Juan M. Marqués Perales
Las familias cerveceras arrasan
Tribuna Económica
LA concesión del premio Nobel de Economía sobre el papel de la innovación en el crecimiento de los países, no ha tenido mucho eco, pues es conocido que el capital y el trabajo por sí mismos no permiten mantener el crecimiento sin avances tecnológicos. Sin embargo, en el documento que facilita la Academia Sueca de Ciencias (Scientific Background, 13/10/2025), se muestra que uno de los premiados Joel Mokyr, en una vida acumulando información, concreta cómo la incorporación de innovación a los procesos productivos va determinando el crecimiento de los países en la historia; de hecho, sabemos que para España la estimación de la renta por habitante es plana durante cinco siglos, pero no en Holanda, cuya población ha disfrutado de más bienestar. Esto se explica por las instituciones, que también facilitan o no la incorporación de innovación, pero de todas formas el crecimiento generalizado por habitante sólo se da en el mundo a partir de 1800, con una aceleración desde 1950 en adelante, y un freno en los últimos años. Los otros dos premiados, Philippe Aghion y Peter Howitt, han analizado durante décadas el papel disruptivo de la innovación para la empresa, que hace entrar nuevos competidores, saca empresas del mercado, y transforma la economía. Este es el concepto de destrucción creativa que desarrolló Joseph A. Schumpeter, distinguiendo entre el empresario que incorpora una nueva tecnología o proceso y una nueva combinación de recursos productivos disponibles, del gerente o CEO, que organiza la empresa, y del capitalista, que financia. El empresario es quien, en este sentido, innova, y sólo el que innova es empresario.
Schumpeter, Aghion, Howit, ponen la empresa en el centro de la aplicación de la ciencia a la economía, pero de una forma muy particular, pues para ellos la innovación no complementa, sino sustituye los procesos productivos, introduce competencia, y sólo mueve la economía y la productividad si destruye para crear. Y evidencia que los monopolios que se han formado actualmente en los sistemas de computación e inteligencia aumentada llevan a un estancamiento, pasando la productividad del trabajo -que incorpora la organización de la empresa y la innovación- de variaciones anuales del 2,75 en 1975 a un 1 en la actualidad. Todo esto nos lleva a plantear dos ideas; una, cuál es efectivamente la aportación innovadora de una empresa concreta; y otra, el sentido de esta innovación cuando no es más que el reforzamiento de un control del mercado con escaso impacto en el bienestar general.
También te puede interesar
Lo último