La producción holística de LQA Organics exporta calabacines a los mercados británico y alemán
La finca en Tierras de Almería se caracteriza por la amplia biodiversidad que alberga, la fertirrigación con compost de lombrices y sus actividades agroturísticas
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LQA Organics es una explotación agrícola basada en la producción ecológica de calabacín que exporta casi íntegra a los mercados británico y alemán. Una producción que su director, José Manuel Escobar, define como holística gracias a las amplias zonas de biodiversidad a las que dedica la finca para proteger con la propia naturaleza a su plantación.
La empresa agrícola dio sus primeros pasos en Motril, donde tuvo acceso a unas fincas de Antonio Millán que posteriormente se vendieron a la cooperativa granadina Unica Group. Hace ya siete años que LQA adquirió la finca de 11,5 hectáreas en Tierras de Almería, cerca de Almerimar, "totalmente abandonada en la que tuve que invertir lo más grande", explica Escobar, hasta llegar a lo que es hoy día, de la que está orgulloso "porque pocas fincas hay, sobre todo en cultivo bajo plástico, como la nuestra".
Las visitas a la finca es una de "las actividades monetizables" que desarrollan, además de talleres y otras actividades agroturísticas que incluyen un hotel en su interior con cuatro habitaciones. Ejemplifica el director de la explotación la visita el año pasado de una representación del Bundestag alemán para conocer unas instalaciones que suelen acoger también la llegada de grupos de escolares. La bienvenida la da un olivo milenario de sietre metros de altura que rescató Escobar desde Jaén cuando estaba ya desahuciado. En el pasillo principal, una pinacoteca realizada por un artista local, Nauni, con pinturas reivindicativas de buenas prácticas agrícolas.
La superficie cultivable consta de diez hectáreas formada por cuatro invernaderos en los que ahora sólo se producen calabacines ecológicos. Hace unos años encontraron una ventana de mercado también con los pepinos ecológicos durante parte de la temporada, varias semanas en los que no había producción europea, pero se terminó saturando ese nicho y lo abandonaron hace tres años.
Entre 150 y 200 toneladas de calabacines anuales que, exceptuando una pequeña cooperativa de payeses catalanes que fueron de sus primeros clientes y los mantienen por una razón más romántica que económica, todo lo demás viaja hasta los supermercados británicos y, sobre todo, alemanes, con dos tercios de las toneladas destinadas a la cesta germana. Aunque la producción, a pesar de sus soldados naturales, depende como no de lo que el pulgón permita.
Sus distribuidores en Europa son cadenas que ponderan la calidad y el precio al volumen, como la cadena alemana Rewe y las británicas Sainsbury's y Waitrose. Por tanto, para mantener sus estándares dificilmente se pueden plantear aumentar su producción, debido a las limitaciones de la finca y a que adquirir nuevos terrenos por la zona está complicado por los precios que se han alcanzado.
La principal característica de la finca, según José Manuel Escobar, es la amplia biodiversidad que alberga, con más de 20 kilómetros de biodiversidad vegetal para implementar y fijar población de fauna auxiliar silvestre, con flores y polen todo el año para su alimentación. Esa fauna depreda a sus enemigos naturales, por lo que en esta finca cuenta con "hotelitos de insectos", zonas ajardinadas, parras de mesa de uva que tanto se producía en Almería el siglo pasado y que suponen un guiño a sus antepasados que se dedicaban a esta labor.
El director de LQA, con 25 años de trayectoria agrícola como asesor y auditor de calidad para varias empresas en España e Inglaterra, representa la cuarta generación familiar dedicada a la tierra en El Ejido.
El compost de lombrices que producen es otro de sus elementos diferenciadores, utilizados mediante fertirrigación como abono natural. Es una técnica similar a las bolsas de té, narra Escobar, pero hechas con yute, que se sumergen en agua al menos 72 horas para que se genere un líquido rico en nutrientes, una práctica de economía circular tan valorada en esta finca con "principios ecosostenibles y holísticos, donde pondera la calidad, el servicio y el asesoramiento al cliente", concluye Escobar.
LQA Organics cuenta con una plantilla de 39 trabajadores que pueden llegar hasta los 110 en la temporada alta (en primavera producen el triple de calabacines que en otros momentos de la temporada). Su facturación en el año 2024 alcanzó los 2,32 millones de euros, manteniéndose constante en los tres últimos ejercicios, con un resultado de explotación de 67.700 euros, según los datos de las cuentas depositadas en el Registro Mercantil y recopilados por este periódico a través de Insight View, herramienta de información mercantil de Iberinform.
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