Compañías ligadas al sector hídrico reclaman apostar por la colaboración público-privada en Andalucía
Las empresas defienden que la innovación y la digitalización deben convertirse en proyectos escalables y duraderos, capaces de aportar eficiencia, sostenibilidad y seguridad en la gestión del agua
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Las compañías ligadas al agua advierten de que la innovación no puede quedarse en ensayos limitados. Reclaman que los avances tecnológicos y digitales se materialicen en proyectos estables y aplicables a gran escala, acompañados de una mayor agilidad administrativa y de un marco de cooperación público-privada que consolide las soluciones que ya se están desarrollando en Andalucía.
Este mensaje centró el debate en el coloquio “Gestión del agua y sus infraestructuras. Oportunidades y desafíos para la colaboración público-privada”, organizado por CTA e Iberdrola, que reunió a Antonio Ávila, gerente de Desarrollo de Negocio de Sando Agua; Emilio Herrera, director del Sector Público en Cibernos; Enrique Gutiérrez, director de Innovación de Hidralia y gerente de Cetaqua Andalucía; Miguel Hormigo, director de Industria de GMV; y Arturo Buenaventura, director de Hidráulica y Medioambiente de Magtel.
El delegado de Iberdrola en Andalucía, Antonio Fernández, señaló que “nuestra apuesta por la tecnología hidroeléctrica forma parte indiscutible de nuestra historia al remontarnos a nuestros propios orígenes” y añadió que, “a día de hoy, la energía hidroeléctrica es la mayor fuente de energía renovable, y las centrales hidroeléctricas de bombeo proporcionan más del 90% de toda la energía almacenada del mundo”. En este sentido, destacó que el bombeo hidroeléctrico no solo es garantía de suministro, sino que también aporta robustez y fortaleza al sistema eléctrico, al tiempo que permite gestionar el agua en circuito cerrado, siendo totalmente compatible incluso en escenarios de sequía.
La sesión comenzó con las soluciones que las empresas ya están impulsando. Desde Sando Agua, Antonio Ávila destacó que la innovación forma parte del ADN de la compañía, tanto en la gestión como en el apoyo técnico a las infraestructuras. Subrayó su apuesta por proyectos de investigación como EDAR, centrado en mejorar la calidad del agua regenerada, un ámbito en el que ven margen para apoyar a comunidades de regantes que carecen de capacidad de gestión de grandes obras.
Por su parte, Emilio Herrera puso en valor la aportación de Cibernos a través de la digitalización. La empresa trabaja en acelerar los procesos de gestión de las compañías especializadas en agua mediante una arquitectura de microservicios que permite ejecutar tareas en paralelo y alcanzar hitos como emitir hasta 1.000 facturas por minuto.
Enrique Gutiérrez, desde Hidralia y Cetaqua, defendió la necesidad de una digitalización integral, que abarque no solo la tecnología, sino también los modelos de trabajo. A su juicio, la interconexión de sistemas y datos permite detectar anomalías de manera temprana y, además, fortalecer la comunicación con los ciudadanos.
La intervención de Miguel Hormigo, de GMV, giró en torno a la aplicación de la inteligencia artificial y el análisis predictivo para optimizar la eficiencia energética y los recursos hídricos. También aludió a la creación de espacios europeos de datos sectoriales para diversificar la gobernanza y a la automatización robótica como herramienta para detectar anomalías. En el ámbito agrícola, explicó cómo la compañía emplea satélites para monitorizar precipitaciones y variables climáticas que mejoren la gestión del regadío.
Arturo Buenaventura cerró este primer bloque presentando las propuestas de Magtel. Entre ellas, proyectos de monitorización de embalses con drones, soluciones de sensorización agrícola capaces de reducir un 10% el consumo de agua a la vez que aumentan la producción, y el uso de gemelos digitales para optimizar infraestructuras. Además, anunció un proyecto estratégico en Córdoba: una infraestructura de bombeo de 289 MW alimentada con autoconsumo fotovoltaico de 229 MW y con capacidad de almacenamiento de 2.554 MWh, que supondrá una inversión cercana a 500 millones de euros.
Colaboración público-privada
El debate se centró después en el papel que debe jugar la colaboración público-privada. En este terreno, se coincidió en que el sector privado puede y debe complementar la acción de la administración. Antonio Ávila subrayó que las comunidades de regantes carecen de capacidad para gestionar grandes infraestructuras, y las empresas pueden acompañarlas para lograr mayor eficiencia.
La experiencia en Málaga permitió a Emilio Herrera ilustrar cómo, gracias a una subvención de la CTA, se puso en marcha junto al Ayuntamiento un proyecto de intercambio de datos que hizo posibles simulaciones muy cercanas a la realidad. A su juicio, el siguiente paso es crear un espacio de datos del agua compartido y avanzar hacia una regulación más flexible que permita agilizar la innovación.
Para Enrique Gutiérrez, la colaboración con lo público “está en el ADN” de su grupo. Considera que la apuesta decidida por el agua regenerada abre una ventana para que la administración financie infraestructuras y las empresas privadas aporten la innovación tecnológica necesaria.
Miguel Hormigo introdujo una nota de cautela al advertir de que muchos proyectos de innovación “se quedan en piloto”. Por ello defendió la necesidad de que las iniciativas sean escalables, duraderas y adaptadas a necesidades concretas. Además, reclamó menos trabas regulatorias para ganar en competitividad.
En la misma línea, Arturo Buenaventura recalcó la importancia de mantener un diálogo constante entre administraciones y empresas, viendo en los proyectos piloto no un fin en sí mismo, sino semillas de soluciones aplicables a gran escala.
Soluciones tecnológicas y futuro
La última parte de la mesa se centró en los desarrollos tecnológicos que marcan el futuro de la gestión del agua. Antonio Ávila recordó que la innovación en este ámbito ha estado tradicionalmente impulsada por la regulación, los costes energéticos y la escasez, pero que ahora la digitalización ofrece un salto cualitativo, al permitir combinar infraestructuras físicas con soluciones digitales.
Cibernos avanzó su participación en un proyecto en Málaga para mitigar los efectos de las dana con inteligencia artificial. Según explicó Herrera, el sistema, basado en sensores, permitirá saber en tiempo real cuántas personas se encuentran en las zonas más afectadas y cuáles son sus recursos disponibles, anticipando la respuesta.
Desde Hidralia y Cetaqua, Gutiérrez presentó el desarrollo de un software que integra datos de la Junta de Andalucía. La herramienta permite prever con meses de antelación la evolución de los indicadores de sequía y así evitar sobrecostes y problemas en el suministro.
En el ámbito agrícola, GMV expuso el Proyecto Agraria, que persigue crear modelos de predicción del contenido de agua en el suelo para cultivos como el almendro. Basado en datos climatológicos y de cultivo, este sistema permite optimizar el riego y hacer un uso más eficiente del recurso hídrico. Aunque todavía requiere validación en campo, los resultados son muy prometedores.
Por otro lado, desde Magtel, Buenaventura destacó la instalación de un sistema completo de telegestión en remoto en infraestructuras hidráulicas. Esta tecnología garantiza un control centralizado y en tiempo real, optimizando los recursos, mejorando la eficiencia operativa y ofreciendo una respuesta inmediata ante cualquier incidencia.
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