Lorena Pérez Aguilar, ingeniera: "Indra nos da la oportunidad de sentir orgullo de poner nuestro talento al servicio del país"
Esta malagueña "repatriada" experta en Telecomunicaciones, que hace un año volvió tras casi cuatro años en Londres y Múnich, lidera proyectos y equipos dentro del programa FCAS/NGWS
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La tecnológica española Indra Group afronta una proceso de captación de talento, que no solo le lleva a las universidades y centros de formación profesional y al mercado nacional para retenerlo, sino también a traspasar las fronteras para atraer profesionales y "repatriarlos". La ingeniera de Telecomunicaciones malagueña Lorena Pérez Aguilar, que desde hace un año desempeña su trabajo como technical manager internacional en Madrid, en la sede Alcobendas de la compañía, es un claro ejemplo de la vuelta de expertos en tecnología a la industria española.
Pregunta.-Estudió en la Universidad de Málaga, ¿qué, exactamente?
Respuesta.-Hice dos grados: Administración y Dirección de Empresas, primero; e Ingeniería de Tecnologías en la Telecomunicación, a continuación. Y luego también hice un máster en Ingeniería de Telecomunicación.
P.-Llama la atención que empezara Administración y Dirección de Empresas y después se desviara hacia la Ingeniería, ¿por qué este camino?
R.-Diría que ha sido, digamos, un poco convencional. Estudié Administración y Dirección de Empresas porque me atraía la idea de emprender, de construir proyectos y de entender cómo se tomaban las decisiones a nivel estratégico dentro de organizaciones. Durante la carrera tuve mi primera experiencia emprendedora, porque cofundé una academia de clases particulares para alumnos de la ESO y de Bachillerato y trabajaba allí mientras estudiaba. Lo que más me gustaba eran las asignaturas más analíticas, como Matemática Financiera o Econometría. Me gustaba ver cómo los modelos matemáticos se podían utilizar en la empresa para interpretar la realidad o la situación y tomar decisiones. Ese interés técnico, junto a que siempre he sido una persona muy curiosa, me llevó, cuando estaba terminando el TFG (trabajo fin de grado), a empezar Ingeniería de Telecomunicaciones. La idea, la verdad, no era terminar la carrera, sino más bien utilizar ese tiempo del TFG para mejorar mi habilidad de analítica y matemáticas. Pero la carrera me gustó, me apasionó tanto, que no solo la terminé, sino que me gradué como primera de mi promoción y seguí luego con el máster. Y durante esos años siempre compaginé becas para trabajar en proyectos de investigación, por lo que recibí varios reconocimientos por mi trabajo, y también estuve trabajando en empresas como Ericsson, CaixaBank o la Agencia Aeroespacial Alemana. He recorrido un camino académico que es poco común, pero ha sido muy enriquecedor y me ha permitido construir un perfil que tiene una base técnica muy sólida, pero también una visión estratégica y empresarial. Creo que esa mezcla es realmente la gran fortaleza de mi personalidad.
P.-Y se marchó fuera.
R.-Siempre he sido una persona ambiciosa, con muchas ganas de crecer, tanto personal como profesionalmente, y desde que estudiaba ya tenía la ilusión de trabajar en entornos internacionales y en empresas punteras, donde yo pudiera tener un alto impacto. Por eso, cuando me surgieron las oportunidades de irme a Apple en Londres o a la Agencia Aeroespacial Alemana en Múnich, en Alemania, no lo dudé. En Apple, por ejemplo, tuve la oportunidad de contribuir en el diseño de productos que utilizan millones de personas. Y esa es la experiencia que estaba buscando en cuanto a nivel técnico y de escala. Además, yo siempre he valorado mucho el contacto con otras culturas. El vivir fuera me ha permitido conocer a personas de muchos países, aprender nuevas maneras de trabajar, quiero decir en cuanto a mi capacidad de adaptación a diferentes tipos de trabajo. Es una experiencia que recomiendo a cualquier joven profesional. Sobre todo al inicio de la carrera. Lo mejor es poder haber vuelto a mi país, a mi casa, con todo ese aprendizaje y contribuir en proyectos que creo que marcan el futuro tecnológico de mi país. Eso es lo que me ha satisfecho más.
P.-¿Cuánto tiempo ha estado fuera exactamente? ¿En Apple?
R.-En Londres, bueno, en Apple estuve trabajando casi tres años, como ingeniera de diseño de sistemas de comunicaciones. Participé en varios proyectos relacionados con comunicaciones móviles y en particular en el desarrollo del sistema de comunicación por satélite que está integrado en el iPhone. Este sistema es muy relevante porque permite contactar con servicios de emergencia en zonas sin cobertura móvil. Fue un proyecto apasionante desde el punto de vista tecnológico, pero a nivel personal también muy satisfactorio, porque este servicio está realmente pensado para situaciones críticas y para salvar vidas. Recibía muchos mensajes de usuarios, de gente, que habían sido rescatados gracias a este servicio y saber que tu trabajo contribuye de esta manera para mí fue de las experiencias más gratificantes.
