Italia multa a Apple por las normas de privacidad que impone a los desarrolladores de aplicaciones
La autoridad antimonopolio del país impone a la tecnológica una sanción de casi 100 millones de euros porque considera que su política de Transparencia de Seguimiento de Aplicaciones (ATT) perjudica a los creadores y, con ello, a la competencia.
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La Autoridad Antimonopolio italiana (AGCM) ha impuesto a Apple una sanción de 98,6 millones de euros por abuso de posición dominante en el mercado de aplicaciones móviles. La decisión, comunicada este lunes, señala directamente a la política de Transparencia de Seguimiento de Aplicaciones (ATT, por sus siglas en inglés) que la compañía de Cupertino implementó en abril de 2021 como supuesta medida de protección de la privacidad de sus usuarios.
La investigación, llevada a cabo en coordinación con la Comisión Europea y otras autoridades antimonopolio internacionales, concluye que Apple ha utilizado estas normas de privacidad no tanto para proteger a los usuarios como para perjudicar a los desarrolladores externos de aplicaciones que compiten en su ecosistema.
La duplicación del consentimiento: ¿cómo funciona ATT?
El núcleo de la controversia reside en cómo funciona ATT. Desde 2021, cualquier aplicación distribuida a través de la App Store debe mostrar una ventana emergente solicitando permiso explícito al usuario antes de rastrear su actividad en otras aplicaciones y sitios web. Si el usuario rechaza el permiso, la aplicación pierde acceso a información valiosa para ofrecer publicidad personalizada, el motor económico de muchos desarrolladores.
Hasta aquí, el planteamiento parece razonable. El problema, según determina la autoridad italiana, es que esta solicitud impuesta por Apple resulta insuficiente para cumplir con la legislación europea de privacidad. Los desarrolladores se ven obligados a solicitar el consentimiento dos veces para el mismo propósito: primero a través de la pantalla de ATT que impone Apple, y después mediante sus propios mecanismos para cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Para un usuario medio de iPhone, esta duplicación significa ver ventanas de consentimiento repetidas que generan confusión y cansancio. Para los desarrolladores, anunciantes y plataformas de intermediación publicitaria, supone un obstáculo que reduce drásticamente la efectividad de sus modelos de negocio basados en publicidad.
El argumento del regulador
La AGCM es contundente en su valoración: "Los términos de la política de ATT se imponen unilateralmente, perjudican los intereses de los socios comerciales de Apple y no son proporcionales para lograr el objetivo de privacidad".
El organismo argumenta que Apple, con su "posición de absoluta dominancia" en la distribución de aplicaciones iOS, podría haber garantizado el mismo nivel de protección permitiendo que los desarrolladores obtuvieran el consentimiento para el seguimiento publicitario en un único paso.
La acusación implícita es que Apple habría diseñado deliberadamente un sistema que complica la vida a sus competidores en el negocio publicitario mientras continúa beneficiándose de su propio ecosistema de publicidad dentro de iOS.
Apple se defiende
En un comunicado, Apple defiende que "la privacidad es un derecho humano fundamental" y que ATT ofrece "una forma sencilla de controlar si las empresas pueden rastrear sus datos".
Añade que estas normas "se aplican por igual a todos los desarrolladores, incluyendo a Apple" y que han sido "apreciadas por los usuarios y elogiadas por los defensores de la privacidad y las autoridades de protección de datos de todo el mundo".
La compañía muestra su "total desacuerdo" con la decisión italiana, acusándola de desestimar "las importantes medidas de protección de la privacidad que ofrece ATT en favor de las empresas de tecnología publicitaria". Apple anuncia que recurrirá la sanción, reiterando su compromiso con "las sólidas medidas de protección de la privacidad para nuestros usuarios".
Italia no está sola
La multa italiana no es un caso aislado. En marzo de este año, la autoridad antimonopolio francesa impuso a Apple una sanción de 150 millones de euros por motivos similares relacionados con ATT. Otras jurisdicciones europeas han abierto investigaciones paralelas.
El escrutinio refleja una tensión fundamental en la economía digital: ¿dónde termina la protección legítima de la privacidad y dónde comienza la utilización estratégica de esa protección para consolidar posiciones de mercado? Para los reguladores europeos, Apple ha cruzado esa línea.
Qué significa para los usuarios
Para el usuario medio de iPhone, las implicaciones son menos evidentes de lo que podría parecer. En el corto plazo, es improbable que esta sanción cambie radicalmente la experiencia de uso.
Apple mantendrá ATT activo mientras recurre la decisión, y los usuarios seguirán viendo las mismas ventanas de consentimiento.
Sin embargo, si las autoridades europeas logran que Apple modifique su política, los desarrolladores podrían obtener mayor flexibilidad para solicitar permisos de seguimiento sin la duplicación actual.
Eso podría traducirse en menos ventanas emergentes y aplicaciones gratuitas con modelos publicitarios más sostenibles, aunque también en publicidad potencialmente más invasiva si los controles de privacidad se relajan.
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