Tribuna económica
Manuel Alejandro Hidalgo
Cuidar el turismo, pero sembrando el futuro
Tribuna económica
Nadie puede negar que el turismo ha sido, durante décadas, uno de los principales motores de crecimiento, generando empleo y riqueza en toda la región. Es, sin duda, un sector que debemos cuidar y proteger con el máximo esmero. Renunciar a él sería un error estratégico de consecuencias negativas. Sin embargo, proteger una de las industrias más preciadas no debe significar caer en un error que nos podría lastrar en el futuro. Una dependencia marcada del turismo, especialmente concentrada en zonas costeras e históricas, nos expone a una notable vulnerabilidad.
Nos guste o no, el turismo genera una serie de externalidades negativas que no solo se deja sentir en el estrés que para locales y espacios supone un exceso de visitantes. Como explica un trabajo reciente publicado por la economista sevillana Libertad González y su coautora Tetyana Surovtseva, una elevada especialización en este sector, si bien crea puestos de trabajo, a menudo lo hace en detrimento de otros sectores productivos como el industrial. Así, un nuevo empleo turístico no siempre es un empleo neto para la región, sino un trasvase desde ámbitos que ofrecen mayor valor añadido, mejores salarios y más estabilidad, debilitando nuestro potencial de crecimiento futuro.
El camino para seguir exige, por lo tanto, abrazar estrategias de forma inteligente. La clave reside en una visión a largo plazo: utilizar los sólidos beneficios que genera el turismo como palanca de inversión para “sembrar” nuevas semillas de crecimiento. Andalucía posee un potencial inmenso y reconocido en sectores estratégicos como las energías renovables, la industria agroalimentaria tecnológica, la logística portuaria o la economía azul sostenible, así como la ingeniería, los servicios a empresa y la automoción y la aeroespacial, entre otras muchas actividades. Fomentar la innovación, atraer talento y apoyar a las pymes de estos ámbitos es imprescindible para crear un tejido económico más robusto y equilibrado.
En definitiva, no podemos dejar de un lado a un sector que tantos ingresos no ha traído. Sin embargo, debemos construir un camino hacia un futuro que evite los costes que este sector puede generar en las economías locales, especialmente aquellas de fuerte atracción turística. Cuidar de la gallina de los huevos de oro es una obligación, pero una economía verdaderamente próspera y preparada para los desafíos del siglo XXI necesita, sobre todo, cultivar un tejido productivo mucho más variado y resiliente. Es la única forma de garantizar un bienestar duradero para todos los andaluces.
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