Andalucía perderá casi tres trabajadores por cada joven que se incorpore en la próxima década
Adecco prevé 854.300 jubilaciones frente a apenas 290.957 altas en el mercado laboral, con Córdoba y Jaén a la cabeza del desequilibrio generacional
Andalucía, por debajo de la media nacional en la relación entre cotizantes y pensionistas
El relevo generacional se ha convertido en un reto de primer orden para Andalucía. Los datos facilitados por el Observatorio de la Vulnerabilidad y el Empleo de la Fundación Adecco muestran que, en la próxima década, por cada tres personas que se jubilen solo se incorporará un joven al mercado laboral.
Actualmente, en Andalucía hay 909.242 personas entre 6 y 15 años que, en la próxima década, alcanzarán la edad legal para incorporarse al mercado laboral. Si aplicamos la tasa de actividad del 32% registrada en la última Encuesta de Población Activa (EPA) para los menores de 25 años en Andalucía, podemos estimar que solo 290.957 de estos jóvenes pasarán a formar parte de la población activa en los próximos diez años.
Esta cifra contrasta de forma significativa con las 854.300 personas de 55 años o más que abandonarán la actividad laboral en ese mismo periodo, según los datos actuales de población activa.
Variaciones entre provincias
Córdoba y Jaén son las más afectadas, con una ratio de 3,7 jubilaciones por cada incorporación joven. En Córdoba, 90.000 personas dejarán de trabajar frente a solo 24.371 que entrarán al mercado laboral. En Jaén, la brecha es similar: 69.000 salidas frente a 18.884 nuevas incorporaciones. Ambas provincias reflejan el impacto del envejecimiento en territorios donde el tejido productivo está muy ligado al sector agrario y donde la despoblación juvenil agrava más el problema.
Granada se sitúa también en un nivel muy elevado de desequilibrio, con 102.900 jubilaciones previstas y 30.311 jóvenes que pasarán a engrosar la población activa, lo que deja una ratio de 3,4.
En mejor situación relativa se encuentran las provincias de mayor dinamismo económico. Sevilla presenta la cifra más alta en términos absolutos de jubilaciones (190.700), pero también el volumen más elevado de jóvenes que se incorporarán (69.297), lo que reduce su ratio a 2,8. Málaga, con 175.600 salidas y 60.226 entradas, registra un desequilibrio similar (2,9). Pese a las magnitudes, estas provincias logran compensar en parte la brecha gracias a su capacidad de atracción poblacional y un mercado laboral más diversificado.
El resto del mapa andaluz presenta una situación algo menos pensionada que Córdoba, Jaén y Granada, pero igualmente preocupante. Almería, Cádiz y Huelva comparten una ratio de 2,6, lo que implica más del doble de jubilaciones que de nuevas entradas. En Almería, 70.900 frente a 27.770; en Cádiz se prevén 108.700 jubilaciones frente a 42.331 incorporaciones, y en Huelva, 46.600 frente a 17.766.
La fuerza laboral migrante
El fenómeno migratorio es ya indispensable para el mercado laboral, aportando prácticamente todo el crecimiento reciente del empleo. España registra flujos migratorios intensos que han elevado la población activa y han evitado una caída demográfica mayor. En los próximos 10 años, con la jubilación de cientos de miles de baby boomers, esta dependencia de la migración no solo continuará, sino que aumentará, resultando clave para paliar la falta de relevo generacional.
En concreto, se espera (según proyecciones del INE) que entre 2026 y 2035 lleguen a Andalucía 631.325 personas extranjeras, de las cuales aproximadamente un 80% estará en edad laboral y el 70% de ellas buscarán activamente empleo (353.542 personas).
Sin embargo, aunque el volumen de llegadas puede contribuir a cubrir vacantes, persiste un desajuste entre las competencias disponibles y los perfiles de muchos puestos que quedarán libres tras las jubilaciones. Una parte relevante del talento migrante llega con cualificaciones que no siempre se reconocen o aprovechan plenamente (por barreras de homologación, idiomáticas o de acceso), mientras que muchas salidas se concentran en ocupaciones de alta cualificación y experiencia.
Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco y director de Sostenibilidad de The Adecco Group explica que: “La migración será clave para sostener el mercado laboral -especialmente en sectores con escasez de mano de obra-, pero no basta por sí sola. Debemos cualificar y recalificar al talento, autóctono y migrante, con políticas activas ambiciosas: formación digital y técnica, homologación ágil de títulos, acreditación de competencias y combatiendo la discriminación laboral. Solo así su integración será plena y alineada con las necesidades del mercado”.
Inteligencia artificial y automatización
Además de la migración y la activación de talento, la inteligencia artificial y la automatización tienen una gran capacidad para absorber parte del vacío que deja el envejecimiento: automatizan tareas repetitivas, reducen errores y liberan horas para actividades de mayor valor. Con ello, la fuerza laboral existente puede cubrir mejor vacantes en sectores como cuidados, logística, industria, agricultura, administración y turismo. No sustituyen el relevo generacional, pero sí elevarán la productividad y la calidad del servicio en la próxima década.
Mesonero explica que: “Es fundamental promover la capacitación del talento sénior, cuyo conocimiento y experiencia tienden a desecharse prematuramente en nuestro país. Su conocimiento y experiencia son una ventaja competitiva que España no puede permitirse desaprovechar. Para lograrlo, se requieren políticas activas de empleo que articulen itinerarios formativos, acrediten competencias y fomenten fórmulas de trabajo flexibles (jubilación activa, parcialidad, teletrabajo), además de combatir el edadismo. Solo así mejoraremos su empleabilidad y aprovecharemos plenamente nuestro capital humano”.
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