Los costes del almacenamiento térmico en la industria española: ¿Quién paga la fiesta?

La industria advierte que sin ayudas públicas no es rentable la implantación de esta tecnología para producir calor como fuente de energía

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Daniel García, Fernando Mateo, Carlos Sánchez, Fernando Seco, Manuel Larrasa, Alfredo López, Antonio Fernández, Joaquín Coronado y Pedro Marín
Daniel García, Fernando Mateo, Carlos Sánchez, Fernando Seco, Manuel Larrasa, Alfredo López, Antonio Fernández, Joaquín Coronado y Pedro Marín / M.G.

La industria española aplaude la decisión firme de la Unión Europea para descarbonizar la economía pero a continuación se hace una pregunta: ¿Quién paga esta fiesta? El almacenamiento térmico usando sales fundidas para generar calor para la industria de la alimentación, las bebidas, la pulpa de papel, la química, el refino, la madera, el textil y las farmacéuticas se presenta como una solución idónea para la descarbonización de esas actividades. Sin embargo, el sector industrial cree que las ayudas públicas siguen siendo absolutamente necesarias para implementar esta tecnología, ya que los ahorros energéticos y de eficiencia que se logran con las nuevas instalaciones no llegan a cubrir el 60 o el 70% del coste de la inversión, según Fernando Mateo, director de proyectos térmicos de Iberdrola.

En las jornadas sobre "El almacenamiento térmico como oportunidad para la industria, organizadas por Cesur (Empresarios del Sur de España), Mateo ha explicado las ventajas del uso de la electricidad barata para producir calor como fuente de energía, en lugar de quemar gas por parte de las industrias manufactureras, que son electrointensivas. "Hay un 25% de horas en las que es más barato el uso de la electricidad", ha recordado este directivo de Iberdrola, que ha explicado que el almacenamiento térmico se ha incluido en el proyecto de Bayer en su fábrica de Asturias, que produce el ácido acetilsalicílicoco del 100% de las aspirinas que produce la empresa alemana a nivel mundial. Aspirinas 100% descarbonizadas, hechas con electricidad renovable.

Joaquín Coronado es presidente de Build to Zero, una empresa dedicada al almacenamiento de energía térmica en el sector industrial, que tiene en Asturias una planta de instalaciones para almacenamiento térmico. Ha explicado que su empresa, muy centrada en la industria de la alimentación, ha invertido en esta tecnología para diversificar y porque están convencidos de que antes de 2030 podría ser competitiva sin 'prima' verde, un indicador que permite saber cuánto cuesta elaborar y consumir productos y servicios sostenibles. "Es una tecnología probada. El reto es hacerla competitiva y para ello hay que abordar algunos cambios", a juicio de este ex directivo de EDP, PwC y Redexis y promotor de startups en el mundo energético. Este directivo ha puntualizado que si las instalaciones que fabrican en Asturias se hicieran en China no se necesitarían subvenciones.

Barreras de entrada

"La barrera actualmente son las redes eléctricas. Están saturadas en España y especialmente en Andalucía. La inversión ha sido bajísima en comparación con la de la generación. Había un techo legal de 2.0000 millones de euros al año, cuando hubieran hecho falta 4.000 millones. Aunque ahora hay un plan de inversiones en redes, no arreglará nada hasta 2030 porque no llegaremos, ya que los ayuntamientos y las comunidades autónomas tienen que dar los permisos, y ya sabemos que nadie quiere tener una línea o una subestación cerca de su casa", ha añadido Coronado, para quien la solución es "permitir las conexiones flexibles porque hay más de 200.000 MW instalados en España que no usamos. Con esa energía podría descarbonizarse toda la industria de Andalucía".

