Observatorio empresarial
Cuando la realidad se duplica: la apuesta por los gemelos digitales
EN pleno apogeo de la era digital, la tecnología se infiltra en multitud de contextos sociales y económicos. Incluso es capaz de mimetizarse con situaciones más propias de un mundo menos virtual y más humano, sobre todo a raíz de los recientes y significativos progresos de la inteligencia artificial. Por ello, no nos debería resultar extraño si la tecnología se apropia de términos léxicos más próximos al círculo familiar, ¿o es que nunca has oído hablar de los gemelos digitales?
Pues bien, del mismo modo que dos hermanos gemelos pueden mantener vidas diferentes compartiendo unos rasgos genéticos que les otorga un tremendo parecido físico, los gemelos digitales se considera que son idénticos en su diseño (haciendo un símil, podríamos decir, por tanto, parecidos en carga genética), pero cada uno existe en contextos bien diferenciados, uno en el mundo físico y el otro en el virtual.
No obstante, salvando las distancias, entre los gemelos digitales y humanos existe una destacable diferencia. Mientras que los gemelos de carne y hueso, a pesar de crecer en un mismo contexto familiar o social, se desarrollan física y emocionalmente de forma independiente, el gemelo digital está permanentemente conectado en tiempo real con su hermano físico. Dicho de otro modo, todo lo que le sucede al hermano físico, que bien podría ser una máquina, un edificio, una empresa o cualquier tipo de sistema, se refleja instantáneamente (a tiempo real) en su copia digital. Desde este punto de vista, y buscando nuevamente semejanzas con las personas, sería como si un gemelo humano pudiera sentir y experimentar lo mismo que su hermano en cada momento, transmitiéndole emociones y sensaciones al instante.
Por todo ello, invito al lector a reflexionar sobre algunas cuestiones que hasta no hace mucho tiempo habrían formado parte de ejercicios más próximos a la ciencia ficción. Por ejemplo, ¿serías capaz de imaginar una planta de producción que tuviese la capacidad de anticiparse a las averías de su maquinaria antes de que éstas sucedan?, ¿crees que sería posible que se evaluase la viabilidad técnica del diseño de un edificio antes de que comience a construirse?, o ¿consideras que una ciudad podría aportar soluciones con una gran precisión a acontecimientos que van a suceder? Como era de esperar, la respuesta a estas preguntas podría posicionarse en su vertiente más positiva si tuviésemos en mente la posibilidad de implantar gemelos digitales que fueran capaces de alimentarse de datos en tiempo real captados por sensores o elaborados por la inteligencia artificial. Por lo tanto, nuestro debate sobre esta tecnología se trasladaría del plano especulativo a uno más pragmático. Es más, en el panorama empresarial la aplicabilidad de los gemelos digitales es cada vez más evidente.
En consecuencia, los gemelos digitales están revolucionando la forma en que las empresas diseñan, operan y gestionan sus recursos, permitiéndoles simular escenarios, anticiparse a problemas u optimizar su rendimiento sin necesidad de interrumpir sus operaciones reales. Bajo estas premisas, a priori, las ventajas deberían ser considerables, entre las que destacarían un ahorro en costes al poder detectarse fallos antes de que ocurran, la optimización de procesos mediante pruebas virtuales, el desarrollo de mejoras en la seguridad al simular condiciones extremas sin riesgos reales, el fomento de la sostenibilidad al reducirse los desperdicios y el consumo energético, o la aceleración de la innovación, entre otros.
En la práctica, el potencial de los gemelos digitales se extendería a cualquier sector de actividad y tamaño de empresa. De hecho, aunque esta tecnología pueda parecer que está reservada para grandes multinacionales, cada vez más pequeñas y medianas empresas se interesan por ella, especialmente en áreas relacionadas con el mantenimiento predictivo, la planificación de infraestructuras o la gestión de redes de servicios.
A nivel local, en Sevilla ya tenemos varias empresas y organizaciones que están innovando en este contexto con proyectos muy destacados. Así, Sevilla TechPark (que por cierto se ha convertido por méritos propios en el parque tecnológico y científico más importante de España) planea implementar un sistema de gemelo digital para gestionar eventos, emergencias y seguridad en tiempo real. Por otro lado, el Puerto de Sevilla desarrolla en la actualidad el “Guadaltwin”, un gemelo digital del canal fluvial del Guadalquivir que incorpora inteligencia artificial y aprendizaje automático para optimizar la navegación, la gestión de infraestructuras y la seguridad marítima. Otro ejemplo de similares características lo hallamos en Emasesa, que ha lanzado en este año 2025 una licitación para desarrollar un gemelo digital de la red de saneamiento.
También en el ámbito de la gestión patrimonial los gemelos digitales cuentan con un papel esencial. En este contexto, el Excelentísimo Cabildo Catedral de Sevilla ha iniciado un proyecto de creación de un gemelo digital para el recinto catedralicio, que incluiría la propia catedral, la Giralda, la parroquia del Sagrario y el Patio de los Naranjos. En concreto, el gemelo ofrecería la posibilidad de completar simulaciones de potenciales restauraciones y el despliegue de planes de conservación preventiva sobre todo el conjunto patrimonial.
Como podemos ver con estas aplicaciones, los gemelos digitales no son conjeturas ni cábalas, sino que se tratan de herramientas que están redefiniendo la forma en que las empresas producen, diseñan y gestionan sus recursos. Lo que hoy cuenta con cierto halo futurista, mañana será algo meramente cotidiano. Quizá dentro de unos años, cuando pensemos en la fábrica, en el hospital o en la ciudad del futuro, descubramos que todo empezó con un gemelo digital que lo hizo posible.
Salvador Bueno Ávila es Catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Pablo de Olavide y miembro de Innlab
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