¿Y si la Navidad estuviera volviendo a sus orígenes económicos?

Decorado navideño de la Avenida de la Constitución en Sevilla.
Decorado navideño de la Avenida de la Constitución en Sevilla. / José Ángel García

22 de diciembre 2025 - 06:00

Una interesante paradoja rodea nuestras fiestas religiosas más importantes. Las cuales no es que sean resilientes a la secularización de la sociedad, sino que pareciera que cuantos menos ciudadanos practican el catolicismo, más multitudes participan en las fiestas, desde la Semana Santa, al Rocío o la Navidad. Pero frente a los dos primeros ejemplos, Semana Santa y el Rocío, que se han ido transformando en espectaculares manifestaciones de lo que se ha venido en denominar religiosidad popular, alejándose de sus inicios, más contenidos y eclesiásticos, la Navidad sí parece haber vuelto a sus orígenes. Eso sí, a los previos a Jesús, es decir, a las consumistas Saturnales romanas, asimiladas por el cristianismo, y que giraban en torno a tres elementos.

El primero eran los banquetes y comidas, que han ido ganando peso en las Navidades actuales. Si hace medio siglo se circunscribían fundamentalmente a Nochebuena/Navidad y Fin de Año, ahora tenemos pantagruélicas comidas navideñas con amigos y de trabajo desde noviembre, siendo una temporada alta para la hostelería y alimentación.

También ha ganado importancia el segundo pilar de las Saturnales, la decoración. De hecho, más de 2500 años después, seguimos utilizando luces y elementos de la naturaleza, como ramas de árbol, con sus hojas y frutos. De nuevo, solo ha cambiado la escala, dando lugar a una industria pujante, la de la decoración navideña, donde destacan los árboles navideños, que nos interpelan sobre una festividad originalmente agrícola, que comenzaba con el final de la siembra de invierno.

Pero dónde se ve la superior escala presente es en las luces decorativas, que ahuyentaban la oscuridad invernal. Las antiguas lámparas de aceite y velas de sebo han sido remplazadas por millones de luces leds que adornan nuestras urbes. El encendido y apagado de las mismas se ha ido distanciando en el tiempo, para hacerlo coincidir con los dos acontecimientos consumistas más importantes del año, el Black Friday y las Rebajas de enero. Lo que nos lleva a la tercera columna de las Saturnales, las generosas compras de regalos a familiares y amigos.

Aunque, sin el Niño Dios, y sus promesas de paz y esperanza, las Saturnales jamás hubieran evolucionado hasta la actual Navidad, el evento cultural más importante del mundo. Cuyas luces lucen en ciudades como Tokyo, Delhi, Dubái o Beijing. Ahora son otras culturas, no cristianas, las que asimilan nuestra Navidad.

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