P.-¿Y en Alemania?
R.En la Agencia Aeroespacial Alemana, en Múnich, estuve trabajando durante medio año en un proyecto de investigación que estaba centrado en el desarrollo de algoritmos para navegación multimodal. En decir, en algoritmos que son capaces de funcionar en diferentes medios de transporte, coche, moto, tren, sin depender de la señal de GPS. Este tipo de soluciones son claves en entornos donde la señal GPS no está disponible o es muy poco fiable, como interiores, túneles, y están especialmente pensadas para casos de emergencia, que necesitan saber cómo llegar a un destino de forma muy precisa, por ejemplo, cuando se derrumba un edificio o cuando tiene que hacerlo en un túnel. Uno de los principales retos tecnológicos del proyecto era ser capaces de identificar el medio de transporte utilizado sin utilizar GPS, con el uso solo de los sensores inerciales que tienen incorporados los teléfonos inteligentes, que son de muy baja calidad. Mi trabajo consistió en diseñar, implementar y poner en producción un algoritmo avanzado, basado en inteligencia artificial, que permitiera detectar el medio de transporte en tiempo real. Y este algoritmo no fue solamente muy útil durante mi tiempo allí, sino que se lo quedó el equipo y me consta que ha sido utilizado después en producción en muchos proyectos posteriores. O sea, creo que tuvo un gran impacto.
P.-¿Cuándo volvió a España? ¿Cómo ha sido este tiempo?
R.-Volví a España el año pasado, en julio. Acabo de hacer un año aquí de vuelta, y ha ido muy bien. Volver a España no era mi idea en ese momento, pero cuando se me presentó la oportunidad de trabajar en Indra la tuve que aprovechar. Indra, y en particular el programa en el que estoy, que es el programa FCAS/NGWS, me ofrecía un entorno ideal para seguir creciendo, tanto a nivel técnico como en responsabilidad. Desde el punto de vista tecnológico, el programa FCAS-NGWS es de los proyectos más punteros que existen a día de hoy en Europa. Estamos hablando de diseñar sistemas de comunicación, ultrasegura, discreta, resiliente, que tienen que operar en un entorno de combate aéreo, donde las plataformas se mueven a velocidades supersónicas, es decir, a varias veces la velocidad del sonido, y en condiciones muy exigentes. Resolver ese tipo de desafíos, donde todavía hay muchas respuestas que nunca se han podido contestar, es un privilegio como ingeniera de telecomunicación. Al mismo tiempo, en Indra estoy teniendo la oportunidad no solo de desarrollo medio técnico, sino de aportar también mucho en la parte de gestión, de liderazgo de equipos y de proyectos, y estratégica. Me dan la oportunidad de participar en la toma de decisiones que de alguna manera alinean el desarrollo tecnológico con la estrategia global de la compañía, y también con los objetivos de defensa de España, de mi país. Ese equilibrio entre lo técnico y la visión estratégica es justamente lo que estaba buscando para mi carrera, y la razón por la que me repatrié.
P.-¿Puede contarme más sobre el programa FCAS?
R.-FCAS responde a las siglas del sistema de combate aéreo del futuro. Es un programa nacional, que se desarrolla de manera individual por cada uno de los países que participan luego en el programa NGWS, en inglés Next Generation Weapons System, o el Sistema de Armas de Nueva Generación. El NGWS es el programa internacional europeo que lideran España, Francia y Alemania, cuyo fin es desarrollar un sistema de sistemas que está compuesto por un caza de sexta generación y una red de drones o de plataformas no tripuladas, interconectados mediante la nube de combate, que es realmente el elemento disruptivo y diferenciador del programa. La nube de combate permite compartir información en tiempo real entre los nodos que están desplegados en una misión, permite optimizar los recursos compartidos y genera lo que llamamos una inteligencia colectiva. Es lo que en el futuro va a habilitar el elemento más importante y fundamental de la sexta generación, que es el combate colaborativo. En Indra, esta visión de nube de combate se está cristalizando mediante un programa propio que se llama Nimbus, que ya se está validando en escenario multidominio. Además, es importante resumir que Indra en España actúa como la empresa coordinadora a nivel industrial y, por tanto, es la que tracciona al resto de empresas que participan en el NGWS y, además, defiende los intereses nacionales que se transmiten desde el Ministerio de Defensa.
P.-Y, ¿cuál es su trabajo?
R.-Soy technical manager internacional dentro del programa NGWS y trabajo en el área de comunicación avanzada. Lo que yo hago es, básicamente, liderar proyectos y también equipos que están dedicados al diseño de redes y de sistemas de radio que sean altamente seguros, resilientes y que estén adaptados a un entorno de comunicaciones que es súper exigente, como el de combate aéreo. El objetivo de mi equipo es que las comunicaciones hagan posible el combate colaborativo, que mantenga conectados los nodos de forma fiable, pero que, al mismo tiempo, las comunicaciones sean prácticamente invisibles, es decir, que sean muy difíciles de detectar o de interceptar.
