Bruselas confirma que habrá un 15% de aranceles al vino pese a la presión de Francia

El Consejo Regulador del jerez cree que las bebidas espirituosas tienen más posibilidades que el vino de lograr el arancel 'cero por cero' en las próximas rondas de negociaciones

La Unión Europea descarta una tasa digital a las grandes tecnológicas para que paguen las inversiones en redes

La UE y EEUU negocian la letra pequeña del acuerdo comercial: frutos secos y pescado, entre los productos que podrían quedar fuera de los aranceles

Vendimia de la uva en el cortijo de Jara.
Vendimia de la uva en el cortijo de Jara. / Vanesa Lobo

La Comisión Europea (CE) confirmó este jueves que el vino y las bebidas espirituosas estarán entre los productos comunitarios a los que Estados Unidos impondrá, desde este viernes, un arancel máximo del 15%, en el marco del nuevo acuerdo comercial entre ambas potencias. “No esperamos que el vino y las bebidas espirituosas estén incluidos en el primer grupo de exenciones anunciado por EE. UU., por lo que este sector, como todos los demás, se verá afectado por el límite máximo del 15%”, señaló el portavoz comunitario de Comercio, Olof Gill, durante la rueda de prensa diaria de la Comisión.

El portavoz explicó que, por ahora, las negociaciones con Washington continúan, con el objetivo de lograr una exención para estos productos tradicionales europeos. “La Comisión sigue decidida a garantizar el mayor número posible de exenciones, incluso para productos como el vino y las bebidas espirituosas”, insistió.

Al hilo de las declaraciones del portavoz de Comercio, el presidente del Consejo Regulador del vino de Jerez, César Saldaña, ha asegurado que en el sector ya se daba por hecho la entrada en vigor del arancel del 15% para el vino a partir de este viernes, situación que tratarán de revertir en próximas rondas de negociaciones tras el "lamentable" acuerdo alcanzado entre EE.UU. y la UE.

El responsable de la institución jerezana, sin embargo, ha puntualizado que, por las informaciones que les trasladan las patronales comunitarias y españolas del sector, es difícil que el vino europeo pueda acogerse a estas exenciones, no así las bebidas espirituosas, que en principio tienen más posibilidades de eludir la tasa arancelaría máxima del 15%.

Saldaña ha recordado que el nuevo arancel tendrá un fuerte impacto en las exportaciones de los vinos europeos al mercado estadounidense, también en las del jerez, ya que el precio final del producto tendrá un recargo del 30% por los margenes que se aplican en el sistema de distribución de aquel país -importador, distribuidor y minorista-, así como por los impuestos estatales, federales y locales.

“Un arancel del 15% es negativo se mire como se mire, sobre todo en un mercado de calidad, de gran dimensión y de precios medios altos que es muy difícil de sustituir”, explica Saldaña, quien alude al fuerte impacto negativo que ya arrastran las ventas del jerez en el mercado norteamericano, en buena medida por la incertidumbre previa al acuerdo comercial.

Antes de la entrada en vigor del arancel del 15%, el vino de Jerez acumula una caída del 24% de sus exportaciones a EE.UU. en el primer semestre del año, descenso que se dispara hasta rozar el 60% sólo en el mes de junio, en el que las entradas al país gobernado por Trump se aplicaba un gravamen del 10%.

Las declaraciones de Olaff Gill llegan días después de que la presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump, alcanzaran un acuerdo en Escocia para evitar una guerra comercial y frenar la amenaza de Washington de imponer un arancel general del 30% a las importaciones europeas.

El pacto fija un techo arancelario del 15% y contempla aranceles cero para una lista de productos estratégicos. Además, incluye compromisos europeos para realizar compras por 750.000 millones de dólares en sectores clave como gas, petróleo, energía nuclear e inteligencia artificial, así como inversiones por valor de 600.000 millones en la economía estadounidense y un aumento en la adquisición de material militar fabricado en Estados Unidos.

Preguntado por la aplicación práctica de este nuevo arancel, Gill precisó que “lo único que se acordó entre la Unión Europea y Estados Unidos el pasado fin de semana fue que los aranceles estadounidenses entrarían en vigor el 1 de agosto. Así lo entendemos y eso es lo que esperamos que suceda”, añadió. “La pelota está en su tejado para concretar las exenciones adicionales. Las negociaciones continúan”, subrayó.

Gill confirmó que los equipos negociadores de ambas partes trabajan en la redacción de una declaración conjunta, basada en el acuerdo alcanzado por los mandatarios. “Comunicaremos plazos más precisos cuando se conozcan. Si es necesario más tiempo, podría retrasarse más allá del 1 de agosto”, indicó.

Desde Bruselas, la CE está a la espera de esa declaración para detallar cómo se implementará el acuerdo político, que, por el momento, no es jurídicamente vinculante. Aunque ya se han acordado ciertas medidas inmediatas, tanto la UE como Estados Unidos deberán seguir negociando, conforme a sus respectivos procedimientos internos, para aplicar plenamente lo pactado.

Una de las incógnitas aún por resolver es el mecanismo de aplicación para las importaciones de acero, aluminio y cobre, actualmente sujetas a un arancel del 50%. La propuesta establece que las importaciones dentro de una cuota recibirán el tratamiento de nación más favorecida, mientras que el excedente será gravado con ese 50%, aunque Gill no espera que ese nuevo sistema esté listo para mañana.

En paralelo, la Comisión mantiene preparadas contramedidas que entrarían en vigor el 7 de agosto, si no se concreta el acuerdo. Estas aún no se han retirado, a la espera de la declaración conjunta. “Si todo marcha como esperamos, suspendermos los aranceles de represalia. Si hay acuerdo, no serán necesarios”, concluyó Gill.

Bruselas descarta tasa a las tecnológicas por utilizar las redes de internet

La Comisión Europa confirmó también que no va a obligar a las grandes plataformas a pagar una tasa a las empresas de telecomunicaciones para financiar las inversiones necesarias en las redes de internet. "Hemos evaluado y creemos que imponer una tasa no es una solución viable", dijo el portavoz de Soberanía Tecnológica del Ejecutivo comunitario, Thomas Regnier, en una rueda de prensa.

Bruselas confirmó así lo que avanzó la Casa Blanca el pasado lunes, cuando explicó los detalles del acuerdo político en materia comercial al que han llegado la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y el presidente estadounidense, Donald Trump. Regnier puntualizó, no obstante, que pese a que las principales plataformas de internet, como Netflix o YouTube, son estadounidenses, "esta excepción no se aplicará únicamente a empresas de Estados Unidos", sino a cualquier compañía que opere en el mercado interior.

Obligar a las tecnológicas a pagar una tasa es una de las demandas históricas de los operadores de telecomunicaciones, pero la Comisión descartará finalmente esta opción en la ley de redes digitales que espera presentar en el último trimestre de 2025.

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