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Miguel Ángel Noceda
La conexión Abengoa-Montoro
Acostumbraba Felipe Benjumea, cuando era presidente de Abengoa,a rodearse en su consejo de administración de ex altos cargos de los distintos Gobiernos, sin distinguir tendencias y con el encomiable fin de servirse de su experiencia y capacidad para llegar a las alturas de la Administración. En 2011 incorporó a Ricardo Martínez Rico, ex secretario de Estado de Presupuesto y Gasto Público entre 2003 y 2004 con Cristóbal Montoro como ministro de Hacienda y, en aquellos momentos, presidente de Equipo Económico (EE), despacho de asesoría creado precisamente por el exministro, que casualmente ese año volvía a ser ministro de lo mismo con el Gobierno de Mariano Rajoy.
Benjumea conocía a Martínez Rico desde que en 2008 contratara a EE y le pidiera asesoramiento para sortear la crisis que estalló aquel añoy derivó en la Gran Recesión. Su ojo avizor no tuvo ninguna duda en que la incorporación del asesor al consejo le reportaría beneficios, a juzgar por el informe de la Unidad Central Anticorrupción de los Mossos d’Esquadra que maneja el juzgado número 2 de Tarragona sobre las actuaciones del exministro en aquella época. “La contratación podría haber tenido como finalidad el procurarse una conexión directa con el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, ocupado por Cristóbal Montoro Romero”, sostiene el informe. Según el documento, el ministerio intervino para reducir el recorte en 2.200 millones de euros en las primas a las renovables através de una partida extra de los Presupuestos Generales del Estado.“Fue Cristóbal Montoro quien consiguió que el Gobierno otorgase un tratamiento más suave del inicialmente previsto para las renovables. Esta circunstancia propició que mientras la mayor parte del sector eléctrico sufría en Bolsa, Abengoa protagonizaba una subida espectacular en 2014”, concluye el informe.
En 2013, el Ministerio de Industria había diseñado un plan para atajar la sangría que se había producido en el sistema de primas a las renovables, que se había implantado durante el Gobierno socialista y que acumulaba un déficit de 30.000 millones de euros ese ejercicio. Eso supuso un recorte en ese régimen de primas, que se pagaba a través de la factura de la luz. El asunto generó mucha polémica y una cascada de demandas y arbitrajes internacionales por parte de los inversores, que todavía hoy se arrastra y que ha vuelto a la actualidad con la imputación de Montoro y sus colaboradores.
La intromisión de Montoro no gustó al ministro de Industria, José Manuel Soria, poco partidario de que el déficit se pagara con dinero público. Pero Montoro se llevó el gato al agua y, además de Abengoa, se beneficiaron varias empresas que, en total, desembolsaron más de 10 millones para EE. De ellos, el despacho fundado por Montoro facturó casi cuatro millones al grupo Abengoa, con el que firmaría al menos 25 contratos repartidos entre varias filiales entre 2008 y 2015.
Martínez Rico, el hombre fuerte de EE, fue testigo de la grandeza que rodeaba al grupo en aquellos años de esplendor en que estaba en el vórtice de la ola inversora lamiendo los éxitos de su expansión internacional. Un ascenso meteórico que llevó a la empresa a ser alabada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como un ejemplo de economía verde. Felipe Benjumea presumía de ello y de desarrollar un grupo que fue conocido como “el imperio del sol”, con un complejo fotovoltaico en Sanlúcar la Mayor que era objeto de visitas de expertos de todo el mundo, con presencia en todas las latitudes y más de 25.000 empleados.
Benjumea y Martínez Rico y su Equipo Económico no supieron (o no pudieron) ver la hecatombe a la que se precipitaba el grupo con un endeudamiento que se había acumulado en esos años de euforia y que se hizo insoportable. Hasta que, en 2015, los bancos no aguantaron más y decidieron ejecutar la deuda. El imperio se desmoronó y entró en una descomposición de la que, tras muchas vicisitudes y ajetreos judiciales, trata de recuperarse en manos de la firma Cox Energy. Aunque se hayan disipado los nubarrones de Abengoa y Benjumea esté al margen, el expresidente tendrá que explicar las razones que le llevaron a fichar a Martínez Rico para su consejo y en qué consistía su asesoramiento. Nunca es tarde y los accionistas querrán saber.
La empresa andaluza no fue la única que se benefició, pero sí la que más. En el paquete también estaban Solaria, que pagó 1,7 millones y donde Manuel de Vicente Tutor, uno de los socios del despacho, entró como consejero, Gamesa, GDF Suez, Ence y Red Eléctrica, entonces presidida por José Folgado (compañero de Montoro en la patronal antes de saltar juntos al Gobierno de José María Aznar en 1996). “La vía más directa, como siempre, es pagar a este equipo económico que tiene contacto directo con el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro”. Después de aquello, “se observa una caída en la facturación de Equipo Económico a las empresas del sector entre 2014 y 2015”, dice el informe.
Cumbre Transición-CNMC
Dos días después del rechazo parlamentario al decreto antiapagón, la ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen, que se batió en el Congreso en su defensa, y la presidenta de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Cani Fernández, encargada de la regulación sectorial, tuvieron una cumbre (aunque fuera telemática) para poner en orden precisamente el sector. El encuentro se centró en el control de la tensión por parte de Red Eléctrica y las empresas generadoras, cuya gestión el día de actos se investiga, y una consulta pública para permitir la liquidación de las penalizaciones asociadas al incumplimiento del envío de la información en tiempo real.
Dividendos bancarios
Hay mucha atención en la banca ante la constante amenaza de la subida de aranceles por parte de la Administración Trump. El Mecanismo Único de Supervisión (MUS), que dirige la alemana Claudia Buch, ante esa posibilidad, ha pedido a las entidades que sean prudente a la hora de repartir dividendos. A juicio de las autoridades europeas supondría un retroceso del intercambio comercial con su correspondiente impacto en la economía. Para la banca no es un plato de buen gusto, pero tendrán que analizar la situación.
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