Fertiberia multiplica por cinco sus pérdidas hasta junio pese a facturar más en plena escalada de precios por los aranceles europeos
Aunque los ingresos aumentan un 1%, las ventas caen en un 19% en comparación con el primer semestre de 2024
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Fertiberia cerró los seis primeros meses de 2025 con unas pérdidas atribuidas de 11,4 millones de euros, una cifra que multiplica por más de cinco los 2,1 millones registrados en el mismo periodo de 2024, según los datos remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El deterioro del resultado contrasta con la evolución de la facturación: los ingresos netos alcanzaron los 510,4 millones de euros, un 1% más que en la primera mitad del ejercicio anterior, a pesar de que el volumen de ventas cayó un 19%.
La compañía vincula este comportamiento a su estrategia de centrarse en productos de mayor valor añadido, lo que ha permitido compensar parcialmente la contracción de las ventas en términos de cantidad. En paralelo, el grupo mantiene en marcha Project One, su plan estratégico de transformación, que contempla medidas de eficiencia y reorganización interna. Según la propia empresa, este programa debe sentar las bases para una “mejora gradual” de los resultados en el medio plazo.
Precios tensionados en el mercado internacional
El negocio de Fertiberia está condicionado por la evolución de los fertilizantes nitrogenados, un segmento marcado en el último año por una fuerte volatilidad. Durante el primer semestre de 2025, los precios de referencias clave como la urea y el nitrato amónico se mantuvieron muy por encima de los niveles de 2024, impulsados tanto por una demanda global sostenida como por un contexto de oferta restringida.
A esta presión se ha sumado la política comercial de la Unión Europea. Bruselas decidió en julio de este año reforzar el régimen de sanciones contra Rusia y Bielorrusia mediante la imposición de nuevos aranceles a varios productos agrícolas y químicos, entre ellos los fertilizantes nitrogenados. Las medidas establecen un recargo inicial de 40 euros por tonelada a la entrada en vigor, con un calendario de incrementos progresivos que elevará las tasas hasta entre 315 y 430 euros por tonelada durante los próximos tres años.
El objetivo declarado de la Comisión Europea es limitar la entrada de insumos a bajo precio procedentes de países sancionados, en el marco de las acciones para presionar a Moscú y Minsk por la invasión de Ucrania. El impacto inmediato de la medida ha sido restringir el acceso al mercado europeo de fertilizantes más baratos, consolidando un nivel de precios elevado para los productores comunitarios.
Efectos sobre márgenes y sobre costes agrícolas
El encarecimiento del mercado ha favorecido a los fabricantes europeos, que han visto reforzados sus márgenes de venta pese a la caída del consumo en volumen. Fertiberia, uno de los principales actores del sector en Europa, ha podido sostener sus ingresos gracias a esta tendencia. Sin embargo, el beneficio no se ha trasladado a las cuentas finales, donde las pérdidas reflejan tanto los costes de adaptación de la compañía como la dificultad de trasladar íntegramente el encarecimiento a los clientes en un entorno de debilidad agrícola.
La otra cara de esta ecuación es la repercusión en el campo. Los agricultores europeos afrontan un aumento de costes en fertilización al tiempo que los precios de los cereales y otros cultivos básicos muestran una tendencia descendente. Esta divergencia entre los precios de insumos y de productos finales genera un estrechamiento de márgenes en la producción agrícola, que afecta de manera directa a la competitividad del sector.
Estrategia de transición y sostenibilidad
En paralelo a la gestión coyuntural, Fertiberia continúa impulsando su estrategia de transición hacia un modelo menos dependiente de los combustibles fósiles. La compañía, que históricamente ha utilizado gas natural como principal insumo, ha anunciado en los últimos años proyectos vinculados al hidrógeno verde y a la producción de fertilizantes con menor huella de carbono.
Estas iniciativas, enmarcadas en Project One, buscan situar a la empresa en una posición de ventaja en el proceso de descarbonización de la industria química europea. No obstante, requieren inversiones elevadas en un momento en el que los resultados financieros presionan a la baja y en el que la competencia internacional se mueve con rapidez en la misma dirección.
Un sector bajo vigilancia europea
La industria de fertilizantes se ha convertido en un terreno de fricción entre políticas agrícolas, energéticas y de seguridad alimentaria. Bruselas busca garantizar el suministro estable de insumos esenciales, al tiempo que pretende reducir la dependencia de proveedores de países sancionados. El equilibrio entre la protección de la industria comunitaria, la sostenibilidad medioambiental y la asequibilidad de los insumos para el campo constituye el principal reto a corto plazo.
En este contexto, los resultados de Fertiberia ilustran la complejidad de un sector donde las tensiones geopolíticas y regulatorias marcan tanto la evolución de los precios como la capacidad de las empresas para mantener la rentabilidad. La compañía afronta la segunda mitad del año con el objetivo de revertir sus pérdidas, apoyada en la subida de precios y en su reorientación estratégica, pero condicionada por un mercado agrícola presionado y por un calendario de inversiones ambicioso que deberá equilibrar con la sostenibilidad de sus cuentas.
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