Del tablero geopolítico al liderazgo empresarial, expertos exponen los retos actuales en Andalucía Management 2025

Rafael Dezcallar, Ignacio Osborne, José Manuel García-Margallo y Fabián C. Barrio

Coviran, Bodegas Alvear y Grupo Mas triunfan en Andalucía Management 2025

Celebración de Andalucía Management 2025 en Málaga
Celebración de Andalucía Management 2025 en Málaga / E. C.

En un contexto global marcado por la transición hacia un escenario cada vez más multipolar y por una transformación vertiginosa que afecta tanto a la tecnología como a los propios hábitos sociales y profesionales, la capacidad de adaptación y la agilidad se consolidan como elementos esenciales para cualquier organización y, en realidad, para cualquier individuo. Esta idea ha quedado patente en la nueva edición de Andalucía Management, donde empresarios, líderes de opinión y reconocidas figuras del ámbito público se han reunido para analizar los retos y oportunidades del presente.

Rafael Dezcallar, exembajador de España: "El orden internacional que China propone es un orden muy desigual"

El diplomático español Rafael Dezcallara ofreció un análisis geopolítico sobre la reconfiguración del orden mundial actual, estableciendo el punto de fricción en la competición estratégica entre las dos grandes potencias y aclarando la posición de Europa en este nuevo escenario. Para ello, enmarcó el discurso en la emergencia de China, la reacción defensiva de Estados Unidos y su manifestación en el plano ideológico, además del político, militar, económico o tecnológico.

A la confrontación entre la visión occidental, libertades individuales y participación democrática, y la china, modelo de progreso sin democracia liberal atractivo para algunos países del mundo en desarrollo como en el continente africano, donde pese a la histórica presencia de la UE su predilección por China es mayor, quizás por la presentación que hizo Europa, incide Dezcallar; se le suman los problemas internos de unión de los Veintisiete: falta de un mercado único, unión bancaria, mercados de capitales, semiconductores, etc.

La respuesta, según el exembajador, pasa por una integración política que permita la autonomía estratégica real -capacidades de defensa propias e integración política en fenesa y política exterior-, una integración política “muy difícil” por la larga tradición propia de actores como Francia y Alemania, que, difícilmente renunciarán a su soberanía, apuntó.

De este modo, concluyó que Europa no puede seguir como está, en la actualida, políticamente porque el entorno exterior ha cambiado y es un “entorno hostil” donde el uso de la fuerza es aceptado. Así, en un mundo de grandes potencias que emplean la fuerza (blanda y dura) sin complejos, Europa debe decidir si ser un sujeto o un simple “peón en el tablero de otros”.

Ignacio Osborne, Consejero de Savencia y expresidente y consejero delegado de Osborne: "No quiero correr más que el león, quiero correr más que tú"

Cada época está inmersa en unas circunstancias y, por ello, en cada época hay que desarrollar soluciones adaptadas a la realidad del momento, conclusión que se desprende de la intervención La empresa ante la nueva era de Ignacio Osborne. El empresario viajó en el tiempo para explicar que en un contexto marcado por la invasión napoleónica, la independencia de las colonias americanas, la gripe española de 1918, las alianzas cambiantes y las guerras contra Gran Bretaña, en Cádiz nació hace casi 250 años Osborne; y, apunta, sobrevivió gracias al espíritu comercial, ideas liberales y colaboración internacional, en una época donde el vino de Jerez representaba el 20% de las exportaciones totales de España.

Años más tarde, la compañía sorteó otros retos y oportunidades: crisis comerciales y aranceles, problemas logísticos en las exportaciones, luchas contra el corporativismo excesivo como el pleito contra el gremio de taberneros que impedía la integración vertical o la práctica de la colaboración público privada. En esta atmósfera, Osborne incidió en que por aquel entonces los empresarios albergaban enorme influencia política y económica y estableció un símil entre el Duque de Wellington, con sus consultas regulares al cónsul inglés en Cádiz sobre asuntos comerciales y políticos, con figuras como Elon Musk, Jack Ma, George Soros o Michael Bloomberg.

Con ello, Osborne se definió como “positivamente relativista” y definió cuatro pilares del optimismo práctico: juventud, sociedad civil, tecnología y diferenciación. Así, afirmó que “la forma de atraer talento ha cambiado” para apuntar que las empresas no están adaptando los sistemas de contratación a una juventud dispuesta a “trabajar a destajo” siempre y cuando las compañía ofrezca proyectos ambiciosos y propósitos claros. También distinguió entre política y Administración General del Estado, incidiendo en la idea de que esta última tiene a excelentes profesionales con los que mediante la colaboración público-privada las personas puedan actuar y no solo lamentarse. Asimismo, subrayó la tecnología y diferenciación como oportunidades para que las pequeñas empresas puedan competir frente a las grandes corporaciones.

