El desajuste laboral en Sevilla tiene un coste que supera los 1.200 millones al año

Un informe del CES provincial alerta del grave impacto económico de la brecha entre oferta y demanda de empleo en sectores clave

Loyola prevé un fuerte crecimiento del PIB y del empleo andaluz en 2025

Trabajadores de una planta industrial en la provincia de Sevilla.
Trabajadores de una planta industrial en la provincia de Sevilla. / M. G.

Es una de las quejas más recurrentes de los empresarios: no encuentran la mano de obra que necesitan. Es un problema común en toda Andalucía y en gran parte de los sectores productivos. Se trata de un desafío estructural que amenaza la competitividad y la capacidad de generar empleo de calidad en la región. Ese lamento conjunto de los patrones comienza a ser avalado por los datos. Y el resultado es preocupante. Lo es desde luego en la provincia de Sevilla, donde la falta de alineación entre los perfiles profesionales que demanda el mercado y los que realmente ofrece el sistema productivo está generando un impacto económico de gran magnitud. Así lo revela el informe elaborado por la Fundación de Investigación de la Universidad de Sevilla por encargo de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) y que ha contado con el soporte financiero de la Diputación, que cifra en más de 1.200 millones de euros anuales el coste derivado de este desajuste. Esta cifra representa el 2,3 % del PIB provincial y pone de manifiesto la urgencia de adoptar medidas que permitan corregir una brecha que afecta de forma transversal a todos los sectores económicos.

El Conciso ha tenido acceso a este estudio, titulado Estimación del Impacto Económico de los Desajustes de la Oferta y la Demanda Laboral 2025, que analiza con detalle las consecuencias de esta desconexión entre el sistema educativo, el mercado laboral y las necesidades reales de las empresas. Las conclusiones son contundentes: si no se actúa con rapidez y coordinación, más de 35.000 puestos de trabajo podrían quedar sin cubrir en los próximos tres años, lo que supondría una pérdida de oportunidades para miles de personas y un freno al desarrollo de proyectos estratégicos en la provincia.

Sectores clave en tensión

Los sectores más afectados por esta situación son aquellos que concentran una alta demanda de perfiles técnicos y especializados. La industria tecnológica, las energías renovables, la construcción especializada y los cuidados sociosanitarios presentan déficits significativos de profesionales cualificados. En el caso de las energías limpias, Sevilla cuenta con un alto potencial de desarrollo, pero la escasez de técnicos en tramitación de proyectos, mantenimiento de instalaciones y gestión administrativa limita su crecimiento. Lo mismo ocurre en el ámbito sociosanitario, donde el envejecimiento de la población y el aumento de la dependencia exigen una respuesta urgente en términos de formación y contratación.

Las pymes, las más expuestas

El informe subraya que las pequeñas y medianas empresas son las más vulnerables ante este escenario. La falta de perfiles adecuados genera costes adicionales en procesos de selección, formación interna y rotación de personal, lo que repercute directamente en su capacidad de competir y crecer. Además, se observa una ralentización en la inversión privada, especialmente en sectores emergentes, debido a la incertidumbre sobre la disponibilidad de talento. Esta situación no solo afecta a la economía en términos cuantitativos, sino que también tiene implicaciones cualitativas: proyectos que podrían generar empleo y riqueza se posponen o se trasladan a otras regiones con mayor disponibilidad de profesionales.

Formación y mercado laboral: una brecha creciente

Una de las claves del desajuste es la desconexión entre el sistema educativo y las necesidades reales del mercado laboral. El estudio denuncia que los planes de estudio de la Formación Profesional y de la universidad no están alineados con los sectores estratégicos de la provincia, lo que genera una oferta formativa que no responde a la demanda empresarial. En este sentido, se propone una revisión urgente de los itinerarios formativos, con especial atención a áreas como la digitalización industrial, la gestión energética, la logística avanzada y la atención a la dependencia. También se plantea la necesidad de reforzar la orientación profesional desde etapas tempranas, para que los jóvenes conozcan las oportunidades reales del mercado y puedan tomar decisiones informadas sobre su futuro laboral.

Propuestas para revertir el desequilibrio

El informe plantea una batería de propuestas para corregir el desajuste y minimizar su impacto económico. La creación de un observatorio provincial de competencias laborales permitiría anticipar las necesidades del mercado y diseñar políticas formativas más eficaces. El impulso de alianzas público-privadas facilitaría la elaboración de programas ajustados a la demanda empresarial, mientras que los incentivos fiscales y las ayudas a empresas que inviertan en formación interna contribuirían a mejorar la cualificación de los trabajadores. El desarrollo de campañas de orientación profesional dirigidas a jóvenes, desempleados y trabajadores en procesos de recualificación se presenta como una herramienta clave para reducir la brecha entre oferta y demanda.

Un fenómeno desigual por comarcas

El estudio también destaca que el desajuste laboral no afecta por igual a todas las zonas de la provincia. En el área metropolitana de Sevilla, el déficit se concentra en perfiles TIC y energías renovables. En la Sierra Sur y la Campiña, la escasez se da en profesionales de atención sociosanitaria y agroindustria. Y en la zona norte, faltan técnicos en mantenimiento industrial y logística. Esta distribución desigual exige políticas diferenciadas, que combinen formación, incentivos y planificación territorial para garantizar una respuesta eficaz y adaptada a las necesidades de cada comarca.

Un reto de futuro

El desajuste entre oferta y demanda laboral no es un fenómeno coyuntural, sino un reto estructural que condiciona el futuro económico de la provincia. El informe de la CES lo plantea como una cuestión de competitividad, cohesión social y sostenibilidad del modelo productivo, y llama a una acción coordinada entre administraciones, empresas y centros educativos. Sevilla tiene potencial, talento y sectores estratégicos en expansión, pero necesita alinear sus recursos humanos con las exigencias del mercado. De lo contrario, el coste económico seguirá creciendo, y con él, la pérdida de oportunidades para miles de personas y empresas.

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