SoftBank invierte 2.000 millones en Intel mientras EEUU evalúa convertirse en accionista

La administración Trump quiere transformar las subvenciones concedidas a la tecnológica en acciones, con lo que podría hacerse con un 10% de la compañía.

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Logo de Intel en sus oficinas centrales en Santa Clara (California, Estados Unidos). / Andrej Sokolow, Europa Press

El conglomerado japonés SoftBank ha formalizado una inversión de 2.000 millones de dólares (1.712 millones de euros) en acciones ordinarias de Intel.

La operación, que sitúa el precio por acción en 23 dólares, llega en un momento crucial para el fabricante estadounidense de microprocesadores y coincide con el interés de la administración Trump por adquirir una participación gubernamental del 10% en la compañía.

La inversión permite a SoftBank, dirigido por Masayoshi Son, incorporar a Intel a una cartera tecnológica que ya incluye al fabricante británico de microchips Arm y participaciones en gigantes como Nvidia y TSMC.

La entrada en el accionariado de Intel refuerza la apuesta del conglomerado japonés por el sector de semiconductores en plena revolución de la inteligencia artificial y la computación en la nube.

SoftBank ya adquirió la empresa estadounidense de diseño de semiconductores Ampere Computing por 6.500 millones de dólares y anunció una inversión de hasta 37.000 millones de euros en OpenAI.

"Esta inversión estratégica refleja nuestra convicción de que la fabricación y el suministro de semiconductores avanzados se expandirán aún más en Estados Unidos, donde Intel desempeñará un papel fundamental", declaró Masayoshi Son en un comunicado.

Por su parte, el CEO de Intel, Lip-Bu Tan, expresó su satisfacción por profundizar la relación con SoftBank, destacando que ambas empresas comparten el compromiso con el avance del liderazgo tecnológico estadounidense.

Estados Unidos considera su entrada como accionista

Paralelamente a la inversión de SoftBank, la administración Trump mantiene conversaciones para convertirse en el mayor accionista individual de Intel mediante la adquisición de una participación del 10%.

Esta operación implicaría transformar parte o la totalidad de las subvenciones gubernamentales ya concedidas a la empresa en participaciones accionariales, un movimiento que representaría aproximadamente 10.500 millones de dólares según la valoración actual de Intel.

Intel fue seleccionada para recibir un total de 10.900 millones de dólares en subvenciones bajo la Ley CHIPS y Ciencia puesta en marcha por el Gobierno de Joe Biden, además de poder acceder a préstamos de hasta 11.000 millones adicionales.

Hasta el pasado enero, la compañía había recibido 2.200 millones de dólares de estas ayudas, diseñadas originalmente como reembolsos vinculados al cumplimiento de objetivos específicos del proyecto.

Turbulencias en Intel

La situación de Intel se ha complicado notablemente en las últimas semanas, con el presidente Donald Trump criticando duramente a Lip-Bu Tan, llegando a pedir su destitución por presuntos lazos con China.

Sin embargo, tras una reunión "muy interesante" la semana pasada, Trump cambió su postura y elogió al directivo, asegurando que colaborará con la administración para fortalecer el liderazgo tecnológico estadounidense.

Lip-Bu Tan asumió el cargo de CEO en marzo de 2024, reincorporándose también a la junta directiva de la que había dimitido el agosto anterior.

Su llegada coincide con un período especialmente complicado para Intel, que se enfrenta a ventas estancadas, pérdidas continuadas y dificultades para recuperar su liderazgo tecnológico frente a competidores como TSMC y Samsung.

El proyecto de Ohio

La administración Trump muestra especial interés en respaldar el ambicioso proyecto de Intel en Ohio, estado natal del vicepresidente JD Vance.

Esta instalación, originalmente concebida como la mayor fábrica de semiconductores del mundo, ha sufrido repetidos retrasos en su apertura, generando incertidumbre sobre los planes de expansión de la empresa.

Intel ha adoptado una estrategia más cautelosa bajo el liderazgo de Tan, quien ha indicado que la empresa solo añadirá capacidad de fabricación a gran escala una vez que los clientes se comprometan a utilizar sus técnicas de producción más avanzadas.

Esta aproximación, aunque prudente desde el punto de vista financiero, ha generado preocupaciones entre los inversores sobre un posible abandono de la carrera por el liderazgo en semiconductores.

Intervención gubernamental

La posible participación estatal en Intel se enmarca en una tendencia más amplia de la administración Trump hacia la intervención directa en sectores estratégicos.

Recientemente, el equipo presidencial logró un acuerdo para recibir el 15% de ciertas ventas de semiconductores a China y se hizo con una acción de oro en United States Steel como parte de su venta a una empresa japonesa.

Este enfoque también se refleja en la decisión del Departamento de Defensa de adquirir una participación preferente de 400 millones de dólares en MP Materials Corp., un productor de tierras raras que convierte al Pentágono en el mayor accionista de la empresa con aproximadamente el 15% del capital.

El futuro de la industria estadounidense de semiconductores

La convergencia de la inversión de SoftBank y la posible entrada gubernamental en Intel subraya la importancia estratégica que tanto el sector privado como el público otorgan al control de la cadena de suministro de semiconductores.

Con TSMC y Samsung expandiendo sus operaciones en territorio estadounidense gracias a los incentivos de la Ley CHIPS, contar con una empresa local como Intel fabricando chips de vanguardia se ha convertido en una prioridad nacional.

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