Tintilla de Rota, identidad robada
El Ministerio de Agricultura deja en el limbo a la histórica varietal autóctona andaluza, a la que identifica en el registro de variedades comerciales como Graciano
Viticultores y expertos recelan de los motivos de la exclusión que da al traste con importantes inversiones del sector
González Byass negocia un ajuste de plantilla y la venta de activos en plena crisis del sector

Qué fue primero la Tintilla de Rota o la Graciano. Tic, tac, tic, tac… El sector vitivinícola de la provincia de Cádiz sospecha que detrás de la decisión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) de excluir a la Tintilla de Rota del Registro de Variedades Comerciales afloran ciertos celos de productores riojanos por el auge de esta varietal tradicional de Andalucía y el resurgir del reconocimiento internacional de los vinos elaborados con esta uva, que en tiempos llegaron a competir en calidad y aprecio con los mejores caldos europeos.
El Ministerio no ha compartido aun los motivos de esta polémica decisión, que viticultores y bodegueros de la provincia de Cádiz consideran “unilateral e injustificada” y frente a la que han comenzado a movilizarse, aunque quizás demasiado tarde, ya que la reacción llega más de dos meses después de haberse cumplido el plazo para la presentación de alegaciones a la resolución correspondiente, publicada el pasado 4 de julio en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La resolución se hace eco de las conclusiones de un ‘Proyecto de caracterización por ADN’ de vides realizado hace más de una década por el Instituto Madrileño de Investigación Agraria y Alimentaria (IMIA) que, en función de su genética, considera que la Tintilla de Rota (Tierra de Cádiz) y la Parraleta (Somontano) son ‘sinonimias’ de la Graciano (Rioja), es decir, que se trata de una misma variedad con varios nombres, aunque a efectos del registro, únicamente se mantiene la vinífera riojana.
El caso es que pese a la similitudes entre estas ‘vitis vinifera’, las tres son minoritarias en sus respectivas regiones y tienen un origen incierto, el estudio no tiene en cuenta sus diferencias ampelográficas –técnica tradicional que analiza la apariencia de las distintas partes de la planta, sobre todo las hojas–, muy acentuadas en el caso de la Tintilla de Rota y la Graciano.

La Tintilla de Rota, emblema de la actividad vinatera que llegó a representar el 70% del tejido industrial de la Villa roteña, adoptó el nombre de los vinos tanto secos como dulces que se exportaban a todo el mundo y alcanzaron gran predicamento en Reino Unido, donde fue utilizado como un vino gastronómico y de consagrar hasta mediados del siglo pasado.
Los vinos de Tintilla están en pleno auge tras recuperarse esta varietal casi extinguida
Las primeras referencias históricas de la Tintilla de Rota -Tintilla hasta que incorporó el apellido de Rota para diferenciarla de la varietal del mismo nombre originaria de Canarias- datan del siglo XVII o XVIII. La más insigne, quizás, aunque algo posterior, es la descripción que el agrónomo Simón de Rojas Clemente incluye en su ‘Ensayo sobre las variedades de la vid común’ (1807): “En Rota ocupa la mayor parte de las viñas. En Chipiona, Trebujena, Arcos, Espera y Málaga tienen algunas manchas y en Sanlúcar, Xerez y Paxarete sólo algunas cepas salteadas. De este vidueño se saca el famoso vino de Rota”,
Aunque nadie acierta a precisar las consecuencias directas de la exclusión del registro –más allá de la certeza de la imposibilidad de acceder a ayudas públicas, como las de la reestructuración del viñedo, se desconoce si seguirá habiendo disponibilidad de plantas de Tintilla de Rota en los viveros, si se podrá seguir utilizando el nombre de la uva en las etiquetas, o si productores tanto de la provincia de Cádiz como de Rioja aprovecharán para comercializar como Tintilla de Rota vinos elaborados con Graciano, que tienen un menor coste de producción–, el enojo en Rota, el Marco de Jerez y la provincia es monumental, pues sienten que les han birlado una de sus principales señas de identidad, parte irrenunciable de su patrimonio vitícola, económico, social y cultural.

José Antonio Rodríguez ‘Peque’, presidente de la asociación ‘TdeTintilla’, describe palmariamente el sentir de los productores acerca de la coincidencia genética con la Graciano: “los humanos también tienen los genes de los monos y no por eso somos monos”. Y aunque ve muy complicado, por no decir imposible, que el Ministerio revierta su decisión, asegura tajante que, “por mucho que se empeñe, la Tintilla de Rota no va a desaparecer”.
La asociación, que el próximo año cumplirá diez años, agrupa a medio centenar de productores y elaboradores que, según Rodríguez, han hecho un gran esfuerzo inversor para rescatar esta uva, que actualmente ocupa una superficie de más de 50 hectáreas frente a las apenas dos a las que quedó reducida su presencia hace unas décadas.
A su juicio, “está claro que algún interés hay detrás de esta decisión, adoptada de la noche a la mañana, y sin establecer siquiera un periodo transitorio para dar salida a todo el vino que hay en crianza, cuyo valor puede depreciarse rápidamente, a las etiquetas ya impresas...".

