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Los fenómenos migratorios, que obligan a la salida de personas que buscan oportunidades en otros países, o los avances médicos que permiten reincorporarse al trabajo tras largos tratamientos son algunos de los factores que están transformando el perfil de la fuerza laboral mundial. En este escenario, prestar atención a los trabajadores más vulnerables se vuelve una necesidad estratégica para las organizaciones
¿Qué se considera “trabajador vulnerable”? No hay un consenso claro a este respecto, pero comúnmente se aplica a empleados precarios (contratos temporales, sector informal) hasta migrantes, desempleados de larga duración, personas con discapacidades, con enfermedades crónicas o personas mayores. También engloba a víctimas de explotación laboral, como quienes sufren trabajo forzoso o trata de personas, y a mujeres que enfrentan desigualdades estructurales.
¿Por qué las organizaciones deben tener en cuenta a estos colectivos? La gestión de recursos humanos en las organizaciones sigue centrada, en gran medida, en el desarrollo de los empleados clave desde una perspectiva estratégica, dejando en segundo plano a los colectivos más vulnerables. Sin embargo, la vulnerabilidad laboral ya no es un fenómeno aislado ni exclusivo de ciertos sectores o grupos. Además, el envejecimiento de la población ha puesto todavía más en primer plano la necesidad de que las organizaciones gestionen el impacto de las enfermedades crónicas en el entorno laboral. Estas dolencias, que incluyen desde cáncer y patologías cardiovasculares hasta Covid persistente, trastornos musculoesqueléticos y problemas psicosociales vinculados al trabajo, afectan de forma directa al bienestar y la productividad.
La gestión de este tipo de trabajadores vulnerables exige políticas de RRHH flexibles y humanizadas. Un ejemplo destacado es el caso expuesto por directivos de la entidad financiera BNP Paribas en el acto del Día Mundial del Cáncer (febrero de 2024, organizado por la Asociación Española Contra el Cáncer, AECC) donde demostraron que adaptar horarios, roles y planes de carrera permitió no solo retener el talento de la empresa durante su tratamiento, sino impulsar su ascenso a puestos de mayor responsabilidad. Este caso subraya la urgencia de replicar modelos que combinen empatía y productividad, especialmente en un país donde, según datos de la AECC de 2025, el 38% de los diagnósticos de cáncer afectan a personas en edad laboral (15-64 años) y solo el 16% de las empresas tiene protocolos específicos para estos casos, de acuerdo con la consultora MD Andersen.
En este contexto, las empresas no solo tienen una responsabilidad organizativa, sino también un compromiso moral hacia sus trabajadores más vulnerables. En el debate sobre el futuro del trabajo, los colectivos más vulnerables merecen ocupar un lugar central. Más allá de ser una cuestión de justicia social, su inclusión es clave para la sostenibilidad de las propias organizaciones. El envejecimiento de la población junto al aumento de la edad laboral, entre otros factores, ya está poniendo a prueba la vitalidad de los trabajadores y la productividad empresarial, especialmente entre los perfiles más expuestos a la precariedad. Los departamentos de recursos humanos pueden diseñar procesos de selección, formación, promoción y bienestar que no solo reconozcan la diversidad de situaciones laborales, sino que también impulsen la equidad y la empleabilidad de todos los empleados, A través de estrategias inclusivas y prácticas de empleo responsables,
Por citar solo unos ejemplos, Workplace Options, líder global en soluciones de salud holística y compromiso con los empleados, presenta el Programa Return to Work: Cancer Care Compass. Este es el primer programa global e inclusivo diseñado para proporcionar un apoyo excepcional a los empleados en recuperación de cáncer y a los managers que les acompañan en su transición de regreso al trabajo.
También la Fundación Accenture, desde 2013 lidera la iniciativa de impacto colectivo “Juntos por el Empleo de los más vulnerables”, en la que colaboran más de 2.000 organizaciones sociales, empresas y administraciones públicas. Gracias a esta iniciativa, surgen nuevas formas de trabajo y potentes soluciones digitales, que se ofrecen de forma gratuita desde una plataforma alojada en la nube de Accenture. Cada una de estas soluciones, complementarias entre sí, busca dar respuesta a las necesidades de los demandantes en las distintas etapas necesarias para acceder a un empleo o establecer un negocio propio.
CaixaBank a través de ‘Fundación la Caixa’ desarrolla el ‘Programa Incorpora’. Este programa tiene como objetivo a la inserción laboral de personas con discapacidad y/o personas con problemas de salud mental. Su principal finalidad es mejorar las posibilidades de acceder a un puesto de empleo que se adapte a sus necesidades. Además, también está dirigido a otros colectivos vulnerables, como parados de larga duración, personas mayores de 45 años, personas inmigrantes o mujeres en riesgo de exclusión social.
En un escenario de incertidumbre como el actual las organizaciones que identifican una oportunidad estratégica -no solo ética- ganan resiliencia: la gestión proactiva de las personas vulnerables ya no es un gasto, sino una inversión en sostenibilidad social y reputación corporativa, e ignorar esta realidad supone un riesgo no solo para los trabajadores, sino también para las propias organizaciones que aspiran a ser sostenibles y competitivas. El reto está en convertir la vulnerabilidad en un motor de innovación en políticas de RRHH para aprovechar un talento que no se debe desperdiciar.
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