La sal de los océanos

tribuna económica

17 de junio 2025 - 07:30

El eco de algunas noticias importantes se desvanece en el ruido cotidiano, por lo que no está de más destacar la cumbre de Naciones Unidas en Niza sobre protección de mares y océanos, y el hecho de que España suscriba un convenio sobre derecho del mar, y un tratado sobre diversidad marina de alta mar, anunciándose la protección cinco zonas marítimas sensibles, entre ellas los bancos y gargantas de nuestro Mar de Alborán. Hay dos aspectos que nos interesan; uno, por nuestra situación, ya que el 40 por ciento de la población española,19 millones de personas, vive en municipios costeros, lo que resulta placentero pero trae problemas de concentración, demanda de vivienda y hospedaje, y deterioro de la costa, por lo que urge cuidar las zonas costeras, proteger la vida marina, y fortalecer la economía pesquera. La pesca de arrastre en el Mediterráneo es sólo el 32% en volumen, pero supone el 57% en valor económico, de aquí la importancia de este tipo de pesca, y los compromisos europeos, revisables periódicamente, sobre los días de pesca, entre 150 y 27, que dependen de aplicar medidas de sostenibilidad como la utilización de redes apropiadas, y los fondos con los que el gobierno central subvenciona a la flota para la adquisición de estas redes. De esta forma se intenta conciliar sostenibilidad y economía.

En una hermosa entrevista a la revista Nautilus, Dona Bertarelli, navegante, filántropa, y activista del océano, manda dos mensajes; uno, que cuando conectamos con la naturaleza se recupera un sentimiento de pertenencia que con frecuencia perdemos. Y otro, que el mar no es sólo economía y paisaje, sino el soporte de la vida, pues da calidad al aire que respiramos, absorbe el carbono nocivo, y regula la temperatura y las lluvias. Bertarelli nos recuerda que el daño al mar o la tierra es biunívoco, y afecta a ambos sistemas, y nos previene sobre intereses sin visión de futuro, no sólo en la pesca, sino en actividades como la minería profunda. El presidente del Gobierno se refería en su intervención en Niza a la memoria que durante millones de años, mares y océanos han ido dejando en la vida y el clima del planeta, y me recordaba al genetista y biólogo JBS Haldane cuando dice en “El hombre como una bestia marina”, que nuestro plasma es similar en composición química a la del mar, pero diluida, y quizás más allá de que el mar nos fascine y sobrecoja, podemos sentirlo como parte de nuestra naturaleza, que es el primer paso para responsabilizarnos de algo, y cuidarlo.

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