El misterio de los tipos de interés

Tribuna Económica

Jerome Powell.
Jerome Powell. / Will Oliver, EFE

26 de agosto 2025 - 05:59

JEROME Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed), dio en la reunión de Jackson Hole una clase de política monetaria y de responsabilidad política. Todo el mundo estaba pendiente de si insinuaba que iba a bajar el tipo de interés, y aclaró que la Fed no tiene una posición preconcebida y dependía de los datos de inflación y empleo. La puerta a bajar tipos siempre está abierta, pero el Gobierno con los aranceles alimenta la inflación, y con la expulsión de inmigrantes trastorna el mercado laboral, reduce actividad y baja a la vez la oferta y demanda de empleo. Los efectos de los aranceles pueden ser transitorios, y el paro equilibrarse con menos gente trabajando; o no, y esto es lo que Powell sostuvo, que las inseguridades generadas han enturbiado la decisión de bajar el interés.

El tipo bajará, pero no se sabe cuánto se conseguirá con ello; en EEUU los tipos a un mes están en 4,25%, a 4 años 0,5 menos, y a 10 años lo mismo que a un mes. Tipos a largo plazo menores o similares a los cortos es algo anormal; en España, por ejemplo, el tipo a un mes es el 2% y luego sube 0,5 y 1,3 puntos en esos mismos plazos de 4 y 10 años. En EEUU el tipo que importa es el 10 años, al que se referencian allí las hipotecas, pero cuando Alex Greenspan era presidente de la Fed sufrió lo que se conoce como el conundrum de Greenspan, pues por mucho que subía los tipos a corto, no conseguía mover el de la deuda a 10 años. Así pues, la Fed puede bajar al 4% o menos, y el tipo a 10 años casi no moverse; y esto es a lo que llegan Cletus Coughlin y Daniel Thorton de la Reserva Federal de San Luis en: “Further Evidence on Greenspan’s Conundrum”, sobre la incapacidad de los bancos centrales para afectar los tipos a largo plazo sólo moviendo el tipo a corto (otra cosa es que jueguen con los plazos de la inmensa cartera de deuda pública que tienen en balance).

Jerome Powell dejó claro que su responsabilidad se la ha dado el Congreso, y en una lección de historia reciente reivindica que la experiencia de la Fed, y sus revisiones cada 5 años de la política monetaria, mantienen la confianza en que se actuará en cualquier circunstancia para situar la inflación en el entorno del 2% y que el paro no sea una preocupación social. En suma, cuando las incertidumbres vienen no de la política monetaria, sino de la propia insensatez de un gobierno, un presidente de la Reserva Federal –diríamos parodiando a John Wayne– hace lo que un presidente de la Reserva Federal tiene que hacer.

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