Opinión
El líder humanista es ante todo buena persona
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EL liderazgo humanístico está definido por la capacidad del líder de integrar, valorar y comprender sus colaboradores y a sus emociones. En el contexto empresarial actual, este modelo de liderazgo se necesita más que nunca.
El mundo empresarial del siglo XXI vive sumido en una paradoja. Cuanta más tecnología implementan las empresas, más humano necesita ser el liderazgo y con ello, ser capaz de gestionar las relaciones con los colaboradores desde el enfoque de la inteligencia emocional.
Para que el líder se convierta en un facilitador de relaciones saludables, favorezca la resolución de conflictos de forma positiva y sepa tomar decisiones equilibradas, éste debe ser consciente de sus propias emociones y de las de su equipo de trabajo y usar de manera efectiva ese conocimiento para guiar el pensamiento y el comportamiento de los demás. Esto es precisamente, lo que se desprende de la dominancia de las cinco claves que definen a la inteligencia emocional y que es necesario que el líder conozca e insisto, domine. Sólo así será capaz de crear contextos de trabajo sanos y relaciones nutrientes entre sus integrantes.
Las citadas competencias no son otras que la autopercepción, la expresión de sí mismo, sus relaciones interpersonales, la toma de decisiones y el manejo del estrés. Ya lo dijo el filósofo Sócrates, “conócete a ti mismo”. Primero el autoconocimiento como base para el crecimiento personal y a partir de ahí, podremos dar el paso para fomentar dicho crecimiento en los demás.
El concepto de inteligencia emocional, popularizado por el psicólogo Daniel Goleman en los años 90, revolucionó la manera de entender el rendimiento en las empresas y la productividad de sus trabajadores. Goleman apuesta por el adecuado manejo de las emociones para una convivencia saludable y productiva, en el entorno empresarial. El psicólogo utiliza el término cociente emocional y desbanca así al tradicional concepto de inteligencia intelectual como el principal indicador para medir los resultados positivos de un profesional. Según Goleman, la inteligencia emocional es la responsable en un 80% del éxito en el liderazgo y el cociente intelectual sólo es el responsable del 20%.
En este sentido, no puedo estar más de acuerdo y compartir el punto de vista que defiende el valor del liderazgo humanístico, el que se centra en las personas como eje. El liderazgo humanístico basado en la inteligencia emocional, y que tiene y tendrá cada vez más un mayor protagonismo en las empresas. Las evidencias demuestran que las empresas felices y emocionalmente equilibradas resultan ser empresas más productivas, innovadoras, resilientes y adaptables a un entorno VUCA cada vez más exigente, incierto y difícil. El liderazgo humanístico le exige al líder ser buena persona y esto no es más que actuar con honestidad, y generosidad hacia los demás, reconociendo y entendiendo desde la empatía que somos seres emocionales y que esto impacta en nuestra manera de sentir y de actuar.
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