Con fecha puesta

Tribuna Económica

Representación del euro digital.

07 de noviembre 2025 - 05:30

La fecha en la que entrará en escena el euro digital se acerca. El desarrollo del proyecto avanza y, desde octubre, se ha iniciado la fase destinada a definir los aspectos técnicos y operativos del futuro sistema. Este proceso desembocará en un primer ensayo a mediados de 2027 y culminará con una primera emisión en 2029. Dispondremos entonces de una versión digital del dinero del banco central, tan segura y universal como el efectivo, que podremos llevar en nuestros teléfonos o en tarjetas. ¿Cómo podremos usarlo?

Para acceder a ellos, cualquier banco o proveedor de servicios de pago nos los facilitarán. Serán estas entidades privadas quienes gestionen el proceso de registro y los controles de seguridad habituales, del mismo modo que hoy lo hacen con las cuentas corrientes. Al igual que ahora sacas dinero del cajero, meterás euros digitales en una “cartera digital”. Con ella, será posible pagar en cualquier punto de la zona euro, tanto en comercios físicos como en línea, con la misma facilidad con la que ahora usamos dinero físico, una tarjeta o el móvil.

El sistema disfrutará de una sólida protección de datos. En los pagos online, la información personal se mantiene cifrada y las identidades no se comparten con el BCE. Las reglas de acceso estarán sujetas a estrictos marcos regulatorios y a la supervisión de las autoridades de protección de datos, garantizando que la privacidad del usuario sea un pilar central del sistema.

Podremos transferirlos a la cartera digital, y pagar directamente desde ahí, o también vincular la cartera a la cuenta del banco, para que puedan transferirse automáticamente desde la cuenta. Una vez que están en nuestra cartera digital, con los euros digitales podremos realizar incluso pagos offline, sin conexión a internet, sin comisiones, y manteniendo la privacidad: sólo el comprador y el vendedor conservarán registro de la operación, como cuando pagas con billetes y monedas.

Puede parecer que no aporta ventajas, pero hoy en día, por muchos euros que tengas en una cuenta corriente, no puedes pagar con ellos, por ejemplo, un café en Roma. O usas dinero físico o una tarjeta de crédito. ¿Y cómo le pagas a un comercio alemán en una compra online sin utilizar tarjeta? Además de otras muchas ventajas macroeconómicas, de eso se trata, de liberarse de las grandes redes internacionales de pago, ninguna europea. Los millones de empresas europeas dependen de estas compañías: tienen que contratar y pagarles necesariamente. Ganaremos así en una mayor competitividad, con precios menores y, muy importante, disfrutaremos en Europa en una mayor independencia financiera.

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