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Miguel Ángel Noceda
La conexión Abengoa-Montoro
Tribuna Económica
En un contexto económico que parecía propicio para avanzar en la senda del alivio monetario, el BCE optó ayer por la prudencia: decidió mantener los tipos de interés sin cambios, aplazando cualquier nueva bajada, como mínimo, hasta septiembre. Con ello, detuvo la racha de recortes que venía aplicando desde junio de 2024, dejando el tipo de depósito en el 2 %. La medida, que era previsible para los mercados, refleja la complejidad del momento económico y el delicado equilibrio al que se enfrenta la política monetaria europea.
No faltaban razones para avanzar con una nueva bajada. La inflación general de la eurozona está controlada y se sitúa en el objetivo del 2 %. Por su parte, el crecimiento sigue débil, el consumo no termina de despegar y algunos indicadores de confianza empresarial muestran deterioro. Además, la apreciación del euro podría contribuir a reducir aún más la inflación importada. En el plano internacional, la Reserva Federal también ha empezado a abrir la puerta a posibles recortes de tipos antes de fin de año. En este contexto, algunos analistas consideraban que un recorte ahora hubiera reforzado la recuperación sin poner en peligro la estabilidad de precios.
Sin embargo, el BCE ha decidido esperar. La inflación subyacente –especialmente en el sector servicios– sigue siendo elevada, lo que sugiere que las presiones internas sobre los precios aún no han desaparecido. La institución también observa riesgos externos, como la amenaza de nuevos aranceles por parte de EEUU, que podrían tensionar las cadenas de suministro y reavivar la inflación. A esto se suman factores estructurales como el aumento del gasto público en defensa e infraestructuras o las perturbaciones provocadas por fenómenos meteorológicos extremos, que podrían encarecer los alimentos y otros bienes básicos. Ante todas estas incertidumbres, el BCE prefiere no precipitarse.
De cara al futuro, Christine Lagarde lo dejó claro: “No nos comprometemos con ninguna trayectoria de tipos de interés en particular”. La institución mantiene su enfoque dependiente de los datos, decidiendo reunión a reunión. Dentro del propio Consejo de Gobierno hay diferencias: mientras algunos miembros defienden continuar con los recortes, otros piden más tiempo para consolidar los avances. En resumen, el mensaje oficial es de cautela estratégica. Tras la pausa de ayer, según los mercados de swaps, las probabilidades de que el BCE baje los tipos antes de fin de año disminuyeron notablemente, del 90 % al 60 % y el escenario de dos recortes ha perdido fuerza.
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