La Mar de Gambas entra en concurso voluntario de acreedores tras desplomarse sus cuentas

La Mar de Gambas, la conocida franquicia sevillana especializada en marisco y cerveza fría fundada por Manuel Alcerrica, ha iniciado una carrera contrarreloj para asegurar su supervivencia. La compañía ha solicitado el concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado de lo Mercantil nº1 de Sevilla, un movimiento que llega acompañado de una oferta vinculante superior al millón de euros por la unidad productiva. El objetivo: salvar parte del negocio y mantener viva una marca que llegó a ser un referente en el sector de las cervecerías especializadas.

La decisión, sin embargo, llega en un momento extremadamente delicado. Las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, recopiladas por este periódico a través de Insight View, la herramienta de análisis de Iberinform, reflejan un deterioro financiero profundo. En 2024, el margen bruto se hundió hasta los -1,92 millones de euros, mientras que el resultado de negocio apenas alcanzó los 3.442 euros, un desplome del 87% interanual. Las ventas, cifradas en 227.693 euros, retrocedieron un 90,4%, y el patrimonio neto cayó a -220.174 euros, un 309,9% menos respecto al año anterior.

El análisis de los últimos ejercicios sitúa a la pandemia como el punto de inflexión que trastocó la estructura de la franquicia. Antes del Covid-19, La Mar de Gambas vivía su mejor momento: superaba los 45 establecimientos y proyectaba alcanzar el centenar en 2020, expandiéndose más allá de Andalucía con presencia en zonas estratégicas de Madrid y atrayendo a numerosos franquiciados. A partir de 2021, el deterioro se volvió evidente, con un resultado negativo cercano a 194.000 euros y la erosión progresiva de las reservas, que en 2020 sumaban 140.000 euros.

Al margen de los números, la historia de La Mar de Gambas es también la de un emprendedor forjado en la barra de los bares familiares. Desde joven, Alcerrica adquirió un profundo conocimiento del sector hostelero que lo llevó, con apenas 20 años, a abrir su propio local basado en una fórmula sencilla: cerveza muy fría y marisco. El éxito de aquel primer establecimiento dio paso a la apertura de nuevos negocios y, finalmente, a la creación de la franquicia.

La marca se consolidó con un concepto reconocible: cervecería andaluza especializada en marisco y tapas, con Cruzcampo muy fría servida en vaso de sidra o en jarra, y una carta variada en la que destacaban gambas, langostinos, mejillones o las populares patas rusas. Con el tiempo, la enseña evolucionó hacia una imagen más fresca y actual, reforzando su apuesta por el marketing digital y la presencia en redes sociales, lo que le permitió ganar notoriedad y posicionarse como una franquicia de referencia en España.

Ese crecimiento sostenido se vio respaldado por reconocimientos como el Premio Andalucía Excelente 2019 a la expansión empresarial, un galardón que entonces confirmaba el dinamismo de la marca. Hoy, sin embargo, La Mar de Gambas se enfrenta a su desafío más complejo: encontrar un comprador que permita mantener su actividad y evitar la desaparición de un proyecto que, durante años, simbolizó una forma muy andaluza de entender la hostelería.