Los agricultores encaran dificultades con las ayudas agroambientales de la PAC al no contar con la remolacha

Los productores pueden tener problemas para aplicar la rotación de cultivos comprometidas para contar con mejoras económicas

Recolecta de remolacha en la provincia de Cádiz, en una imagen de archivo. / D.C.

La remolacha es necesaria para hacer la rotación de cultivos. Una medida que beneficia la tierra, porque se trata de una hortaliza que esquilma mucho los suelos; pero que, además, forma parte del compromiso de los agricultores con la PAC (Política Agraria Común) para acceder a las ayudas agroambientales (API). La decisión de AB Azucarera Iberia de no producir azúcar en su planta de Jerez provoca ahora problemas para los agricultores, que temen la pérdida de este "cultivo social" de Andalucía.

Unos 500 productores de remolacha sobreviven en Andalucía, en la campiña de Cádiz y la vega del Bajo Guadalquivir en Sevilla. "El declive del sector comenzó en 2005. El Estado pagó a la empresa por cerrar plantas y a los agricultores por dejar el cultivo", explica Diego Bellido, responsable de Remolacha de Coag (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos) Andalucía. La entidad ha mostrado su preocupación, junto a Asaja (Asociación Agraria de Jóvenes Agricultores) Andalucía, UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) y Grupo Remolachero de Sevilla, por que la planta de Guadalete no vaya a procesar azúcar en la próxima campaña y con ello deje de comprar la producción de este cultivo a los agricultores andaluces. "Unas 4.000 hectáreas ya están preparadas", apunta, dado que es en octubre cuando comienza la siembra de esta hortaliza.

La decisión del grupo británico AB Foods no solo afecta a los agricultores, advierte el responsable de Coag Andalucía, también a muchas empresas que directa e indirectamente viven del azúcar. "Aunque hayan bajado las hectáreas que se siembran, son muchas familias las que viven de esto. No solo hablo del agricultor, también del maquilero que siembra, del que recolecta, del taller, de los fitosanitarios", señala Bellido. "Deja tirados a remolacheros, semillistas y maquileros andaluces que ya estaban preparando la campaña de siembra otoñal", apuntaban las organizaciones agrarias en su último comunicado conjunto. "Muchos de los que nos quedamos en el sector de la remolacha tenemos maquinaria específica, están las personas que trabajan con nosotros. A eso se unen las entidades colaboradoras, cooperativas y organizaciones agrarias. ¿Qué hacen ahora con los técnicos de remolacha?", añade el representante de Coag.

Mantener el cultivo de remolacha, que junto con el algodón contribuyó al desarrollo económico de la zona rural de Andalucía, no ha sido fácil. Los agricultores han enfrentado la caída de los precios ofrecidos por la industria, que "desincentivó", señala Coag Andalucía, la siembra y condiciones climáticas adversas. En la última campaña, la de 2024, en la región solo se sembraron 6.000 hectáreas, 3.600 en la provincia gaditana y 2.200 en Sevilla, una cifra muy alejada de las 10.000 del ejercicio anterior, y de otros previos. "Azucarera subió los precios y eso animó a los productores a sembrar. Al año siguiente los bajó y cayó la superficie sembrada", menciona Diego Bellido para argumentar que "con un planteamiento bueno los agricultores se lanzan".

Con todo, los remolacheros andaluces mantenían la previsión de siembra para la nueva campaña y, como se ha comentado, tenían preparada la tierra para comenzar los trabajos. Según las entidades agrarias, son más 4.000 hectáreas para la remolacha otoñal, superficie superior a la que AB Azucarera Iberia exigió en su momento para mantener la recepción, lo que supone, por tanto, un "incumplimiento del compromiso".

Problemas con las ayudas agroambientales de la PAC

"¿Ahora qué hacemos con estas tierras?", pregunta de manera retórica el responsable de Remolacha de Coag Andalucía. La alternativa se antoja complicada. "¿A esas alturas cómo lo hacemos?". En secano los cultivos posibles son la remolacha, el girasol, el cereal, la almendra o el olivo superintensivo. El algodón, que era un cultivo tradicional, dejó de ser una opción por la falta de lluvias entre abril y junio. Lo más factible es el cereal o el girasol. El trigo duro se siembra en noviembre y el blando el diciembre, para recolectarse entre mayo y junio. "Otra cosa no queda, pero el precio está por los suelos", advierte Bellido. El precio del girasol, que se siembra el marzo, subió en el último año, tras muchas temporadas "sin precio". Las otras posibilidades, el olivo superintensivo y la almendra, necesitan preparar la tierra y "la inversión es más elevada".

