El castañar andaluz busca ganar dimensión económica y social para garantizar su supervivencia
Un congreso europeo que se celebra por primera vez en Andalucía dará visibilidad al sector, que quiere conformarse como una Organización de Productores y aumentar la producción y calidad del fruto

El de la castaña un sector pequeño en dimensión en la comunidad, con una importancia económica relativa, pero con un gran valor social y mediambiental. Los incendios en España este verano han revelado la importancia de un bosque cuidado por los habitantes de la zona, y en este sentido los castañares de Huelva y Málaga, las principales zonas productoras, son un ejemplo.
Ahora mismo, la gran mayoría de los que se dedican a esta actividad son propietarios de pequeñas tierras (a veces, de menos de una hectárea) y tienen los ingresos que da la venta de castañas como un complemento de su trabajo principal. Están expuestos a amenazas que son reales, como la tinta (el equivalente a la seca de encinares y alcornoques en castañas), el chancro, los insectos carpófagos o la plaga de la avispilla; y en los últimos años han sufrido el embate de la sequía, que ha sido muy duro. Afortunadamente, el año pasado ya permitió un cierto respiro.
Frente a la dificultad, unión y crecimiento. El sector se ha propuesto avanzar para ser “más productivo y rentable”, para “capitalizarse y crear un ecosistema de servicios alrededor”, afirmó Arturo Martínez, presidente de la Cooperativa Castañera Serrana de Galarosa, durante la presentación de la XV Jornadas Europeas de la Castaña que, organizadas por la asociación europea Eurocastanea, la Plataforma Andaluza del Castaño y la Plataforma Onubense en Defensa del Castañar, se celebran por primera vez en Andalucía.
Apoyo de dos consejerías de la Junta de Andalucía
Este evento, que se desarrollará en Aracena del 10 al 13 de septiembre, es uno de los pasos que ha dado el sector para cobrar visibilidad, y su presentación ha contado este miércoles con el apoyo directo del secretario general de Agricultura, Manuel Gómez, y del director general de Espacios Naturales Protegidos, José Enrique Borrallo.

Otro paso ha sido el Plan Estratégico del Castañar, elaborado por la Consejería de Sostenibilidad, que ha incluye I+D para mejorar la calidad de la fruta, investigación para luchar contra las plagas (de hecho, ahora se va a ensayar un tratamiento ecológico contra la carpocapsa), nuevas variedades genéticas más resistentes a la tinta y mejoras en la clasificación y manipulación de los frutos.
Y un paso más será, según explica Martín, la configuración del sector como Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), lo que permitiría una importante inyección económica. “Queremos que la castaña se considere un producto de Huelva como pueda ser el aceite de oliva, la fresa, el vino del Condado, la gamba o el cerdo ibérico”, afirma Arturo Martínez, quien también preside el comité organizador de las Jornadas.
7.000 hectáreas productivas repartidas entre Aracena y Picos de Aroche y el valle del Genal
En Andalucía hay 12.829 hectáreas de castañar, la gran mayoría protegidas. De ellas, están en producción 7.000 hectáreas, 3.300 en Huelva (sobre todo en Aracena y Picos de Aroche, con castaños de más de 100 años) y 3.700 en Málaga (en el valle del Genal, con castaños más jóvenes). Entre las dos zonas, producen unos cinco millones de kilos, y puede haber, más o menos, 1.500 familias con ingresos procedentes de esta actividad.
El precio puede aumentar por los incendios en el Noroeste, portugal y Grecia
El año pasado, que fue bueno, se consiguió un precio de dos euros por kilo (lo que se traduciría en un valor total de 10 millones de euros), y este año se espera superarlo, aunque con ciertas incertidumbres. Influirán positivamente, aunque motivado por una desgracia, los incendios en el noroeste de España, Portugal y Grecia. “Seguro que eso empujara a un aumento de la cotización, ha habido pérdidas considerables para el sector, pero no por mala gestión del castañar sino de todo lo de alrededor. El castañar en ese contexto era una isla”, dice Arturo Martínez
Pero, añade Martínez, para que esa expectativa se traduzca en mayores ingresos tiene que haber una buena producción en Andalucía: “se tienen que hacer las cosas bien, el tiempo tiene que acompañar, con lluvias a mediados de septiembre, y también habrá que ver el calibre del fruto”.
Con su unión y afán de modernización el sector del castañar al menos no ha sufrido abandono. Y eso ya es muy importante. Porque, como señala Arturo Martín, “como las fincas se queden vacías solo es cuestión de tiempo que aparezca el fuego”.
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