El pago en efectivo resucita con el apagón

El BCE recomienda tener dinero en efectivo en casa para casos de crisis como una pandemia, una invasión o un apagón

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Dinero en efectivo en una caja registradora de un supermercado.
Dinero en efectivo en una caja registradora de un supermercado. / EFE

El dinero en efectivo se convirtió en la principal forma de pago durante el apagón del pasado 28 de abril, que desató el pánico entre la población ante el colapso de otros métodos de pago digitales, como la tarjeta bancaria.

El efectivo jugó un papel “crucial” en aquella crisis, durante la que el gasto por tarjetas de crédito cayó por encima del 40%, según pone de manifiesto el Banco Central Europeo (BCE) en un informe, en el que recomienda tener efectivo en casa para hacer frente a situaciones de crisis como una pandemia, una invasión o un apagón.

‘Mantenga la calma y lleve efectivo; lecciones sobre el rol único del dinero físico en cuatro crisis’ es el título del informe, cuyos autores sostienen que el efectivo, gracias a su utilidad psicológica, utilidad práctica y liquidez descentralizada, se erigió aquel día como forma de pago de emergencia cuando el sistema digital se cayó totalmente.

"El apagón ibérico puso de relieve el papel del efectivo como método de pago indispensable cuando fallan las infraestructuras digitales y también como instrumento importante para tranquilizar a la población, ampliando su influencia incluso a zonas que no se vieron directamente afectadas por la crisis inicial", indica el BCE.

El regulador recuerda que, al margen de la fuerte caída del gasto por tarjetas de crédito en la jornada que dejó su luz a España y Portugal, la facturación del comercio electrónico también se desplomó un 54% en comparación con un día normal o con las regiones que no se vieron afectadas.

Y de acuerdo con las conclusiones de un estudio de Caixabank Research y Reuters, el BCE estima que ese día provocó unas pérdidas directas para el PIB de entre 400 y 1.600 millones de euros.

"Este acontecimiento transformó el efectivo, que era una opción de pago entre muchas otras, en el único medio de compra para muchas de las personas que lo poseían o podían acceder a él, ya que los billetes existentes seguían siendo perfectamente funcionales incluso cuando los sistemas digitales y muchos cajeros automáticos no funcionaban", concluye el estudio.

La investigación se hace eco de otros momentos históricos, como la guerra de Ucrania, la pandemia o la crisis de deuda soberana griega, que revelaron un "patrón constante" sobre cómo el efectivo se convierte en una "reserva estable de valor" para los ciudadanos en tiempos de "estrés agudo".

De hecho, cada vez más Gobiernos subrayan el rol del efectivo como "componente crítico" para la seguridad nacional e instan a sus ciudadanos, como en los casos de Países Bajos, Austria o Finlandia, a disponer de reservas para afrontar la compra de artículos de primera necesidad durante 72 horas.

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