Alejandro López, miembro del comité de dirección de Moeve Química, analiza la viabilidad de proyectos de almacenamiento térmico y otras tecnologías para la antigua Cepsa. En estas jornadas, ha explicado que son siete las plantas químicas que Moeve tienen en todo el mundo, de modo que están diseñando la descarbonización por países, con precios de energías limpias diferentes en cada uno de ellos. "Jugamos un partido donde van cambiando las reglas del juego y eso hace más difícil tomar decisiones de inversión cuando no hay un horizonte claro", se lamenta López, quien asegura que "aún no tenemos resuelto cómo pagaremos esta 'fiesta', aunque sepamos que hay algunas ayudas que pueden ayudar a hacer la inversión".

"En nuestro portafolio de clientes, a los que vendemos productos químicos descarbonizados, sólo el 10% o el 20% de los clientes parecen dispuestos a pagar un sobrecoste, teniendo en cuenta el precio del CO2. Mi equipo se dedica a decidir inversiones de biomasa o almacenamiento, y en la mayoría de esos supuestos el proyecto tiene poca rentabilidad o pérdidas". Por esa razón, pide "a la Comisión Europea más regulación porque en otras actividades económicas ha ayudado a que salgan adelante proyectos". No obstante, López admite que Moeve ve como una alternativa el almacenamiento térmico hibrido con electricidad, "que está cerca en precio de la biomasa o el biogás".

¿Cuál es la rentabilidad de esta tecnología? No hay unanimidad al respecto. Joaquín Coronado explica que depende de las horas que uses las instalaciones y del futuro precio que tendrá la tonelada de CO2. Alejandro López, de Moeve, precisa que la compañía energética deja que la eléctrica realice la inversión y ellos firman un contrato de compra de calor.

Convencer a la industria

Pedro Marín, presidente ejecutivo y copropietario de Inerco, ha confirmado que "el almacenamiento térmico puede hacer viable la electrificación del calor" y en, este sentido, ha explicado que esta ingeniería sevillana "no sólo aplica esta tecnología, sino que hace 'trajes a medida', ya que elige rangos de temperatura, horas de almacenamiento que se necesitan, los tamaños... Inerco siempre ha estado abierta desde su fundación a la innovación". ¿Cómo convencer a la industria de la implantación del almacenamiento térmico? Marín se muestra convencido de que lo importante es que el cliente perciba la comodidad de su uso. "Nosotros hemos desarrollado una tecnología con un tanque único, que evita trasvase de sales, reduciendo así costes de inversión y mantenimiento, incrementando la fiabilidad y la seguridad".

Carlos Sánchez, directivo de la planta de Bayer de La Felguera, ubicada en Langreo (Asturias), responsable del 100% de la producción mundial de ácido acetilsalicílico para la fabricación de aspirinas de la empresa alemana, ha confirmado que esta multinacional pretende descarbonizar sus actividades antes del 2050 y en la planta asturiana se producirá antes de 2030. El vapor que necesitará su fábrica asturiana lo comprará a Iberdrola. Esta obtendrá el vapor calentando sales mediante energía renovable y almacenamiento térmico, lo que les permitirá hacer aspirinas 'verdes' al estar descarbonizad su producción.

Sánchez cree que el factor económico es una de las barreras para implantar esta tecnología. "Es difícil pensar en verde si estás en números rojos. Estamos hablando de una importante inversión en capex, lo que hace necesario las ayudas públicas, como la del PERTE de descarbonización", ha resumido este directivo. El proyecto de Bayer e Iberdrola en Asturias supondrá una inversión de 18 millones de euros, de los que 8 procederán de ese PERTE.

Tipología de ayudas públicas

Daniel García, director en Andalucía y Extremadura de la consultora Zabala Innovation, ha subrayado que el almacenamiento térmico logra una eficiencia, mejora de los procesos y mayor competitividad en la industria, para preguntar a continuación quién pagará esta 'fiesta'. "Podemos ayudar pero con ayudas", ha dicho García, quien ha recordado las ayudas públicas de miles de millones de euros en forma de préstamos y subvenciones para estos proyectos, como son los Feder, European Gree Deal, MRR NexGen UE, REpower EU, IDAE, Pertes, Innovation Fund, Ley de Incentivos Económicos Regionales de Andalucía.

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