El increíble acuerdo EEUU-China: la paz económica

Análisis

Donald Trump saluda a Xi Jinping en una cumbre del G20.
Donald Trump saluda a Xi Jinping en una cumbre del G20. / Juan Carlos Zambrano

01 de noviembre 2025 - 06:00

Por fin llegó el acuerdo definitivo entre EEUU y China. Trump y Xi Jinping salieron optimistas del acuerdo firmado en Corea del Sur. Trump afirmaba que era un acuerdo “increíble” y Xi Jinping hablaba de un acuerdo “base” para restablecer el orden económico mundial en el que las dos grandes potencias, como socios y amigos, se comprometen a mantener el rumbo de la paz y prosperidad para ambas naciones y para el resto del mundo. Se ha pasado de las amenazas a las buenas palabras y a la cooperación. Donald Trump, a través de su plataforma digital, intimida con la bravuconería propia de un matón; por el contrario, cuando se sienta con los líderes para negociar, exhibe su talante negociador de empresario y su mejor versión. Xi Jinping, siempre maduro y frío, hace alarde de su pragmatismo y su visión a largo plazo.

El pasado lunes, Scott Bessent anunció que había firmado un preacuerdo que serviría de base para un pacto definitivo entre Trump y Xi Jinping en Corea del Sur. Los mercados lo celebraban con subidas en las bolsas. El preacuerdo era más que un preacuerdo, ya que en el acuerdo definitivo de Corea del Sur no hay nada nuevo que no hubiera anunciado previamente Scott Bessent. Estaba todo atado y bien atado, como si no se fiaran de la volatilidad e imprevisibilidad de Trump en la última fase del acuerdo. Los mercados esperaban que el contenido del acuerdo final fuera más amplio que el del preacuerdo. Esta es la razón por la que los mercados no celebraron el acuerdo final: se esperaba más.

Xi Jinping se compromete a acabar con los flujos de fentanilo

China se compromete a acabar con los flujos hacia EEUU de precursores químicos para fabricar el fentanilo. A cambio, Trump se compromete a reducir los aranceles que se impusieron por el fentanilo desde el 20% al 10%. Tras esta reducción arancelaria, el promedio de los aranceles de EEUU a las importaciones chinas quedaría reducido al 4,7%.

Reanudación de las exportaciones de tierras raras de China a EEUU

Xi Jinping se compromete a reanudar las exportaciones durante un año, al cabo del cual volverían a reunirse y, tras comprobar el cumplimiento de los acuerdos por ambas partes, se reanudaría el acuerdo por un año más. La exportación de tierras raras es la baza más fuerte de China al poseer el 70% de las tierras raras del mundo y el 90% de las tecnologías de procesamiento. Las tierras raras son fundamentales para las nuevas tecnologías, transporte, baterías, aeronáutica y armamento de alta precisión.

Vuelta de las exportaciones de soja y sorgo de China a EEUU

China había suspendido las importaciones de soja desde EEUU, perjudicando a los agricultores americanos, parte importante del electorado de Trump. Xi Jinping se compromete a importar 12 millones de toneladas métricas de soja en 2025 y 25 millones en los tres próximos años. Buena noticia para los agricultores de EEUU y mala para los agricultores de Brasil y Argentina, que esperaban ocupar el hueco dejado por EEUU.

Nuevas inversiones de China en EEUU

China se compromete a realizar inversiones millonarias en los próximos años en EEUU.

Colaboración de China y EEUU para traer la paz a Ucrania

China se había mantenido de perfil en la guerra de Ucrania. Es más, estaba ayudando a financiarla aumentando las importaciones de gas y petróleo rusos. De momento, China no se ha comprometido a suspender las importaciones de petróleo y gas ruso, pero sí a cooperar con EEUU para acabar con la guerra de Ucrania. Este es un tema importante para Trump y su prestigio global, ya que se había comprometido con acabar la guerra de Ucrania en 24 horas. Las exportaciones de China de gas y petróleo a países no alineados como India y Brasil están financiando la guerra.

La multinacional Nvidia reanuda sus exportaciones de chips Blackwell a China, que ante las presiones de Trump se habían suspendido y que son fundamentales para el desarrollo de las nuevas tecnologías relacionadas con la IA (inteligencia artificial). Nvidia es la multinacional tecnológica de mayor tamaño del mundo. Esta semana ha alcanzado el valor en bolsa de 5 billones de dólares, tres veces el PIB de España y superior a la suma de Microsoft y Apple.

En conclusión, la firma del acuerdo China-EEUU de Corea del Sur implica una importante distensión de la guerra económica y geopolítica de China-EEUU y supone, al mismo tiempo, un avance en la estabilización y dilución de las tensiones económicas y geopolíticas de los dos últimos años, y un avance en la estabilidad financiera y crecimiento mundiales. En un momento peligroso en el que la estabilidad financiera mundial y el crecimiento están con una perspectiva de desaceleración mundial, con unos mercados y bolsas sobrecalentados y desanclados de sus fundamentales, y con una incipiente burbuja en las multinacionales relacionadas con la inteligencia artificial. Las tensiones militares van en aumento. Recientemente, Rusia ha reanudado sus pruebas nucleares, ante lo cual Trump ha ordenado al Pentágono reanudar los ensayos nucleares. La situación es tensa y compleja. China se dispone a abordar su quinceavo plan quinquenal, denominado “reorganización del poder militar” 2026-2030. La trampa de Tucídides, que afirma que cuando la potencia hegemónica se debilita, la segunda se prepara para sustituirla, vuelve a funcionar. En lo económico, China ya ha alcanzado a EEUU en paridad de poder adquisitivo y en las próximas décadas lo rebasará. EEUU sigue estando por delante de China en lo tecnológico y militar, y este es el segundo reto de China en su competición con EEUU. La reorganización del poder militar que el plan quinquenal contempla es tecnológica. Las tecnologías que China está desarrollando son de doble uso, privado y público. La aplicación de la inteligencia artificial a la reorganización del poder militar es el siguiente paso. Así, el acuerdo firmado en Corea del Sur no es el fin de la guerra de China y EEUU. Es una nueva etapa de una “paz armada” que continuará en las próximas décadas, aunque ha sido de distensión gracias al pragmatismo y visión de largo plazo de Xi Jinping y al oportunismo de Trump.

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