboliva para la fabricación de pavimentos sin huella de carbono
Carboliva proyecta una inversión de 120 millones en 20 hornos en España y Portugal para producir biocarbón con residuos de aceituna

Sevilla/La construcción de carreteras tiene consecuencias medioambientales significativas, al ser responsable, según estudios recientes, de más del 5% de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas en Europa. Un impacto que obliga a incorporar soluciones sostenibles ante los nuevos requerimientos de la UE para reducir la huella de carbono y alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050.
La meta podría estar más cerca gracias a un material made in Andalucía que quiere revolucionar el futuro de la ingeniería de infraestructuras viarias. Se trata del carbón vegetal –también conocido como biochar– a partir de subproductos de la aceituna que elabora desde 2018 la empresa sevillana Carboliva, cuya utilización en la fabricación de pavimentos da lugar a un asfalto sostenible y sin emisiones.
Así lo respalda un estudio del Grupo de Investigación Matcar (Materials de Construcció i Carreteres) del Departamento de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), realizado en colaboración con la compañía andaluza, sobre el desarrollo de pavimentos de mezclas asfálticas –compuestas por betún, piedras, gravas y arenas– con huella de carbono cero, o incluso negativa.
En concreto, este trabajo ha demostrado que el biochar de Carboliva, con derechos de venta de carbono bajo el European Biochar Certification (EBC), puede añadirse a las mezclas de áridos usadas en carreteras, en las que los betunes derivados del petróleo actúan como ligante. Pero, además, según los cálculos estimados, el asfalto resultante permitiría capturar hasta tres millones toneladas de CO2 al año.
Los resultados situarían al sector de la construcción de infraestructuras viarias en línea con la Estrategia Española de Economía Circular 2030 y ya han despertado el interés de varias compañías, según asegura Álvaro Espuny, fundador y presidente de Carboliva, especializada en producción de biochar a partir de biomasa de la industria oleícola mediante un horno de pirolisis rotativo en continuo de tecnología propia.
Divulgación
“El uso del biocarbón en las mezclas de asfalto abre un nuevo campo de trabajo en Carboliva”, reconoce Espuny, al tiempo que destaca que el potencial de este material es “enorme”, ya que las 50 orujeras españolas procesan cada año alrededor de seis millones de toneladas de subproducto de aceituna de las almazaras, de las que se podrían obtener, a su vez, más de 600.0000 toneladas de biochar.

Las conclusiones de la investigación de la UPC, coordinada por el ingeniero de Caminos José Rebollo y liderada por el catedrático Rodrigo Miró, se han presentado en la segunda edición de Net Zero Tech –un foro celebrado a principios de junio en La Farga de L’Hospitalet (Barcelona) sobre descarbonización industrial– y se divulgarán próximamente en una publicación científica especializada en Obra Civil y Carreteras.
Con esta difusión, como apunta Álvaro Espuny, se pretende abrir el estudio a las aportaciones de más expertos, investigadores y profesionales del sector, para que se pueda adaptar el modelo y la durabilidad de estos nuevos pavimentos a distintas condiciones geográficas, meteorológicas, técnicas y materiales. “El proyecto está muy avanzado, aunque el salto a las carreteras requiere de más ensayos”, añade.
Horno de pirólisis
Carboliva, con sede en Osuna (Sevilla), cuenta desde 2018 con un horno en la planta de Acesur-Coosur de Puente del Obispo (Jaén), donde produce 5.000 toneladas anuales de biocarbón de aceituna con un sistema de pirólisis en ausencia de oxígeno patentado y desarrollado por su propio equipo técnico en colaboración con la Escuela de Ingenieros de Sevilla, la compañía Inerco y la Universidad de Málaga.
La empresa proyecta una inversión de 120 millones de euros en los próximos cinco años en la instalación de hasta 20 hornos en otros tantos secaderos de orujo en España y Portugal para, por un lado, liderar la fabricación nacional de biochar con una previsión de 200.000 toneladas anuales; y, por otro, dar respuestas a la industria orujera frente a las nuevas exigencias europeas en materia de sostenibilidad.
Con una plantilla de 15 personas, Carboliva ha sumado en los dos últimos ejercicios una facturación de 3,4 millones de euros, apoyada, sobre todo, en la comercialización de carbón vegetal para acerías de Italia y Suecia, si bien el objetivo es complementar el negocio en las ventas de derechos de carbono bajo la certificación EBC y en el mercado de la regeneración de suelos en el olivar, viñedo o almendra.
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