La UE sufre, y la prórroga se acaba

Tribuna Económica

09 de julio 2025 - 03:59

MAÑANA finalizaba la prórroga de 90 días de Trump a la UE para llegar a un acuerdo arancelario. A día de hoy, solo sabemos que se intenta firmar un “Principio de Acuerdo”. Trump amenaza: aquellos países que no lleguen a un acuerdo tendrán que aceptar los aranceles recíprocos del 2 de abril. En su continuo ejercicio de improvisación Trump ha afirmado que los aranceles definitivos no se aplicaran hasta el 1 de agosto. Esto quiere decir, que amplía el periodo de negociación cuatro semanas más. La Comisión Europea ha avanzado que no desea un mayor periodo de negociación, y que intentará que este fin de semana se firme con EEUU un “acuerdo de principios” y, posteriormente, se sigan negociando los detalles. Bruselas quiere un acuerdo rápido y sencillo y salir de una vez de la atención de Trump y de sus continuas amenazas y cambios de opinión. En definitiva, acortar el periodo de incertidumbre que empieza a dañar la economía europea. Mañana veremos. La relación comercial y financiera de EEUU con la UE es la más importante del mundo. Cada día 4.600 millones de euros de bienes y servicios cruzan el Atlántico. La exposición de la economía de la UE a EEUU es del 18,5%, le sigue la de China con el 13,42% y después la de Japón con el 4,5%.

La UE se juega mucho si fracasan las negociaciones y se reintroducen los aranceles recíprocos del 20%. Europa entraría en estancamiento o recesión. El impacto de los aranceles recíprocos podría llegar ser superior al 0,04% del PIB para Alemania y para Italia. España y Francia, con un menor volumen de comercio con EEUU, se verían afectados en menor medida el 0,02% del PIB. Alemania, la locomotora de Europa ya ha empezado a sufrir el impacto de la guerra arancelaria de Trump. En el mes de mayo sus exportaciones a EEUU han descendido en 12.100 millones de euros, un -7%. De seguir así, el impacto será mayor después de dos años de recesión en los que su industria ha perdido competitividad como consecuencia de su dependencia del gas ruso, los altos tipos de interés y pérdida de competitividad ante China, hasta ahora su principal cliente y ahora su gran competidor. Alemania quiere llegar a un acuerdo rápido y simple, para salir cuanto antes del estancamiento y del riesgo de recesión, que intenta combatir con un incremento de los gastos de infraestructura y defensa. Esperemos que pronto salgamos de dudas sobre las políticas del caótico, voluble e impredecible Trump.

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