Las 'big tech' aceleran su dominio con la inteligencia artificial y la nube como motores de crecimiento

Apple, Amazon, Alphabet, Meta y Microsoft presentan resultados récord en el segundo trimestre, mientras Tesla se queda atrás entre las grandes

Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk, en la toma de posesión de Donald Trump.
Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Sundar Pichai y Elon Musk, en la toma de posesión de Donald Trump. / SAUL LOEB / EFE

En el segundo trimestre de 2025, seis de las mayores compañías tecnológicas del mundo -Apple, Amazon, Alphabet, Meta, Microsoft y Tesla- han vuelto a dejar claro que el pulso de la economía digital se rige, cada vez más, por dos ejes principales: la inteligencia artificial y los servicios en la nube.

Aunque con estrategias, velocidades e incluso resultados muy diferentes, todas ellas convergen hacia un nuevo paradigma de concentración, automatización e infraestructura que va mucho más allá del hardware o el software. Las llamadas big tech no solo crecen: construyen el ecosistema que condiciona la economía global.

Tras un ciclo de ajustes postpandemia y de racionalización del gasto, los últimos trimestres han marcado un viraje claro hacia la reinversión masiva en innovación, especialmente en IA generativa, centros de datos e integración de servicios. Y los mercados han respondido con entusiasmo. Cinco de las seis compañías han superado las expectativas de ingresos y beneficios con crecimientos de doble dígito, lo que consolida un periodo expansivo que parece lejos de agotarse.

Microsoft y Alphabet lideran la nueva era

De todas las compañías, Microsoft ha sido probablemente la más beneficiada por este nuevo entorno. Con unos ingresos anuales de 281.700 millones de dólares y un beneficio neto de más de 101.800 millones, el gigante de Redmond ha cerrado su ejercicio fiscal 2025 con cifras récord. Su crecimiento del 18% en ingresos trimestrales y del 23% en beneficios está estrechamente ligado al rendimiento de Azure, su plataforma en la nube, que ha crecido un 39% en el último trimestre.

El crecimiento de Microsoft se apoya, en gran parte, en sus capacidades en IA generativa y en el rendimiento de la nube, un binomio que ha acelerado la transformación de su modelo de negocio. Su CEO, Satya Nadella, no lo oculta: "Estamos construyendo la pila de tecnología de IA más completa y a mayor escala del mundo". Esta ambición se traduce también en inversión. El capital destinado a centros de datos y desarrollo de IA se ha disparado un 27%, y todo apunta a que seguirá aumentando.

En paralelo, Alphabet, la matriz de Google, también ha consolidado un trimestre de fuerte crecimiento. Entre abril y junio ingresó 96.428 millones de dólares, un 14% más interanual, con un beneficio neto de 28.196 millones. Buena parte de ese empuje procede de Google Cloud, que aumentó sus ingresos un 32% y sigue siendo la apuesta más clara del grupo fuera del negocio publicitario. El crecimiento de Alphabet es ahora más transversal que nunca: además de la publicidad, la nube y la IA se han convertido en pilares de estabilidad y futuro.

La directora financiera del grupo, Ruth Porat, fue contundente: "La IA está en el centro de todo lo que hacemos". De hecho, Alphabet ha confirmado que prevé una inversión de unos 85.000 millones de dólares este año, en su mayoría destinados a infraestructura y capacidades IA. Se trata de cifras que compiten ya con las de las grandes eléctricas o los conglomerados industriales.

Meta y Amazon también escalan posiciones

También Meta ha vivido uno de los mejores trimestres de su historia reciente, con un crecimiento del 22% en ingresos y del 36% en beneficios netos. La compañía de Mark Zuckerberg ha reforzado su posición entre los líderes de la carrera por la inteligencia artificial, en la que compite con una estrategia ambiciosa y de largo plazo. Meta ha duplicado su gasto en capital en apenas un año, con inversiones que superan ya los 30.000 millones de dólares. El objetivo es claro: construir una infraestructura capaz de alimentar no solo su ecosistema social y publicitario, sino también nuevas apuestas en realidad mixta y agentes conversacionales.

