Bárbara Larrañeta

Cuando las ideas se enfrían tras un “no”: propiedad intelectual y justicia percibida en la innovación

Observatorio empresarial

Una persona usando unas gafas de realidad virtual.
Una persona usando unas gafas de realidad virtual. / EFE

Sevilla, 13 de septiembre 2025 - 06:00

A muchas personas se les pide ser creativas en el trabajo: que propongan ideas, que se atrevan a innovar, que aporten soluciones diferentes. La innovación, sin embargo, es un proceso incierto y lleno de riesgos, donde el rechazo de propuestas es una experiencia habitual. En este proceso, las ideas provienen de quienes trabajan en la organización y son las propias empresas u organizaciones las que deciden si las aceptan o las rechazan. En la industria en general, se estima que entre el 70 % y el 90 % de las ideas propuestas por el personal no llegan a convertirse en patentes, ya sea por limitaciones técnicas, falta de viabilidad comercial o decisión organizativa, según datos del World Intellectual Property Report de la World Intellectual Property Organization (WIPO, 2022). ¿Qué pasa entonces cuando esas ideas no prosperan? ¿Qué ocurre después del “no”?

Esa es la pregunta que inspira una investigación realizada junto a colegas del Imperial College London, reconocida recientemente con el premio al mejor trabajo en el congreso nacional de la Asociación ACEDE (www.acede.org). Nuestro estudio se centra en quienes trabajan en empresas tecnológicas, donde cada nueva idea puede convertirse en una patente, y analiza qué sucede cuando una propuesta es rechazada. La clave está en un aspecto poco visible: cómo influyen esos rechazos cuando la idea que no prospera se percibe como propia y queda en manos de la empresa, o, al contrario, cuando se asumía que no lo era y finalmente se reconoce su propiedad.

Porque no todos los rechazos pesan igual. A veces, la frustración no proviene solo de la negativa, sino de cómo se gestionan los derechos de propiedad. En entornos internacionales, las diferencias legales resultan decisivas: en países como Estados Unidos, Reino Unido, China, India o España, la empresa conserva la titularidad incluso de las ideas rechazadas; mientras que en otros, como Alemania, Suecia, Dinamarca o Japón, los derechos permanecen en manos de la persona creadora. Esta disparidad da lugar a lo que denominamos desalineaciones de propiedad: discrepancias entre lo que se espera y lo que finalmente ocurre respecto a la titularidad de una invención.

En ese contexto aparecen dos situaciones distintas. La primera es la pérdida inesperada: personas que anteriormente habían enviado ideas en países como Alemania, donde la titularidad suele quedar en manos de quien las genera, confían en mantener la propiedad también en un nuevo envío; sin embargo, al presentar ahora la propuesta en un país como Estados Unidos o España descubren que la empresa se queda con ella. La segunda es la ganancia inesperada: quienes han estado enviando ideas en países como Estados Unidos o España, donde la empresa conserva la titularidad, no esperan quedarse con la propiedad y, sin embargo, al presentar su propuesta en un país como Alemania terminan recibiendo los derechos. Aunque puedan parecer matices legales, estas diferencias marcan la disposición de las personas trabajadoras a seguir proponiendo nuevas ideas.

Los resultados del estudio, realizado en una multinacional tecnológica incluida en la lista Fortune 500 (ranking anual publicado por la revista estadounidense Fortune que recoge a las 500 mayores compañías de Estados Unidos por ingresos), con presencia en más de cien países y un registro de propuestas de invención acumulado durante dos décadas, son claros: quienes perciben que pierden el control sobre una idea rechazada ven cómo su motivación para seguir innovando se resiente y tienden a dejar de enviar nuevas propuestas. En cambio, quienes reciben más reconocimiento del esperado al conservar la propiedad de una idea rechazada mantienen e incluso refuerzan su compromiso con la innovación.

El estudio también muestra que las reacciones difieren según el puesto. Quienes trabajan en I+D, donde la creatividad constituye el núcleo de la actividad, son especialmente sensibles a la propiedad de las invenciones: las pérdidas inesperadas generan más frustración y las ganancias inesperadas refuerzan con mayor intensidad su implicación. Quienes ocupan puestos no vinculados directamente con I+D, en cambio, presentan ideas de forma más voluntaria y su continuidad depende menos de la titularidad formal.

Estos resultados se basan en el análisis un total de 34.957 propuestas de invención presentadas por 5.100 miembros de la empresa, a lo largo de más de dos décadas. En promedio, el 51 % de las propuestas fueron rechazadas.

La conclusión para las organizaciones es clara: no basta con pedir ideas, hay que gestionarlas con justicia. Los rechazos forman parte inevitable de la innovación, pero la forma en que se comunican y se reconocen puede marcar la diferencia entre cortar o reforzar el compromiso creativo. Nuestro estudio muestra que no es el rechazo en sí lo que más desanima, sino la desalineación entre lo que la persona esperaba y lo que finalmente ocurre con la propiedad de su idea. Cuando esas expectativas no se cumplen, aparece la percepción de injusticia, que erosiona la confianza y debilita la motivación para seguir innovando. Esto sugiere que gestionar expectativas resulta tan importante como gestionar resultados: la justicia percibida depende menos de la decisión final y más de la coherencia entre lo que se anticipa y lo que efectivamente sucede. La transparencia en las reglas y la coherencia en las decisiones son herramientas poderosas para mantener la motivación, incluso cuando una idea no prospera. En un entorno global, donde conviven marcos legales distintos, ofrecer información y formación sobre las normas de propiedad intelectual ayuda a evitar malentendidos y a sostener la confianza. En definitiva, cuidar las expectativas y garantizar justicia en torno a las ideas no es una cuestión formal, sino una inversión estratégica en el futuro innovador de la organización.

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