La percepción de la situación económica

Tribuna

La percepción de la situación económica
La percepción de la situación económica

26 de octubre 2025 - 05:00

EL comportamiento de la economía española en los últimos años está siendo notable, con un crecimiento del PIB desde 2020 que casi duplica el de la UE, y que alcanzó el 3,5% en 2024 frente al 1,1% europeo. Al aumento del PIB le acompañan el del empleo y la reducción del paro, la corrección de la inflación, la reducción de la deuda privada, el aumento de las exportaciones o la mejora de la confianza de las agencias de calificación de riesgos. Y lo corroboran instituciones económicas internacionales y la prensa especializada, que destacan el vigor de una economía que desde la Gran Recesión venía perdiendo velocidad respecto a su entorno.

Sin embargo, muchos españoles se muestran incrédulos con estos datos y pesimistas con las perspectivas económicas. ¿Por qué se produce esta paradójica percepción? Hay razones para pensar que es una percepción subjetiva, porque en las encuestas suelen ser mayoría los que valoran negativamente la economía nacional y positiva la familiar. No obstante, existen datos objetivos que justifican las dudas sobre los éxitos económicos. El primero es que el PIB ha aumentado desde 2021, pero la población residente también lo ha hecho en más de 2 millones de personas, por lo que el aumento del PIB per cápita es sensiblemente inferior al aumento del PIB. En segundo lugar, los alimentos son de los componentes de la cesta de la compra que más han aumentado de precio, por lo que la inflación ha afectado más a las rentas más bajas.

Otra causa de la percepción negativa de la economía es la distribución de renta. El crecimiento económico ha beneficiado a los nuevos empleados y a los que perciben el salario mínimo, y también ha mejorado la renta de los pensionistas que, cuando menos, ha aumentado como la inflación. Pero gran parte de los restantes sectores asalariados, autónomos y con rentas mixtas han perdido capacidad adquisitiva por el aumento de la inflación, a lo que en algunos casos se ha sumado un tipo más alto del IRPF por la subida nominal de los salarios. Por tanto, los efectos del crecimiento en la renta de los españoles son variables. Lo que sí se está produciendo es una redistribución más desigual del patrimonio acumulado, que se concentra crecientemente en las rentas más elevadas, lo que, combinado con la crisis de la vivienda, propicia que muchos españoles perciban la situación económica como negativa.

Por otra parte, el extraordinario aumento del ahorro de los españoles también se vincula con la percepción pesimista de la economía. Este fenómeno surgió con la contracción provocada por la covid, pero se ha mantenido en los años recientes como consecuencia de las incertidumbres que se acumulan en el escenario internacional y nacional. En consecuencia, hay razones objetivas y subjetivas para que gran parte de los españoles no perciban las mejoras económicas referidas.

En cualquier caso, el crecimiento económico de los últimos años es real, pero sus bases difícilmente se mantendrán en el futuro. En España han coincidido diversos factores que han permitido el crecimiento diferencial desde 2022: costes energéticos y salariales reducidos, intensa inmigración, demanda turística potente, algunas buenas cosechas, aumento del gasto público gracias al cambio de reglas europeas primero y, posteriormente, al elevado aumento de la recaudación. Sobre estas bases se produjo una expansión de la demanda exterior y del empleo que fueron propiciando el aumento del consumo, a lo que se ha sumado la inercia del dinamismo económico.

Pero esta dinámica no asegura el futuro. Mantenemos prácticamente estable un modelo productivo especializado en actividades intensivas en empleo de baja cualificación, una productividad alejada de los niveles de los países más desarrollados, unas infraestructuras cada vez más deficientes y un marco institucional en el que son necesarias múltiples reformas que exigen diálogo y consenso político, lo que hoy es inimaginable en un contexto político tan polarizado y radicalizado.

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