Los escasos márgenes que dejaba a los productores la remolacha provocaron que estos se acogieran a las ayudas agroambientales de la PAC para recibir una mejora económica. Por eso, a los agricultores de secano se les presenta ahora un problema. La remolacha facilita la aplicación del compromiso quinquenal en la planificación de los cultivos, en su rotación. "El acuerdo dentro de la PAC para tener estas ayudas supone que hay que sembrar un cultivo mejorante, como el haba o la colza", porque la remolacha es un cultivo muy esquilmante que se prolonga desde agosto hasta finales de mayo y agosto, concreta. Da más detalles: "No significa que se siembre 10 hectáreas de remolacha y en el mismo año haya que sembrar ese cultivo mejorante". "Puede ser dos este año, otras dos el siguiente, y así hasta los 5 años", pone de ejemplo de rotación. Sin la remolacha, cuestiona, ¿cómo lo activan los agricultores? "Ahora o siembran todo lo que destinaban a remolacha al mejorante o no cobran las ayudas", asume.

Aunque el trigo o el girasol son opciones, sus bajos precios hacen que lo más fácil sea la arboleda. "Es lo que está pasando en Jerez, que tiran por el olivar superintensivo, y te quitas un problema durante años", señala. "Y si tiran por este tipo de cultivo, es complicado que vuelvan a la remolacha, los de regadío se han ido no han vuelto", deja claro. La Barca, La Ina, Guadalcacín, Villamartín, El Cuervo (Sevilla), Jerez o Villamartín son ejemplo de municipios y núcleos poblacionales donde se cultiva remolacha en tierras de secano.

En el regadío ya tienen hecha la planificación desde abril, junio o agosto para las agroalimentarias, la coliflor, el brócoli, el maíz, la cebolla. "Ya están las hectáreas que van a sembrar, ya no necesitan más", aclara. La zona bajo la influencia de la Comunidad de Regantes Marismas del Bajo Guadalquivir -El Trobal, Marismillas, Chapatales, Pinzón, Lebrija, Los Palacios- no tiene modernizados sus sistemas y se sirven de riego por canaletas. "Sin la remolacha en regadío o siembran cereal, que no conviene por los precios por que se paga electricidad y agua, o van a abril y cultivan algodón (si tienes los derechos) o se esperan al tomate o el pimiento. Pero te la juegas, si no llueve", insiste. Y si optan por el trigo y el girasol, "si dedican 4.000, 5.000, 6.000 hectáreas, cuando vean que hay más, el precio será más barato".

Intervención de la administración

Para Bellido resulta necesario que la Administración tome medidas, porque están abocados a perder la API de la PAC, y no solo eso porque incluso podrían tener que devolver lo ya recibido. Según Coag, Asaja, Upa y Grupo Remolachero, desde la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía se ofrece ayudas de 300 euros adicionales por hectárea de remolacha sembrada. Además, la viceconsejera del área, Consolación Vera, mantuvo una reunión telemática con los responsables de AB Azucarera en España para plantearles la disposición del Gobierno andaluz de apoyar la continuidad de la actividad industrial en Jerez.

Sin embargo, la compañía tiene la decisión tomada de centrar la producción de azúcar de remolacha, en concreto con producción "de otros países", en su planta de Toro. "Están haciendo lo mismo que Ryanair, otra empresa Irlandesa: o me das lo que quiero o me voy. En este caso, le dice a la administración que si quiere que use la materia prima de aquí que le pague la diferencia, porque traer la remolacha en barco de otros países le sale más barata", comenta Diego Bellido. "Vengo advirtiendo desde julio que no iba a haber campaña. Sabían que no iban a abrir Jerez y podrían haberlo dicho mucho antes", se queja. El anuncio tardío deja sin margen de maniobra para la próxima campaña, apuntan fuentes de la Consejería. En estas circunstancias, "¿creen que muchos agricultores van a seguir? Por mucho que digan que el año que viene va a subir el precio".

En manos de intermediarios

El responsable de Remolacha de Coag Andalucía extiende el problema de los precios a todo el campo, "un problema del agricultor y del consumidor". "El consumidor sufre la inflación en la cesta de la compra, mientras el agricultor cada vez cobra menos por lo que produce", abunda. Y pone algunos ejemplos de la realidad de los productores: la pieza de coliflor se la pagan a 32 céntimos, de 1,80 euros no baja el precio que paga el ciudadano; un kilo de tomates se lo abonan a 13 céntimos; un kilo de pimientos, a 32 o 34 céntimos, "cuando en plena campaña el consumidor lo paga a 2 o 3 euros".

La producción agrícola está, asegura, "en manos de lobbies, fondos de inversión, intermediarios". En el caso de la remolacha, desde 2012 ha sido uno de los mercados más especulativos, junto al café y al cacao. "Han ganado mucho dinero con el azúcar, mientras los agricultores perdían dinero año a año porque no se daba un precio aceptable", continúa. Ahora esgrimen la bajada del 32% para explicar la decisión de no llevar a cabo la molturación en la fábrica del Guadalete. Este juego de subir y bajar los precios forma parte de "su política", critica.

La pérdida de este cultivo propicia que en Jerez sigan extendiéndose las hectáreas de superintensivo. "¿Qué van a hacer las fincas, si no? Tengo unos amigos que tenían preparadas 300 hectáreas, con su maquinaria, y no van a sembrar", pone de ejemplo. "La tendencia de muchos cultivos es a desaparecer", concluye.

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