De grabar con drones a crear recuerdos: la startup gaditana Gibraldrone se adentra en la 'deathtech'
La compañía, especializada en tecnología y marketing, explora la inteligencia artificial para 'mantener vivos' a los seres queridos de sus clientes
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La startup gaditana Gibraldrone se adentra en el terreno de la deathtech con su nuevo proyecto: Revia. Esta iniciativa supone un nuevo giro en la corta pero intensa historia de la compañía y ofrece a sus clientes la posibilidad de revivir y crear recuerdos de sus seres queridos aprovechando la inteligencia artificial.
"Revia es un portal de recuerdos", explica Sarah Pérez, CEO y cofundadora de Gibraldrone. El origen del propio nombre, "revivir por inteligencia artificial", sirve como carta de presentación del proyecto, que permite a sus clientes acceder a un enlace que recoge imágenes, vídeos y recreaciones con IA del ser querido que ha fallecido. Con ello, expone, se podrá tener accesible a través de un código QR a esa persona cada vez que se desee.
El desarrollo de este producto se ha realizado utilizando diversas herramientas de inteligencia artificial, con el objetivo de afinar al máximo los resultados. Con ello pueden unir imágenes de hace años con otras del presente y "crear recuerdos". El ejemplo utilizado por la compañía en algunas presentaciones toca de cerca a su cofundadora, ya que utiliza una imagen suya con su abuelo, fallecido cuando ella era pequeña. "La primera vez que me lo enseñaron en la oficina se me hizo un nudo en la garganta", apostilla.
Los códigos QR que dan acceso al portal de recuerdos se presentan dentro de una sobria caja negra y en diferentes formatos que van desde una placa para colocarla en una lápida o columbario a llaveros o colgantes para mascotas, aunque estudian otras opciones para incorporar próximamente. "La gente nos pide tenerlos cerca", asegura Pérez. Precisamente los animales de compañía juegan un papel importante dentro de la iniciativa, conscientes del protagonismo que tienen en muchas familias, y cuentan con una línea destinada específicamente a ellos.

El grupo Gibraldrone, con sede en San Roque, trabaja para sacar a la venta Revia próximamente, aprovechando que en unos meses llega el Día de Todos los Santos. Según su fundadora, la intención de la compañía es que el rango de precios sea "accesible para cualquier persona". "Nos dijeron que esto entraba dentro de la deathtech, ya que está relacionado con la muerte", comenta con curiosidad.
Una de las primeras tomas de contacto de Revia con el gran público fue en Granada, donde Gibraldrone participó en el Startup Andalucía Roadshow, competición de empresas emergentes andaluzas del ámbito tecnológico en la que los campogibraltareños fueron finalistas. Allí, Pérez pudo mostrar a los asistentes el proyecto: "Todos se quedaron con la boca abierta". Además de recibir algún pedido en persona, sirvió a la empresa para tomar contacto y medir el interés de posibles inversores.
Pionera en su tierra
Los orígenes de Gibraldrone están en 2018, cuando Sarah Pérez y Jonathan Franco combinaron los estudios de Economía y Marketing de ella, la base industrial de él y la pasión común por la tecnología. Como su nombre indica, fueron pioneros en el Campo de Gibraltar en el uso de drones en el plano profesional cuando no eran tan habituales. Los comenzaron a usar, no solo para grabar vídeos, sino también para realizar inspecciones técnicas en empresas e instalaciones industriales.
"Al ser los primeros, nos hizo tener que formarnos a lo bestia", expone la también CEO. De hecho, Pérez es piloto, instructora, examinadora y formadora de pilotos de drones. Entre los principales hitos de sus primeros años están participar en el rodaje de un documental sobre la Verja de Gibraltar grabando a ambos lados de la frontera o la inspección submarina del dique exento del Puerto de Algeciras, que supuso un desafío técnico por la complejidad del acceso.
Gibraldrone estableció su negocio y ha realizado trabajos más allá de la comarca y la provincia, en lugares como Granada o Almería. Una vez asentado, los socios decidieron acercarse a la rama del marketing a raíz de las peticiones de algunos clientes. Así nació GBD Studios, la rama de tecnología y comunicación de la compañía, aunque todas las operaciones van de la mano.

"La tecnología sin el marketing se queda coja, y el marketing sin tecnología no avanza", apunta Pérez. Además de trazar estrategias de comunicación para las empresas, desarrollan todo tipo de soluciones tecnológicas como modelados en 3D e, incluso, gemelos digitales. "Los sacamos en 2020 cuando la pandemia, pensando que era el momento, pero fue pronto y los clientes no lo veían", explica sobre una de las herramientas clave de su "juguetelandia" particular. "Si alguien nos pregunta si podemos hacer algo, lo consulto primero con el equipo por si es posible, a veces nos inventamos la manera", añade.
El equipo que lideran Pérez y Franco es pequeño, con apenas seis trabajadores fijos, a los que se suman todos los eventuales y autónomos que contratan para los proyectos. En 2024 facturó más de 100.000 euros y las perspectivas en 2025 son de aumentar esta cifra. Por el momento, no se plantean incorporar un inversor más a la compañía. "Hemos tenido gente que nos ha querido comprar una parte, pero siempre he sido reacia a ese modelo, no hemos encontrado a ese compañero y amigo que tenemos en mente", justifica.
Desde su posición de CEO, Sarah Pérez reivindica su filosofía de que un jefe tenga un conocimiento amplio de los puestos de la empresa. "Un buen jefe tiene que saber cómo se hace todo para poder decirle a alguien 'lo necesito en tres horas o en media'. Si no sabes cómo se hace, no hables, porque no sabes mandar", expone. Para ella, ejercer de máxima responsable supone una motivación extra, por la escasez de altos cargos ocupados por mujeres. "Era una CEO, mujer, rubia, en el mundo de la tecnología, mundo machista de por sí, y con los drones que es parecido al mundo militar... tengo el paquete completo, pero me parece divertido ver la cara que se le queda a más de uno", asegura entre risas. Además, reivindica la validez de las mujeres para las carreras de ciencia y tecnología y anima a fomentar su participación. "Al final, es el cerebro de cada persona", razona.
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