"Sevilla participará en la coordinación de la plataforma para el diseño de chips de la Unión Europea"
Unas 253 pymes y startups europeas podrán beneficiarse de este programa europeo
El PCT Cartuja de Sevilla, un referente en microelectrónica

Sevilla/Un proyecto de la Unión Europea que busca alcanzar la soberanía en materia de microchips pondrá a Sevilla a la vanguardia en este sector. El Instituto de Microelectrónica de Sevilla, centro mixto dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Sevilla, ha dejado de ser un desconocido para el gran público al ser elegido por la UE para coordinar la participación española en la plataforma que facilitará el diseño de chips por parte de pymes y startups europeas, entre otras. Formará parte de un selecto consorcio europeo de doce partners científicos y tecnológicos, liderado por el instituto belga IMEC, del que sólo participará otro centro español, el Instituto de Microelectrónica de Barcelona, también del CSIC.
¿Por qué han elegido al instituto sevillano para este proyecto? Macarena Martínez (Sevilla, 1983), doctora en Microelectrónica, científica titular del CSIC e investigadora principal de este proyecto, defiende que "somos una referencia nacional en el diseño y test de microchips." Por su parte, María Teresa Serrano (Córdoba, 1969), física, directora de este instituto y profesora de investigación del CSIC, adelanta que "este proyecto supondrá para este centro un cambio de paradigma fundamental porque tenemos a gente que hace cosas muy avanzadas, que publica en revistas especializadas, que son científicos top en diseño de circuitos y, sin embargo, no tienen visibilidad en Sevilla ni en España. De hecho tienen más visibilidad en el extranjero que en España y cuando licencian patentes, lo hacen empresas de fuera. Aquí pasan desapercibidos. Esto nos va a facilitar el contacto con empresas locales, haciendo que nuestra ciencia tenga una aplicación aquí y se produzca una transferencia al ecosistema local".
El Centro Nacional de Microelectrónica del CSIC tiene tres institutos en España: Barcelona, Sevilla y Madrid. El de Sevilla comenzó como un departamento que aliviaba la carga de Barcelona y en los años 90 se convirtió en instituto. El centro de Sevilla diseño su primer chip en 1986. Ahora tiene 120 trabajadores, de los que 37 forman parte del claustro científico permanente y cuatro de ellos están en el proyecto de la plataforma de diseño de chips de la UE. Para llevar a cabo este programa contratarán al menos a otras cuatro personas, con un perfil de físicos o ingenieros electrónicos.
Macarena Martínez explica que "la única capacidad de fabricación de chips del CSIC está en Barcelona, cuyo Instituto de Microelectrónica tiene una sala blanca que le permite producir con fines de investigación microcircuitos. El de Sevilla no fabrica chips, está especializado en diseñar y testarlos para comprobar si funcionan. Tenemos distintas capacidades pero somos complementarios". La directora del instituto añade que "además de diseñar y testar chips, tenemos un clúster de supercomputación (un sistema que usa múltiples computadoras para realizar cáclulos complejos y de gran escala) para instalación de herramientas para diseño de circuitos".
El IMEC coordina este proyecto, el mismo instituto belga que ha desembarcado en Málaga para investigar y fabricar chips. ¿Qué relación hay entre estos programas? "Ambos van en paralelo porque el objetivo es desarrollar una plataforma en la que las pequeñas y medianas empresas, así como las startups, tengan capacidad de diseñar chips porque en principio cuentan con una barrera de entrada muy alta porque no tienen ese potencial económico para diseñar y fabricar microchips. Es decir, los principales usuarios de esta plataforma serán las pymes y startups especializadas en diseños de chips", declara la principal investigadora del CSIC en este programa.
Financiación
El proyecto global supondrá un desembolso de 20 millones de euros, "que permitirá arrancar la plataforma y a raíz de ahí habrá más financiación, aunque sus sotenibilidad a largo plazo se debe de explorar como parte de las actividades del proyecto. El programa -precisa Macarena Martínez- lleva incluido un análisis sobre autofinanciación para que Europa no esté sosteniéndolo, razón por la cual se cobrará por el uso de esta plataforma a las pymes y startups de toda Europa".