Zuckerberg lo resumía con una frase que marca tendencia: "El futuro no es solo construir IA, sino integrarla en productos que usen miles de millones de personas cada día". Los resultados financieros han reforzado su posición ante los inversores, que celebran tanto su rentabilidad como su capacidad para anticipar ciclos tecnológicos.

En el caso de Amazon, el segundo trimestre dejó también cifras sólidas: 167.700 millones de dólares en ingresos (+13%) y 18.164 millones en beneficios netos. AWS, su brazo cloud, sigue siendo el motor principal, pero la compañía ha sabido también incorporar IA a su operativa logística y a sus servicios de recomendación y retail. Amazon se consolida como un híbrido potente entre proveedor de servicios tecnológicos y plataforma de consumo masivo.

Su máximo responsable, Andy Jassy, subrayó que están experimentando "una nueva ola de productividad" gracias a la IA generativa, y anticipó nuevas aplicaciones tanto en el entorno corporativo como en consumo.

Apple: la fortaleza del iPhone y los servicios

En contraste con el ímpetu inversor de sus competidoras, Apple ha optado por una estrategia más prudente. Sus ingresos crecieron un 10%, hasta los 94.000 millones de dólares, y su beneficio neto subió un 9,3%, hasta los 23.434 millones. El empuje vino, una vez más, de las ventas del iPhone -que marcaron un nuevo récord con un alza del 13,5%- y del segmento de servicios, que incluye App Store, iCloud, Apple Music y otros productos digitales.

Apple ha firmado un trimestre récord en iPhone, Mac y servicios, pero sigue sin revelar una hoja de ruta clara en inteligencia artificial. Aunque se espera que Apple Intelligence, su nuevo sistema basado en IA generativa, empiece a desplegarse este otoño, la compañía ha mantenido un perfil bajo respecto a sus inversiones.

Tim Cook sí ha confirmado que están abiertos a adquisiciones estratégicas, y no se descarta algún movimiento relevante en ese frente en los próximos meses. El propio Cook reconoció en la presentación de resultados que "la IA es una prioridad para nosotros", aunque el enfoque de Apple sigue siendo más conservador que el de Microsoft o Meta.

Tesla, el eslabón más débil

El caso de Tesla es, en cambio, mucho más incierto. La empresa de Elon Musk registró una caída del 42% en beneficios en el segundo trimestre, lo que ha disparado las dudas sobre su posición dentro del exclusivo grupo de las siete magníficas. Aunque Tesla mantiene una narrativa centrada en la automatización y la inteligencia artificial aplicada a la conducción autónoma, sus cifras están muy por detrás de las de sus compañeras tecnológicas.

Tesla sigue en caída libre en beneficios y ha reconocido estar en un punto de inflexión, con márgenes cada vez más ajustados y una competencia creciente, sobre todo desde China. La promesa de sus robots Optimus o de un coche 100% autónomo no compensa -al menos por ahora- la erosión de ingresos y el estancamiento del negocio principal. A esto se suman los vaivenes bursátiles y las declaraciones políticas de Musk, que a menudo tensionan su relación con inversores institucionales.

Un nuevo orden tecnológico

En conjunto, los resultados trimestrales de las big tech refuerzan una tendencia clara: la concentración de poder económico y tecnológico en torno a unos pocos actores capaces de combinar innovación acelerada, escala global y márgenes de beneficio excepcionales. El crecimiento de Microsoft, Alphabet, Meta y Amazon apunta a un ecosistema donde la IA generativa y los servicios en la nube no son ya apuestas, sino estructuras fundamentales de valor.

Apple sigue siendo un actor central, aunque aún algo alejado de esa nueva frontera, mientras que Tesla empieza a parecer un invitado incómodo en este club cada vez más homogéneo en estrategia, resultados y visión de futuro.

Y todo esto, sin contar aún con los resultados de Nvidia, cuyo peso en la arquitectura de esta nueva economía digital es cada vez más determinante. Con sus chips como piedra angular del nuevo ciclo, y con una capitalización bursátil que rivaliza con la de Microsoft o Apple, es probable que pronto hablemos menos de las siete magníficas... y más de un puñado aún más selecto de arquitectos del futuro.

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