Curvas empinadas

Fachada del Banco de España.
Fachada del Banco de España. / EFE

12 de diciembre 2025 - 05:00

Observar qué rentabilidad piden los inversores cuando financian a los Estados ayuda a entender cómo ven ellos el futuro: cuanto más alta es la rentabilidad a largo plazo exigida, mayor es la desconfianza que tienen sobre la capacidad de los gobiernos para mantener unas cuentas equilibradas y controlar la deuda. Y eso es precisamente lo que está pasando. Las dudas aumentan y las curvas de rendimiento se están empinando, mostrando que la dirección actual no genera confianza.

El incremento de los rendimientos a 30 años en la zona euro, superior al 0,50% desde comienzos de año (Informe Estabilidad Financiera, BCE, noviembre 2025), muestra que los mercados están exigiendo una mayor compensación por las mayores dudas sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Aunque existen varias causas, fundamentalmente puede explicarse por la mayor demanda de financiación por las crecientes necesidades de los Estados. Los gobiernos se enfrentan a una larga lista de problemas estructurales que deben abordarse y que requieren recursos públicos. Estos incluyen las transiciones verde y digital, el envejecimiento de la población, la baja productividad y la necesidad de modernizar las infraestructuras y ampliar las capacidades de defensa.

No sólo sucede en la eurozona, los rendimientos de los bonos soberanos a ultralargo plazo han aumentado considerablemente en todo el mundo, lo que refleja la creciente preocupación por la sostenibilidad fiscal y de la deuda. La mayor pendiente de las curvas de rendimiento es un fenómeno global, con los rendimientos a 30 años alcanzando máximos de varios años en las principales economías avanzadas, incluidos EEUU, el Reino Unido y Japón. Especialmente, las dudas sobre la deuda estadounidense y la depreciación del dólar amplifican los riesgos de contagio.

El empinamiento actual de las curvas de rendimiento constituye una señal de advertencia: funcionan como un test de estrés que los mercados aplican a las finanzas públicas en tiempo real. La sostenibilidad fiscal se convierte en el eje central de la estabilidad financiera global. Mientras las valoraciones de los activos de riesgo siguen altas y el oro se mantiene en niveles históricamente elevados, los inversores señalan la principal fragilidad: la capacidad de los Estados para financiar necesidades crecientes sin erosionar la confianza. Si la evolución de la ratio deuda/PIB de cada país no se contiene y no mejoran sus perspectivas fiscales, la calma puede romperse de pronto y la corrección llegará por el lado soberano.

stats