Unas 253 startups y pymes andaluzas que suman una facturación de 475 millones y 3.800 empleados podrán usar esta plataforma europea para el diseño de chips. En España, la mayoría de las empresas pequeñas que diseñan chips están en el Levante. "En Sevilla la empresa más grande de diseño de chips que hay del sector es Anafocus, hoy llamada Teledyne, que está en la Cartuja y que comenzó como una startup o spin off del instituto en 2004. Ya es una gran empresa dedicada a sensores de visión, sensores para cámaras", dice la directora del instituto.
Los chips o circuitos los van a diseñar las pymes y startups, entre otras empresas, pero con el asesoramiento y herramientas de la plataforma europea de diseño. Dependiendo del proyecto de cada empresa, se le ofrecerá una solución a medida para que diseñen sus chips, según sean para automoción, visión, drones o robots, por ejemplo.
Clúster de supercomputación
La investigadora principal del proyecto explica la importancia de este programa para que no sólo los gigantes tecnológicos diseñen chips. "Ponemos a disposición de pymes y startups herramientas de software para el diseño de chips y un cluster de súper computación donde se ejecutan. Montar todo ese vale mucho dinero y exige unas licencias que también tienen un elevado coste. El uso de la plataforma no será gratuita pero sí reducirá esa barrera económica que pymes o startups tienen para diseñar chips. La plataforma evitará a las empresas tener que buscar fondos de inversión o pedir créditos que pongan en riesgo su viabilidad", dicen las mismas fuentes.
Además de la plataforma de diseño de chips, Europa ha puesto en marcha los centros de competencia, uno por cada país, salvo España, que tiene dos. El IMSE participa en el centro de competencias español MicroNanoSpain, que recibirá una financiacion 6 millones de euros. Mientras que la plataforma pone a disposición de las empresas las herramientas de diseño de chips, los centros de competencia facilitarñan formación, test, servicios técnicos y de encapsulado, etcétera.
En Europa tenemos el conocimiento, la capacidad de diseño de los chips pero hemos delegado fuera la fabricación porque la mano de obra era más barata. Europa tomó conciencia de su dependencia de Asia en materia de chips con la pandemia, cuando se agotó el stock de dispositivos electrónicos y las fábricas se pararon. Ahora Europa quiere revertir esa situación, aunque no sea al 100%. La idea es encaminarnos hacia la soberanía tecnológica, para lo cual Europa quiere llegar a tener capacidad de fabricación del 20%, doblando los registros actuales.
Perte Chip
De los 12.000 millones del PERTE Chip de España estaba previsto que una parte fuera para una fábrica de chips de pequeña escala de intetegración pero no se ha materializado. A nivel mundial hay dos fabricantes de procesadores que se han comido el mercado: Intel, para servidores de clústeres de altas prestaciones, y ARM, para ordenadores o móviles. Intel es americana y ARM es del Reino Unido, que salió de la UE con el Brexit.
Europa ha visto que Asia es la principal fabricante de chips, mientras que la propiedad intelectual necesaria para la investigación de la mayoría de los microprocesadores está también en EEUU y Reino Unido, lo que nos obliga a pagar por las patentes tecnológicas de los procesadores Intel y ARM. Por eso surgió la arquitectura RISC-V, una tecnología de procesadores abierta que permite personalizar los chips para aplicaciones específicas, con lo que puede usarla toda la comunidad científica, académica e industrial. Cuando se hace un chip en un microprocesador RISC-V no tiene que pagarse la propiedad intelectual, lo que nos hace ser independientes, soberanos. Hay muchas startups de RISC-V pero no terminaban de despegar porque la integración de estos chips era de elevado coste y ese problema se solucionará ahora con la plataforma de chips de la UE, según fuentes consultadas por este periódico.
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