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Miguel Ángel Noceda
La conexión Abengoa-Montoro
Tribuna económica
Circula la idea de que el precio de los apoyos parlamentarios aumenta con la debilidad del Gobierno. Aunque el equilibrio de fuerzas es el mismo que en la investidura, el coste de mantener a un Gobierno acosado por la corrupción aumenta debido a que las consecuencias electorales para los socios pueden ser adversas e importantes. El tamaño de las contraprestaciones, es decir, los peajes han de aumentar en proporción.
Puesto que hablamos de precios y de valor, la economía ha de ofrecer una explicación racional de lo que ocurre y lo hace recurriendo al coste de oportunidad. Los manuales de economía lo definen como el valor de la mejor alternativa a la elección efectuada. En el caso de la negociación para la formación de mayoría parlamentaria, el coste de oportunidad de los acuerdos que se adopten es el valor de la alternativa a la que se renuncia. Si hay tres negociadores en minoría (PP, PSOE y Resto), el resultado de la negociación lo decide el más débil, Resto, que elegirá la opción menos costosa en términos de oportunidad, que será la más débil, a su vez, de las otras dos.
Tras vencer, aunque sin mayoría suficiente, hace justo dos años, PP era el negociador con menor necesidad de apoyos externos para formar Gobierno y, por tanto, con menor disposición a pagar por ello. Frente a la necesidad de un apoyo mínimo de 38 diputados de otras formaciones, las necesidades de PSOE eran de al menos 55, lo que significa que el coste de formar gobierno para este último era bastante más elevado y solo podría hacerlo si está dispuesto a pagar un precio mayor. Desde un punto de vista estrictamente económico y egoísta, es decir, sin tener en cuenta el coste social, que podría justificar un acuerdo PP-PSOE, el apoyo de Resto a PSOE es completamente racional, puesto que el coste de oportunidad de la alternativa es más elevado.
Funciona, por tanto, la regla de que cuando tres fuerzas en minoría negocian la formación de una mayoría, el resultado lo decide el más débil, que aceptará la mejor oferta en términos de coste de oportunidad, que siempre es la segunda más débil. Obviamente, la proximidad ideológica influye, especialmente entre las formaciones más radicales, pero pierde relevancia en beneficio de la racionalidad egoísta entre las más moderadas. El coste de oportunidad no necesariamente se mide en términos monetarios o financieros, sino también en forma de compensaciones políticas o de cualquier otra naturaleza.
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