Claro que algo influirá también la directriz de Bruselas de suprimir los nombres propios (de ciudades, regiones vitícolas…), tanto aquellos con los que se designan algunas varietales -Jaén o Cariñena, que no se mantiene-, como los que la acompañan -de Rota en la Tintilla, Jerez en la Palomino o de Alejandría en la Moscatel-, otra de tantas decisiones burocráticas que desquician a los operadores del sector.
El sector critica este ataque al patrimonio víticola, social y cultural de Rota y la provincia de Cádiz
Al margen de estas consideraciones y de que el lobby de Rioja tiene mucha más fuerza que el de Jerez, el sector sospecha que en la cuestionada decisión también puede haber pesado que la Graciano está más extendida o el hecho de que en Rioja han conseguido aislar un clon libre de virosis de esta varietal, lo que hasta la fecha no se ha logrado con la Tintilla de Rota pese a los esfuerzos que viene realizando el Rancho de la Merced de Jerez de la Frontera desde hace más de 15 años.
Según expertos de este centro dependiente del Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía, cuyo banco de genoplasma cuenta con la segunda mayor colección de vides de España, entre las diferencias más evidentes entre estas dos varietales figuran la menor producción de la Tintilla de Rota, la presencia de una única semilla en lugar de las dos o tres que caracteriza a la Graciano, y las muy dispares características organolépticas de los respectivos vinos a los que dan lugar.

Belén Puertas, investigadora del Rancho de la Merced y viticultora, sostiene que puede que la caracterización molecular de la Graciano y la Tintilla de Rota sean la misma, pero son variedades distintas, como también lo son los vinos que con ellas se elaboran.
La caracterización molecular analiza 20 microsatélites, pero por ejemplo, no diferencia la Garnacha blanca de la tinta, porque no se ha dado con el gen del color, señala Puertas, quien sentencia que “esta técnica puede ser buena para unas cosas, pero no tanto para otras”.
En el caso que nos ocupa, el Ministerio quiere reducir el número de variedades que son sinonimias, entre los que también cita la Viura y la Macabeo, o como ocurrió en su día con la Palomino Jerez, y que también se quiere hacer con la tempranillo, conocida con un sinfín de nombres en España.
“Es una decisión política con la que no estoy a favor ni en contra, pero no tiene fundamento científico. Es como lo de quitar el apellido si coincide con el de lugares, que no afecta a nadie”, apostilla.
La exclusión impide el acceso a importantes ayudas de fondos europeos al viñedo
Precisamente, Miguel Lara, técnico del Rancho de la Merced jubilado, cree que la Tintilla de Rota, como muchas otras variedades, salvo la Moscatel de Alejandría, debe su exclusión a esa mención a su lugar de origen, otra decisión burocrática, en este caso llegada de Bruselas, difícil de entender para los expertos en la materia.
En el año 2000, expertos del Rancho de la Merced, entre ellos Belén Puertas, presentaron una comunicación bajo el título ‘Tintilla de Rota, variedad tradicional de la provincia de Cádiz. Posibilidades de futuro’, que fue reconocida como la mejor del Congreso Nacional de Enólogos, celebrado aquel año entre Jerez y El Puerto de Santa María.
El trabajo que desarrolla este centro ha sido clave en la recuperación de la Tintilla de Rota, que mantuvo una presencia residual hasta casi su extinción a mediados del siglo XX por el abandono del cultivo debido a su falta de rentabilidad, difícil manejo de la uva…
En esta recuperación ha sido igualmente fundamental la labor de bodegas roteñas como El Gato, que elabora el vino de Tintilla en su versión dulce ininterrumpidamente desde 1957, o Ferris, a las que más recientemente se han unido otras firmas como González Byass, Lustau o Luis Pérez con la elaboración de tintos, principalmente secos tanto monovarietales como en coupage, que se distinguen por su concentración y alta calidad.

Varietal sensible a la sequía, y a la botritis (pudrición), la Tintilla de Rota resiste bien otras enfermedades, entre ellas la filoxera, que asoló el viñedo europeo, también el español, entre finales del XIX y principios del XX, resistencia que se atribuye a las tierras arenosas en las que predomina su cultivo, menos frecuente en las tierras albarizas características del Marco de Jerez.
Tras la instalación de la Base Naval de Rota, propiciada por los conocidos como Pactos de Madrid firmados en 1953 entre Estados Unidos y España, asestó un golpe casi letal a esta vinífera que ocupaba muchas parcelas que pasaron a formar parte de la instalación militar así como otras próximas a la costa dentro del término municipal roteño que terminaron siendo pasto de los desarrollos urbanísticos relacionados con el turismo de playa.
Aunque la Tintilla de Rota no es una de las varietales amparadas por las Denominaciones de Origen de los vinos de Jerez y la Manzanilla de Sanlúcar –en las que se emplean Palomino Fino, Pedro Ximénez y Moscatel–, además de su uso para vinificación en seco o en dulce, antiguamente también se utilizaba para elaborar del vino de color, uno de los productos complementarios autorizados para la crianza de los jereces.
La salida del registro de variedades comerciales tira por tierra el trabajo y el esfuerzo de viticultores y bodegas, también el del Rancho de la Merced, que no cejará en su empeño de sanear la Tintilla de Rota, lograr un clon libre de virus como se ha conseguido con otras variedades autóctonas como la Melonera, la Pedro Ximénez, la Gordal…
Lo curioso es que el virus, en este caso la roya de la vid, no afecta a la calidad del vino de Tintilla de Rota, ni tampoco al consumidor, ya que únicamente influye en la floración, justo después de la vendimia. Pero el saneamiento es necesario para pedir ayudas como la de la reestructuración, por aquello de las decisiones administrativas que se adoptan en los despachos por parte de gente que no ha pisado nunca el campo, deslizan los afectados, que como los roteños encabezados por su Ayuntamiento, siguen esperando una explicación del Ministerio.
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