P.-Seguro que tiene una visión de cómo ven a los profesionales españoles fuera de nuestras fronteras, ¿cuál es su experiencia en ese sentido?
R.-Sí, la tengo, he estado en varios países, y no solamente eso, sino que he trabajado con gente de todas partes. Los ingenieros españoles estamos superbién valorados fuera de España, por muchas razones. Primero, tenemos una formación académica muy sólida. No era mi concepción cuando estudiaba, pero me he dado cuenta de que somos de los ingenieros mejores preparados, porque entendemos muy bien los fundamentos técnicos, y sobre todo estamos entrenados para aprender muy rápido. Es decir, somos profesionales que no dependemos de lo que sabemos, sino que tenemos la capacidad y la actitud también de construir desde cero lo que no sabemos cuando nos hace falta. Pero más allá de lo técnico, también se nos valora por cómo somos en el día a día. Somos gente muy trabajadora, muy cumplidora, en la que se puede confiar, que tenemos muy buena actitud y estamos muy orientados a hacer equipo. Los españoles generamos ambientes de trabajo muy sanos, y eso se nota. En mi experiencia, he trabajado con personas de la India, de Reino Unido, de China, de Francia, de Estados Unidos, de Alemania, de todas partes, y siempre he sentido que nos reciben con los brazos abiertos y que valoran esa mezcla de experiencia técnica, de fiabilidad, pero también de cercanía y de tener muchas ganas de hacerlo bien.
P.-Indra habla de retener talento, que en su caso es un ejercicio de repatriación. ¿Cómo ve a la industria española? ¿Cree que la apuesta es firme por avanzar, por adaptarse a las posibilidades que ofrece la situación?
R.-Sí, creo que la apuesta es firme y consciente y, además, cada vez mayor. La industria española está intensificando esos esfuerzos por repatriar el talento, el talento cualificado, porque es consciente del valor estratégico que aportamos los profesionales con experiencia internacional, tanto por tener una visión global como por la capacidad de afrontar retos complejos y con perspectivas que, en el fondo, son nuevas y son diferentes. Empresas como Indra están liderando esta apuesta con iniciativas bastante concretas para atraer esos perfiles muy especializados, especialmente para trabajar en sectores que son muy estratégicos para el país, como la defensa o la digitalización. En mi caso, volver a España solamente tenía sentido si podía seguir creciendo, si podía seguir aprendiendo y si podía seguir participando en proyectos de este estilo, para que son como de primer nivel. Y es exactamente lo que he encontrado en Indra. No solamente plantea retos que a nivel técnico son muy ambiciosos, sino también cuida mucho a las personas porque ofrece formación continua, oportunidades de desarrollo en muchas dimensiones, incluso internacionales, y políticas de conciliación que son importantes.
R.A nivel de país y a nivel de industria estamos en un momento muy ilusionante en el que volver a España no significa dar un paso atrás en el sentido profesional, sino todo lo contrario. Es la forma de todos nosotros de aportar lo que hemos aprendido fuera y ser capaces de ponerlo al servicio de proyectos que en el fondo están construyendo el futuro tecnológico de nuestro país. Y en ese contexto Indra nos está dando esa oportunidad de sentir orgullo también de poner nuestro talento al servicio de nuestro país.
P.-Con las necesidades que tiene la industria, con las demandas que crecen por las perspectivas de crecimiento, ¿hay suficientes perfiles en el mercado para cubrirlas? No solo en España, también en Europa.
R.-Es cierto que últimamente está habiendo un crecimiento sostenido en los presupuestos de defensa en España y también en Europa y habrá una oportunidad enorme en la industria para crecer, pero, como preguntas, quizás necesitamos muchos más profesionales técnicos de los que a día de hoy estén presentes en el mercado. Son perfiles como ingenieros, gente especializada en comunicaciones, como es mi caso, gente que sepa del mundo de la inteligencia artificial o de la ciberseguridad. Estamos viendo que esos perfiles cada vez están demandados y no solo en defensa, sino en todos los sectores estratégicos. Leí que había una estimación de que en los siguientes tres años seguramente hagan falta más de 400.000 profesionales tecnológicos trabajando en nuestros sectores, no solo en España. En Indra Group estamos trabajando para ser la empresa de referencia en defensa y en aeroespacio, pero también queremos posicionarnos como el empleador de referencia y de alguna manera hacer aquel lugar donde el mejor talento tecnológico quiera estar. De hecho, este año está previsto incorporar no sé si a más de 2.400 profesionales en todas nuestras áreas donde defensa es una de las principales, pero también hay un fuerte crecimiento en otras áreas como el tráfico aéreo o en movilidad o en lo que sea. Estamos viviendo un momento apasionante, sobre todo para personas como yo que buscamos desarrollarnos en proyectos que realmente marcan el futuro.
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