Un consorcio vasco y Colliers toman la delantera en la venta de Ayesa en dos divisiones
Las ofertas recibidas por las áreas de negocio de tecnología e ingeniería rondarían los 1.000 millones de euros
Las ofertas por Ayesa acercan la división de la compañía en otras dos: ingeniería y tecnología
El consorcio liderado por la Fundación BBK, Kutxabank y el Gobierno Vasco y la firma de servicios profesionales Colliers han tomado la delantera en la puja por la adquisición de Ayesa. Las ofertas recibidas por sus dos principales áreas de negocio —tecnología e ingeniería— se han inclinado hacia la división operativa en dos compañías independientes, una decisión que responde tanto a la naturaleza de los compradores como a la estrategia del principal accionista, el fondo A&M Capital Europe (AMCE), que tiene un 67% del capital, frente al 33% que conserva la familia Manzanares.
Así, el consejero vasco de Industria, Mikel Jauregi, ha anunciado este jueves que el consorcio conformado por el Gobierno de Euskadi, Fundación BBK y el fondo Indar —creado por Kutxabank— ha ganado la puja para comprar la división tecnológica de Ayesa y espera que el acuerdo esté cerrado para fin de año, una operación que supondría el regreso a la comunidad autónoma de Ibermática tras haber sido adquirida por la compañía sevillana en 2022.
Jauregi ha puntualizado que "lo que se está comprando es Ayesa IT, que es una parte más amplia que Ibermática" y ha señalado que hay plazo para completar la operación hasta finales de año. En la puja han concurrido "muchos fondos de gran renombre" pero "la cuadrilla vasca ha sido capaz de tejer una oferta atractiva", que "está abierta a más socios" y "se puede ampliar" aunque el "tíquet mínimo son 10 millones", ha explicado.
Según sus previsiones, a finales de diciembre se llevaría a cabo la firma para aprobar la compraventa y luego se abre un plazo de cuatro meses para el cierre. BBk ha puesto 100 millones, Indar otros 100 y el Gobierno Vasco "es el comodín", ha señalado el consejero, mientras que ha indicado que todavía no está decidido si la sede estará en Zamudio o en San Sebastián, algo que deberán determinar los socios.
En paralelo, el negocio de ingeniería ha atraído a distintos actores, entre los que destaca el grupo canadiense Colliers, que ha tomado la delantera en la operación. Este gigante, especializado en consultoría inmobiliaria, no integra sus inversiones, lo que encaja con la estrategia de mantener la autonomía operativa de Ayesa Ingeniería. La división aporta unos 250 millones de euros en ingresos y mantiene una cartera de proyectos sólida en infraestructuras, energía y urbanismo.
Durante el proceso, coordinado por Arcano y Houlihan Lokey, algunos inversores han mostrado interés por el conjunto del grupo, aunque la dinámica de la puja ha apuntado claramente a una separación funcional y jurídica entre las dos divisiones. En la carrera, las ofertas recibidas por las áreas de negocio de tecnología e ingeniería por quienes se han situado en las posiciones de cabeza —el consorcio vasco y Colliers— rondarían los 1.000 millones de euros.
División natural
Los negocios de ingeniería y tecnología siempre han funcionado por separado en Ayesa, desde que la familia Manzanares adquirió Sadiel, origen de la actual división tecnológica. Por ello, fuentes del mercado no consideran traumática la división, sino un resultado natural, condicionado por cómo evolucionen los dos procesos separados para recibir ofertas por uno o ambos negocios. La estructura organizativa ya refleja esa dualidad, con equipos, cuentas y estrategias diferenciadas.
Las ventas del grupo en 2025 rondarán los 900 millones de euros, de los cuales más de 530 millones proceden del área tecnológica. Ayesa emplea a 15.000 profesionales y mantiene su sede en Sevilla, consolidándose como uno de los grandes actores del sector en España.
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