El Día de la Liberación Fiscal

Tribuna Económica

20 de junio 2025 - 05:00

Cada año, la Fundación Civismo calcula una fecha simbólica que resume de forma muy gráfica la presión fiscal que soporta el ciudadano medio: el Día de la Liberación Fiscal. Esta jornada marca el momento en que un trabajador ha generado suficientes ingresos para pagar todos los impuestos del año. A partir de ahí, uno trabaja para sí mismo. A estas alturas, todavía no hemos quedado liberados.

Para estimar este día, Civismo considera un amplio conjunto de tributos: cotizaciones sociales, IRPF, IVA, impuestos especiales -tabaco, alcohol y energía- y tributos estatales, autonómicos y municipales. Más allá de los datos medios que determina, la fecha varía de forma significativa según el perfil del contribuyente y su lugar de residencia. Civismo proporciona un simulador para que cada uno, dependiendo de sus circunstancias, calcule su propio día contestando 11 sencillas preguntas.

Resulta muy interesante conocer este día porque da cuenta de la importancia de lo que aportamos a la sociedad. En 2024, el Día de la Liberación Fiscal se situó en el 30 de julio. Una fecha mucho más tardía que en ejercicios anteriores. La presión fiscal no deja de crecer. Por comparar en un plazo amplio, en 2017 fue el 28 de junio, esto es, 178 días trabajando para cumplir con las obligaciones tributarias, frente a los 212 días del pasado año.

La palabra que se utiliza, liberación, imprime al pago de impuestos una connotación negativa, como si solamente implicara dar, sin obtener nada a cambio. Habría que extender también los cálculos sobre el valor de los servicios que se reciben o por tenerlos potencialmente disponibles. Una plaza de colegio supone 6.000 euros al año, y de universidad, 9.000 euros, becas aparte. Para los gastos sanitarios más importantes, habría que entregar facturas ficticias informativas. Y habría que avanzar en este sentido: ¿cuánto vale vivir en un país seguro?, ¿cuál es el valor de un paseo por un parque, utilizar una biblioteca o entrar en un museo gratuito?

No obstante, este año, el Día de la Liberación Fiscal se nos va a hacer especialmente cuesta arriba. No solo porque seguimos destinando más de la mitad del año a pagar impuestos, sino porque la sensación de hartazgo fiscal se agrava cuando esos recursos públicos que tanto nos cuesta generar se ven salpicados por escándalos de corrupción. La trama destapada en el PSOE, con presuntos desvíos de fondos públicos, no hace sino alimentar el cabreo de unos contribuyentes que cada vez se sienten más como pagadores obligados de un sistema que no siempre devuelve en servicios lo que exige en tributos.

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