Tras narrar la parábola sobre un león y dos exploradores que huyen de él, fue claro al decir que las organizaciones deben poder cambiar rápidamente, subrayando que hay que trabajar lo mejor posible en el presente y “jugar el partido que nos toca”.

José Manuel García-Margallo, ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno de España (2011-2016): “Me preocupa el anuncio del Gobierno de Andalucía de un nuevo sistema de financiación autonómica”

García-Margallo comenzó su ponencia La economía española: Retos, transformaciones y su impacto en el tejido empresarial con dos citas contrapuestas: la primera, de Lenin “la política es la expresión más concentrada de la economía, viene determinada por los intereses de clase y la política internacional por las rivalidades de los intereses capitalistas de las distintas naciones”; la segunda, derivada de la era Trump, “la economía viene determinada por la política y no al revés”. Con ello, aludía a una inversión de las normas y valores que hasta ahora conocemos y el camino hacia un orden que “tiende a la multipolaridad”, entendida como fragmentación y polarización, del orden mundial establecido tras la II Guerra Mundial.

Para García-Margallo la calificación de España, como cualquier otro país o potencia, se mide a través de tres métricas: población, PIB y gasto militar. Así, señalaba que si bien a día de hoy la población española se mantiene estable por un crecimiento natural negativo en cuanto a nacimientos, compensado positivamente por la inmigración; con el tiempo ambas tasas se agudizarán, entre otras cosas por la velocidad de las llegadas regulares e irregulares, lo que cataloga como uno de los problemas principales de la política a nivel nacional y europeo. Por ello, los retos que España enfrentará en un corto/medio son la integración de esa inmigración regular “si no queremos convertir este país en un país de guetos” y, aún con ello, la necesidad de más población: “si no se pueden subir las cotizaciones y no se pueden bajar las prestaciones habrá que repensar nuestro Estado de Bienestar”, reflexionaba.

Todo ello, hay que acompañarlo de un crecimiento económico que hay que valorar en cuanto a la “renta per cápita” y no con otras métricas. “En 30 años el salario real de los españoles ha subido un 2,7%, mientras en Irlanda, país que empezó como nosotros, un 63%”, apuntaba mientras aseveraba que “por primera vez en la historia nuestros hijos creen que van a vivir peor que nosotros”, lo que lleva a la desafección política de las generaciones más jóvenes y a las formaciones antisistema. García-Margallo resume la causa del retraso español frente a la UE en la productividad.

Fabián C. Barrio, empresario, escritor y viajero : “Recuperar lo humano en un sistema que ha convertido la eficiencia en un dios cruel”

“Me fui con los impuestos porque yo soy otro empresario explotador más como ustedes, pero de los que tienen la suerte de poder irse con la música al campamento”, narraba Barrio como gancho a una ponencia titulada ¿Qué le dirían Epicuro a Elon Musk y Diógenes a un atormentado autónomo? en la que invitaba a los más de 600 empresarios que albergaba la sala a reflexionar y replantearse la forma en que perciben su actividad.

El filósofo trasladó a la audiencia a la antigua Chipre, “una isla que ha visto pasar griegos, romanos, cruzados, otomanos”, para establecer un símil entre las antiguas civilizaciones y sus preocupaciones con los actuales. Ante el colapso de estructuras políticas conocidas, desconfianza institucional generalizada, pérdida de control individual sobre el destino colectivo y fragmentación social y guerras constantes, Barrio se preguntó “¿cómo puedo gobernarme a mí mismo cuando todo lo demás escapa de mi control?”

Paralelamente, desarrollaba conceptos y escuelas filosóficas como el estoicismo, epicureísmo, escepticismo y cinismo, entre otros. De manera indirecta e intrínseca al discurso, el escritor planteó una tesis provocativa: cómo el pensamiento de filósofos que murieron hace 3.000 años, muchos de ellos considerados “antisistema” -Diógenes, Epicuro,Sócrates-, tiene más que aportar al mundo empresarial actual que cualquier manual moderno de gestión.

Así, mostraba como escuelas de pensamiento antiguo se complementan como mapas distintos para un mismo territorio inestable, el de la vida empresarial, sin ofrecer recetas de éxito, sino “lucidez para recuperar lo humano en un sistema que ha convertido la eficiencia en un dios cruel”. “Se trata de recordar que ningún modelo de negocio vale más que una conciencia tranquila, que ningún KPI justifica una traición, que ningún crecimiento justifica el agotamiento de quienes lo hacen posible”, añadía. Y concluyó que la filosofía te ofrece herramientas para que uno mismo se pueda salvar por sus propios medios.

stats