Hapag-Lloyd y CMA CGM aumentarán en 2026 más de un 40% sus recargos por la normativa europea de emisiones

Los puertos andaluces, encabezados por Algeciras, atentos al impacto que puede tener en su actividad el nuevo marco comercial europeo

El nuevo centro logístico de Maersk en San Roque estará destinado a completar la cadena de suministro de un cliente

Un barco de la naviera alamena Hapag-Lloyd en el puerto de Málaga
Un barco de la naviera alamena Hapag-Lloyd en el puerto de Málaga / J. C. C.

Dos de las principales navieras del mundo, Hapag-Lloyd y CMA CGM, han anunciado un aumento en sus tarifas a partir de 2026 para dar respuesta al endurecimiento de la normativa europea de comercio de emisiones (ETS, por sus siglas en inglés). Las compañías, que operan en varios puertos andaluces, como es el caso de Algeciras, aumentarán de media un 40% sus recargos por este concepto.

La normativa ETS, que grava las emisiones que realizan las navieras que llegan a los puertos europeos, alcanza en 2026 una nueva fase de implantación. Esta es la tercera tras una progresiva aplicación que ha ido aumentando en 2024 y 2025 el porcentaje del dióxido de carbono lanzado a la atmósfera durante su viaje por el que las compañías debían pagar. El próximo año las empresas deberán abonar el 100% del CO2 emitido en servicios dentro de la UE y un 50% de aquellos que lleguen desde fuera de Europa. Esto se traduce en un aumento de las tarifas a sus clientes para hacer frente a este sobrecoste, que en el caso de servicios lejanos como los procedentes de Asia, es significativo.

La naviera Hapag-Lloyd, que desarrolla junto a Maersk la red Gemini, ha anunciado que aumentará en torno a un 45% el recargo que cobra a sus clientes por los costes del ETS. Como ejemplo, en un trayecto entre el este de Asia y Europa, la compañía alemana cobra actualmente 51 euros por un contenedor de 20 pulgadas (la unidad estándar, equivalente a un teu), mientras que a partir de 2026 ascenderá a 75 euros, un 47% más. En el caso de un contenedor de 40 pulgadas, este complemento pasará de 102 euros a 150.

Por su parte, CMA CGM incrementará de media un 43% el recargo por el concepto del ETS. En el caso de un servicio entre los puertos de Shanghái y Algeciras, el armador francés aboga por aumentar de 41,26 a 57,59 euros el precio por sus emisiones contaminantes para contenedores de 20 pulgadas. En cuanto a envíos de unidades de 40 pulgadas, que equivalen a dos teus, estas pasan de 82,52 euros a 115,19 euros.

Las dos mayores navieras del mundo, MSC y Maersk, todavía no se han pronunciado sobre cuál será el incremento que realizarán en sus tarifas para acomodarse a la nueva fase de la normativa de comercio de emisiones, aunque se espera que lo hagan en las próximas semanas para informar a sus clientes de cara a la llegada del próximo año.

Impacto en Andalucía

El aumento de los recargos que reflejan las navieras a sus clientes tiene impacto en los puertos andaluces, donde estas compañías escalan y desarrollan importante actividad. Aunque el Puerto de Algeciras, primero de España y uno de los principales de Europa, es el que puede verse más afectado por sus altos volúmenes de mercancías procedentes de terceros países, otras dársenas como Huelva, Almería, Málaga o Cádiz experimentarán, aunque en menor medida, los efectos de la aplicación al 100% del ETS.

En lo que respecta en concreto a la Autoridad Portuaria de la Bahía de Algeciras (APBA), esta viene siendo una de las más vocales en contra de la aplicación del ETS, al entender que no es el vehículo correcto para reducir las emisiones contaminantes, ya que podría lastrar la competitividad de muchos puertos europeos. Además, en su caso particular, temen que se produzca una fuga de tráficos ante la competencia directa de Tánger Med, en Marruecos, al que se sumará próximamente el nuevo puerto de Nador West.

El presidente de la APBA, Gerardo Landaluce, aboga por seguir el modelo de la Organización Marítima Internacional, cuyas normativas cuentan con un alcance internacional y no solo limitado al entorno europeo. "Las medidas deben ser globales y la OMI es el foro para debatir los gravámenes de emisiones", señaló Landaluce el pasado abril tras el establecimiento de una zona de control de emisiones de azufre en el Mediterráneo.

El también vicepresidente de la Organización Europea de Puertos (ESPO) reiteró entonces que "las prisas crean distorsiones", en relación con la aplicación del ETS. No en vano, la dársena marroquí queda fuera del marco europeo, mientras que en la zona de control de emisiones de la OMI todos los países quedan bajo un mismo paraguas.

La UE desoye las reivindicaciones

La Comisión Europea no ve evidencias de que la normativa comunitaria de comercio emisiones haya tenido un impacto reseñable en los tráficos marítimos de los puertos del continente durante su primer año de aplicación, en contra de las protestas de las autoridades portuarias.

La Dirección General de Acción por el Clima publicó el pasado mes de abril el primer informe que analiza la aplicación de la normativa ETS desde su entrada en vigor en enero de 2024 hasta septiembre de ese año. El documento, elaborado por una consultora británica, concluyó que no se encontraron evidencias de desvío de escalas de las navieras, paradas adicionales o cambio de orden de las mismas en puertos cercanos a Europa para sortear las nuevas tasas.

En el flanco mediterráneo, que afecta especialmente al Puerto de Algeciras, el informe destaca una continuidad en las rutas marítimas y que solo Tánger Med ha aparecido como nuevo protagonista, al acoger varios trazados. Sin embargo, este hecho se achaca a las modificaciones forzadas por el desvío a raíz de la crisis del Mar Rojo, que obliga a circunnavegar África a través del Cabo de Buena Esperanza, que a su vez habría provocado un aumento en los tráficos del Mediterráneo occidental. De hecho, los autores del estudio apuntaron que la normativa ETS no ha tenido tanto efecto en la inclusión de escalas en Barcelona, Valencia y Sines en algunas rutas hacia Oriente Medio y Asia.

Según los datos aportados, se estima que la normativa ETS ha supuesto un incremento medio del 3,7% en los costes operativos de los buques, aunque varían según la categoría, siendo los portacontenedores, graneleros y barcos cisterna los más perjudicados. Este aumento se ha visto trasladado a los clientes de las navieras, en una horquilla entre el 1,6% y el 5% del precio original, en función del caso. En total, se estima que el comercio de emisiones ha afectado a 34 millones de escalas, con una recaudación total en torno a los 2.200 millones de euros.

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